AURELIO GAITÁN
En Jerez y en Villa de Cos la escena fue similar: discursos solemnes, entrega de patrullas, uniformes nuevos y la promesa de una policía más fuerte. Dos municipios, dos alcaldes —Rodrigo Ureño Bañuelos y Pier Michel Ríos Ruiz— buscando blindar a sus corporaciones en un estado donde la seguridad es, más que un derecho, una trinchera cotidiana.
En Jerez, más de 15 cadetes en formación inicial rindieron protesta ante el director de Seguridad Pública, Joan Mandujano López. El acto incluyó la entrega de tres patrullas, dos cuatrimotos en camino, cincuenta uniformes completos y más de mil cartuchos. “No hay que bajar la guardia”, pidió el alcalde, consciente de que cada entrega de equipo es apenas un respiro frente a la violencia que asfixia la región.
En Villa de Cos, la apuesta fue similar. Pier Michel Ríos Ruiz destacó la dignificación policial: aumento salarial, uniformes de calidad, un comedor dentro de las instalaciones y la remodelación de las oficinas de la Dirección de Seguridad Pública. Además, la corporación creció de 16 a 24 elementos, un avance modesto, pero significativo en un municipio donde la carencia de personal ha sido histórica.
Ambos actos comparten un mismo telón de fondo: el intento de dar certidumbre en un Zacatecas donde las policías municipales suelen ser las más vulnerables, mal pagadas y blanco preferido de grupos armados. Cada patrulla entregada es símbolo y a la vez prueba de fuego: ¿será resguardo de los ciudadanos o botín para los criminales tras la deserción de efectivos?
La dignidad no se reduce a uniformes planchados ni a oficinas pintadas. Es respaldo real cuando la corporación enfrenta emboscadas, cuando el policía de a pie patrulla una carretera desierta o una comunidad olvidada. Sin controles de confianza, sin capacitación permanente y sin voluntad política para cerrar el paso a la corrupción, los anuncios terminan como tantas veces: promesas envueltas en fotografías oficiales.
Jerez y Villa de Cos muestran que hay alcaldes dispuestos a invertir en seguridad. La pregunta incómoda persiste: ¿se fortalece la corporación o solo la narrativa del poder municipal? En Zacatecas, la gente no mide la seguridad por discursos ni inauguraciones, sino por un gesto más simple y poderoso: la certeza de volver a casa con vida.
Fresnillo busca mostrarse distinto
El 15 de septiembre, cuando la patria se celebre en plazas y calles, Fresnillo tendrá también su cita con la rendición de cuentas. El Cabildo aprobó que el Primer Informe del alcalde Javier Torres Rodríguez se realice en el Centro de Convenciones, recinto que ya se prepara para recibir a los ciudadanos. No será un acto menor: es la primera oportunidad de este gobierno para mostrar si el discurso encuentra respaldo en los hechos.
Torres asegura que el espacio estará remozado para recibir a la gente, pero más allá de la pintura y los arreglos, lo que debe exhibirse es un municipio que camina hacia el desarrollo real en colonias y comunidades.
La sesión también aprobó la creación del Consejo Consultivo de Desarrollo Económico y Turismo. En papel, el organismo suena ambicioso: atraer inversiones, impulsar el crecimiento sostenible y posicionar a Fresnillo en el mapa turístico. El regidor Ricardo Javier Venecia lo explicó como un puente entre gobierno, ciudadanía y expertos.
El alcalde celebró la propuesta y adelantó hermanamientos con otros municipios. El desafío es que no quede en una promesa hueca. Fresnillo no necesita más discursos: necesita hechos que lo hagan visible por su potencial y no por su tragedia.
Justicia al alcance en Valparaíso
La justicia suele parecer un privilegio reservado a quienes viven cerca de las capitales. En municipios apartados como Valparaíso, muchas veces el ciudadano enfrenta distancias, costos y trámites que terminan por negarle lo que en la Constitución se reconoce como un derecho.
Por ello resulta significativo que la Fiscalía General del Estado haya instalado un Módulo del Ministerio Público Itinerante en esta demarcación. No se trata solo de una oficina temporal: es la posibilidad de romper con la brecha territorial que históricamente ha marginado a comunidades enteras.
El módulo ofrece asesoría, información clara y acompañamiento inmediato. Pero más allá del servicio, lo que se pone a prueba es la voluntad institucional de acercarse a la gente. Porque la justicia que no llega a todos no es justicia; y la autoridad que no escucha a los más lejanos, difícilmente puede presumir de legitimidad.
En Valparaíso, donde las distancias suelen ser más largas que los caminos, la presencia del Ministerio Público Itinerante es un respiro. Falta comprobar que no sea un acto aislado, sino parte de una estrategia constante que devuelva a la justicia su verdadero sentido: estar al alcance de todos.
Sobre la Firma
Columnista especialista en municipios, justicia y poder.
aureliogaitan58@gmail.com
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