Gracias Soledad Luévano!

ESTHELA MANRIQUEZ

Zacatecas, Zac.- Sin duda la sede destinada para el debate de candidatos a la Presidencia Municipal de la capital del estado le quedó grande a los contenidos que presentaron los nueve aspirantes a la alcaldía zacatecana. Y es que fue el Teatro Calderón el que enmarcó el intento fallido de un ejercicio de la democracia plagado de dislexia y errores por parte de los contendientes.

Con la participación por primera vez de tres candidatos independientes y la representación de los que ya conocemos todos, el inicio pintó tan gris como el traje del presidente del Instituto Electoral del Estado de Zacatecas, Virgilio Rivera Delgadillo que fue el que con sus “murmullos en voz alta” distraía particularmente a Judit Guerrero de la coalición Primero Zacatecas, durante algunas de sus intervenciones.

Y a la moderadora asignada para este debate, que además funge como jefa de prensa de la UAZ, no le sirvió de nada la experiencia de no sé cuántas décadas frente a oficinas de comunicación social para atinar a decir el cuadrante correcto de la estación radiofónica por el que los zacatecanos pudieron arrullarse durante la transmisión.

La primera participación de dos minutos por cabeza inició. A decir verdad, las presentaciones frente a grupo de niños de tercero de primaria son más fructíferas, enriquecedoras y entretenidas que las que pudimos escuchar ayer.

Candidatos lentos y sin preparación, pero sobre todo con la falta de ética para hacerse responsables de las frases absurdas que emanaban de sus bocas sin ton ni son.

De no ser por el vozarrón de El Ropo Navarro que sirvió para que todo mundo despertara y al menos por curiosidad, escuchara su creativa estrategia de abatir los Siete Pecados de la Capital, más de tres seguirían cómodamente dormidos en una de las butacas del recinto teatral.

Terminó la primera ronda y, el luego luego, el que sacó la casta al tirar la toalla fue el candidato del Partido del Trabajo (PT) Carlos de la Torre Tosca, quien no sólo desapareció del escenario para irse a sentar (no aguantó ni 20 minutos parado), sino que además prefirió seguir guardando energía y no hacer uso de sus dos minutos para réplica.

El tipo se presentó como neurocirujano, sería interesante saber cómo atiende a sus pacientes para evitar la fatiga. ¡Dios nos libre de este médico macuche!

Lo bueno que llegó el turno de Soledad Luévano Cantú, ella quiere ser alcaldesa por Morena, sin duda, salvó el debate, se ve que Chole, como sin recato la llamó Judit Guerrero, aprovechó muy bien sus añitos como diputada para agarrar experiencia en eso del discurso.

Con documentos en mano, acusó a Judit Guerrero de corrupción y de formar parte de una nómina secreta de Gobierno del Estado, misma a la que dijo, sólo entran los funcionarios consentidos del gobernador.

De ser cierta esa información, nos quedaría claro que Judit goza de una amplísima consideración por parte de Miguel Alonso, que es el que palomea a los funcionarios premiados y dice con cuánto.

«Pónganse muy listillos todos esos funcionarios que de nada les ha servido su lambisconería para formar parte de esa famosa nómina secreta, y a ver si a Miguel (Alonso) no se le hace bolas el engrudo con los que ya se enteraron que hay una lista de consentidos y que no fueron elegidos».

Soledad Luévano no sólo presentó estrategias para lograr un buen gobierno y dar fin a los pésimos servicios municipales, se las arregló muy bien para que le alcanzara el tiempo y señalar el cómo fue que la propia candidata tricolor se dio un balazo en el pie al presentar su Tres de Tres (Declaración Fiscal, Patrimonial y de Conflicto de Intereses) donde todo salió a la luz pues, las millonarias cantidades que declara, para nada coinciden con los tabuladores oficiales de sueldos que debió percibir como subsecretaria de gobierno y como diputada federal.

La guerra campal inició y a Judit se le quitó lo modosita al contestar los señalamientos de Soledad Luévano, a quien despectivamente llamó Chole, para después asegurar que la pondría “a tapar baches, al cabo ella misma se ha ofrecido a hacerlo”.

Y por supuesto que miles de ciudadanos queremos que tapen los miles de baches que afectan el patrimonio, el bolsillo de los zacatecanos, y bastantes accidentes provocan. Se vio mal Judit con esa actitud.

Al principio Judit respondió agresiva, pero no pudo sostenerse en la réplica ni salvarse de los señalamientos de Soledad. La consentida del gober se limitó a repetir: “Ahí están mis bienes, ahí están mis bienes”, por eso… ¿Y?

Los demás candidatos… ¡Ah! sí hablaron, pero ni ellos se entendieron, dieron pena ajena.

Y como le dijeron a Pedro de León: Gracias Soledad Luévano por salvar el debate.

LNY/Redacción

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