Zacatecas, Zac.- El obispo de Zacatecas, Sigifredo Noriega Barceló, afirmó que los mexicanos “no estamos hechos para la tristeza” sino “para el encuentro, para la fiesta”. Durante su homilía dominical en la Catedral Basílica, el prelado exhortó a los fieles a vivir como una familia y un pueblo, reconociéndose bajo la misericordia de Dios. Su mensaje se centró en la fraternidad y el servicio a los demás como bases para una vida de alegría y construcción colectiva de la patria.
El obispo Noriega Barceló enfatizó que la fraternidad entre los creyentes es fundamental para el respeto y el apoyo mutuo. Él invitó a la comunidad católica a crecer en la fe y el amor, levantándose de la adversidad. Destacó que el compromiso de los fieles no es pasivo, sino que requiere la entrega personal.
El prelado insistió en que el amor verdadero implica darse a uno mismo, no solo dar cosas. El obispo vinculó sus reflexiones con la peregrinación de miles de zacatecanos a la Basílica de Guadalupe, estableciendo una conexión histórica al recordar que Miguel Hidalgo portaba el estandarte guadalupano durante el Grito de Independencia.
El obispo compartió tres enseñanzas esenciales con la comunidad. En primer lugar, la misericordia incondicional de Dios, quien, según él, no se enoja con sus hijos a pesar de sus errores. En segundo lugar, la responsabilidad personal en la salvación. Citó a San Agustín: “Dios que te creó sin ti, no te va a salvar sin ti”, e instó a los fieles a darlo todo de sí mismos. En tercer lugar, la construcción colectiva de la patria. El obispo llamó a los mexicanos a reconocerse como una familia que pisa la misma tierra y ve el mismo cielo, construyendo así un país amable y habitable. El obispo concluyó su mensaje al recordar la centralidad de la fe y la importancia de vivir con alegría.
LNY | Redacción