Ciudad de México.- La posible desaparición del Instituto Zacatecano de Transparencia (IZAI) exige que el gobierno estatal garantice una transición ordenada hacia el nuevo organismo que asumirá sus funciones. Julieta del Río Venegas, experta en el tema, advierte que lo crucial es preservar el modelo nacional de transparencia y evitar que recursos de revisión o quejas ciudadanas queden sin respuesta.
En años recientes, varios estados han debilitado órganos autónomos mediante reformas exprés, aprobadas sin consulta pública y, en ocasiones, sin que los propios legisladores comprendieran su alcance. Estos institutos—como las comisiones de derechos humanos o los tribunales administrativos—nacieron para equilibrar el poder, proteger derechos fundamentales y frenar el abuso de recursos públicos. Su autonomía ha sido clave para la democracia local.
El nuevo organismo en Zacatecas debe contar con perfiles especializados, especialmente en protección de datos personales, un área técnica que exige expertise. Lo ideal, señala Del Río, es aprovechar el talento ya formado en los institutos locales, evitando improvisaciones que vulneren la privacidad. “Los cambios deben venir con capacidad, no con cuotas políticas o amiguismos”, subraya.
El reto inmediato es vigilar que la Plataforma Nacional de Transparencia siga operando y que los recursos de revisión se atiendan sin demoras. “Hoy es difícil engañar a la ciudadanía. Como sociedad, debemos exigir que estos derechos no retrocedan”, concluye. La transparencia no puede ser víctima de prisas políticas.
LNY/Redacción
