El Cristo roto

jaime enriquez felixJAIME ENRÍQUEZ FÉLIX

En el estado de Aguascalientes –alguna vez un municipio más del estado de Zacatecas- se distingue entre la nación por su esplendor. Las oficinas del INEGI fueron trasladadas a esa entidad, la planta de la NISSAN se ubica también en ese lugar que hace apenas un cuarto de siglo carecía de universidades y que hoy tiene más de una docena. Anteriormente, los jóvenes tenían que trasladarse a Zacatecas, León o San Luís Potosí e incluso a la ciudad de México a continuar sus estudios superiores.

Esta entidad es un ejemplo en sus índices de ingreso per cápita. Sus niveles de seguridad han mejorado mucho. Se habla de buenos gobernantes. En tan solo unos años, Aguascalientes es otro. Presume sus grandes vialidades, sus monumentales centros comerciales, un aeropuerto con dinamismo. Se ubica prácticamente a cuatro horas de la capital del país, a tan sólo una hora de la ciudad de Zacatecas, de San Luís y de León en Guanajuato.

Hace algunos años, la inteligencia colectiva rural tuvo la idea de crear la figura de un Cristo incompleto, sin un pie y sin una mano, que se ha dado en denominar “El Cristo Roto” y que se ha convertido en un santuario nacional, sin estar montado siquiera en una cruz.

Hay historias españolas llevadas al cine, que han mostrado esta figura. Lo que vale en este caso es la idea concretada en un pequeño municipio denominado San José de Gracia. El lugar no es bello en realidad, es una presa como las hay muchas en todo el país, pero la derrama anual por los visitantes que a este lugar se acercas, es de 100 millones de pesos aproximadamente. Los visitan de Coahuila, Guanajuato, el Distrito Federal, Jalisco y el propio Zacatecas.

Todos van a ver la escultura, en un entono que conserva su espíritu rural y que sólo tiene como encanto adicional un paseo a caballo o en lancha para completar el día de alguna manera.

La presa se inauguró en 1928. Entre comuneros y familias pudientes, generalmente prevalece semivacía, pero hasta eso le gusta al pueblo. Se escuchan historias del santuario: la real parte del poema de un religioso de nombre Ramón Cue que ha sido llevado al cine en España y en México.

La venta de las estatuillas, los milagros y, sobre todo, los casi 10 millones de pesos mensuales que deja este turismo religioso, han convertido a San José de Gracia en un fenómeno a investigar. Da empleo a unos 400 trabajadores que custodian el lugar y a sus visitantes.

Zacatecas tiene, desde luego una ciudad más bella, zonas mejor aclimatadas, como la Presa de El Chique que en diciembre mantiene una temperatura media de 22 grados, que cuenta con una bella naturaleza donde en la parte contraria a la compuerta habita el venado –al que es posible ver en las tardes tomando agua- y el puercoespín. Tiene una bella hacienda, con un casco que se preserva en condiciones aceptables. El agua de esta presa, por las características de la compuerta, difícilmente se vacía, sin importar los niveles de sequía que prevalezcan en el estado.

¿Qué nos falta a los zacatecanos? Iniciativa, buenos gobiernos. La situación de esta presa en Tabasco, Zacatecas, es prácticamente equidistante a la capital de nuestra entidad y a Aguascalientes, y no está demasiado lejos de la ciudad de Guadalajara. Los gobiernos, del nivel que sean, no son capaces siquiera de pavimentar las calles que conducen a esta bella zona, donde ya se han construido 7 cabañas, 2 suites, un temascal, amplias zonas jardinadas, restaurante y demás servicios que pueden permitir a nuestro estado un turismo no solamente colonial, sino de playa interior.

La leyenda de El Cristo Roto ha dado de comer a mucha gente en un pequeño lugar de Aguascalientes. Bien podría hacer lo mismo con zonas como El Chique, o con otros lugares que hoy se mueren de sed y desolación en Zacatecas, cuando bien podrían estar disfrutando con la bonanza que genera una buena idea.

Este es un llamado a las autoridades de nuestro Estado para explorar perspectivas diferentes, para comunicarse con los habitantes de las comunidades, que bien tienen ideas para capitalizar con inteligencia, siempre que cuenten con apoyos económicos suficientes. La veta del turismo es inagotable, si se sabe explotar creativamente y con proyectos sustentables. Así lo demostraron en la presa de El Cristo Roto.

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