El campo merece estar en buenas manos

gerardo romo fonsecaLUIS GERARDO ROMO FONSECA *

Los problemas que atraviesa el campo de Guadalupe, como en muchas regiones del centro-norte del país, se debe a diversos factores y muchos de ellos de carácter añejo. No obstante, en la actualidad su deterioro se ha incrementado por causa de una de las peores catástrofes en los últimos 80 años: la sequía. Tan sólo en el año 2011 se perdió cerca del 50% de la producción de alimentos básicos en México. Ya con anterioridad, desde el 2008, venimos resintiendo una profunda crisis alimentaria producida por un aumento constante de los precios internacionales de los productos agrícolas y, en consecuencia, de los alimentos.

A ello se suma el hecho de que la sequía también ha golpeado duramente al principal exportador mundial de granos en el mundo: Estados Unidos, provocando que el precio del maíz haya subido en más de un 50% en los últimos dos meses, lo mismo que otros productos que se han encarecido de manera notable.

Esta situación ha colocado a México en riesgo de desabasto de los alimentos básicos, debido a que nuestras importaciones de casi todos los productos agrícolas se han disparado: el 50% de los comestibles,  con el agravante de que el 70% de ellos los compramos en el vecino país del norte: 67.9% del arroz que consume la población; 42.8% del trigo, 31.9% del maíz y 8.2% del frijol. Desgraciadamente, nuestra dependencia con el exterior va en aumento a la par del  hambre en las familias rurales, aunque también en las ciudades. Hoy en día, en México existen poco más de 9 millones de menores de cinco años de edad en pobreza alimentaria. Cabe recordar además que los grupos más vulnerables de la sociedad son quienes dedican la mayor parte de su ingreso al consumo de alimentos: el 10% de las y los mexicanos más pobres del país destina 55% de lo que gana para este fin.

Justamente, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) acaba de informar que el índice de precios de los productos que integran la canasta básica de consumo, el mes pasado creció un 5.64% respecto mayo del 2012. Sin embargo, la inflación en los productos agropecuarios superó el promedio general de los precios en el conjunto de la economía (que fue de 4.63%), al ubicarse en un 15.30% en mayo del presente año, respecto al mismo mes del 2012.

A nivel general, desde hace décadas el campo mexicano se ha venido deteriorando de forma paulatina y es uno de los sectores más abandonados y desprotegidos en el país; carece de una política y de programas que incentiven la producción, pues los existentes son restrictivos y únicamente benefician al 15% de los productores, dejando  fuera de su cobertura a los pequeños agricultores.

Hoy en día, los bajos precios de los productos del campo y los altos costos de los insumos para hacer producir la tierra, vuelven incosteable la producción agrícola para el campesino. En nuestro caso particular, en Guadalupe, además de la falta lluvias nuestros agricultores se enfrentan al retraso en la entrega de apoyos como el Procampo, por lo que muchos se han tenido que endeudar para preparar sus tierras de cultivo. Así mismo, se ven afectados por la importación de miles de toneladas de chile y ajo procedentes de China, lo mismo que de frijol y maíz de Sudamérica y de los Estados Unidos. Por supuesto, los precios no se derrumbarían si el estado mexicano protegiera sus fronteras y fuera capaz de evitar la entrada indiscriminada de toneladas de productos de granos. Lamentablemente, la política del gobierno federal se ha orientado a desaparecer los apoyos al campo bajo el argumento de abandonar el paternalismo; pero ha dejado sin apoyos a los campesinos, incluyendo a 15 mil zacatecanos.

Por otro lado, el “coyotaje” también afecta muy severamente a los campesinos porque los productos se comercializan a muy bajo costo. Otro problema es la falta de créditos, ya que las cajas de ahorro han optado limitarlos por la razón de que muchos campesinos que han solicitado algún préstamo, no han podido pagar debido a la falta de cosecha. Por desgracia, una buena cantidad de productores que no pueden acceder a esa posibilidad  han optado por dejar de sembrar, al no poder costear la inversión que se requiere para ello.

Ante estos problemas, desde el municipio vamos a elaborar y ejecutar un plan integral para acabar con los rezagos del campo guadalupense. De entrada, vale la pena señalar que el sistema de riesgo tradicional provoca que se pierda hasta el 70% del agua que se utiliza para esta industria. Motivo por el cual, haremos valedero el derecho de explotación de 16 pozos de agua que ya están aprobados por el gobierno federal, a los que únicamente les falta el equipamiento y la conexión a las redes de distribución.

En particular, aprovecharemos la cuenca hidrológica ubicada entre las localidades de Zóquite y El Bordo para dar fluidez a la redes de agua del municipio. Este programa social será ejemplo para todo el estado, porque contemplará apoyos para la rehabilitación y modernización de los pozos de riego, así como para la instalación de invernaderos.

Los recursos para su operación serán gestionados en la federación y con el gobierno del estado, a fin de que los campesinos puedan tener a tiempo la semilla y fertilizantes que requieren, a fin de que puedan acceder a créditos agrícolas. Por otra parte, crearemos una nueva central de abastos, con el fin de integrar y fortalecer las cadenas agroalimentarias y los campesinos puedan comercializar sus productos, evitando los efectos nocivos de la especulación en los precios.

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