Corrupción en Segalmex

MIGUEL TORRES ROSALES

En el discurso demagógico, el presidente de México ha utilizado el combate a la corrupción como una de las principales banderas de su eterna campaña política; pero, en los hechos, lejos de actuar y castigar la corrupción al interior de su administración, se ha dedicado a incentivar, justificar y proteger a los deshonestos compinches que lo ensalzan.

El más reciente caso de podredumbre lo vive el órgano descentralizado Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex), donde fue detectado un desfalco de alrededor de 15 mil millones de pesos y se emitieron órdenes de aprehensión contra 22 funcionarios públicos. Cantidad que supera, en más del doble, los siete mil millones de pesos desviados a través de la llamada Estafa Maestra y las 11 órdenes de aprehensión giradas.

Así es, en la transformación de cuarta los actos de corrupción son mayores que en los sexenios anteriores y también afectan a las y los mexicanos más pobres. Esos que, engañosamente, la coalición de Morena, PT y PVEM prometieron defender.

Dependiente de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), en el 2019, López Obrador creó a la Segalmex para sustituir a la Conasupo, con la misión de buscar la autosuficiencia alimentaria, distribuir productos básicos y contribuir al rescate del campo. Nada más lejos de la realidad. Tres años después de su nacimiento, es la dependencia del gobierno federal con mayores irregularidades detectadas y ya se le denomina “Estafa Maestra de la 4T”.

La Secretaría de la Función Pública (SFP) interpuso 22 denuncias contra funcionarios públicos de la Segalmex; hay 15 carpetas de investigación abiertas y se generaron más de 600 expedientes. Los delitos son: delincuencia organizada, malversación de fondos, lavado de dinero y peculado. Por este fraude, la Fiscalía General de la República ya obtuvo las primeras órdenes de aprehensión contra 22 personas.

Gracias a la investigación de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad salió a la luz pública el fraude en Segalmex, encabezado en ese momento por Ignacio Ovalle, personaje al que López Obrador se negó a destituir pese a las contundentes pruebas.

En lugar de encarcelar a ese hombre deshonesto y sin valores, lo cubrió con su manto protector, lo defendió con su post verdad y lo nombró Director del Instituto Nacional para el Federalismo y Desarrollo Municipal, dependencia de la Secretaria de Gobernación. Este es uno más de los ejemplos de la defensa que AMLO hace de los corruptos, violando él mismo los preceptos que planteó en la Cartilla Moral, guía que –dijo- serviría para terminar con la corrupción gubernamental. Ese documento es otro de sus grandes fracasos, si además pensamos en la “Casa Gris”, los sobreprecios de sus megaobras caprichosas, en los ventiladores de el hijo de Bartlett y la corrupción del Banco del Bienestar, por mencionar algunos casos.

La corrupción no se elimina por arte de magia ni apelando sólo a la conciencia colectiva. Se debe castigar y sancionar severamente a quienes cometen actos ilícitos, con el objetivo de advertir, dar ejemplo y desmotivar futuras acciones similares.

Por eso, en el Partido de la Revolución Democrática (PRD) exigimos que se aclare el fraude de la Segalmex y se castigue a Igancio Ovalle.