CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ
La encuesta levantada por Massive Caller el 29 de diciembre de 2025 para la alcaldía de Zacatecas dibuja un escenario en movimiento: Morena sigue siendo la primera fuerza individual con 29.7% de la intención de voto, pero llega a ese punto en retroceso, mientras la oposición sólo encuentra competitividad cuando suma y ordena sus piezas.
El dato más relevante no es quién va arriba hoy, sino quién dejó de crecer. Desde julio de 2025, Morena muestra una erosión gradual en su apoyo. No se trata de un desplome, sino de una pérdida lenta y constante que convive con otro fenómeno clave: la imposibilidad del partido gobernante de construir una candidatura dominante que concentre a su propio electorado.
Esa fragilidad interna contrasta con la fortaleza de su marca. Morena conserva un piso electoral reconocible, pero ese respaldo no se traduce en liderazgos claros. Su perfil mejor posicionado, Belén Gutiérrez Luévano, apenas reúne 13.0% entre quienes dicen votar por Morena, mientras la mitad de su base se dispersa entre indecisos u otros nombres. La marca aguanta; las candidaturas no terminan de aparecer.
En el otro extremo del tablero está el PAN. Miguel Ángel Varela Pinedo concentra 60.5% de las preferencias entre los votantes panistas y mantiene esa proporción estable durante cinco meses consecutivos. No es un dato menor: sugiere cohesión interna, liderazgo reconocible y una oferta política clara para su electorado. En un contexto de fragmentación general, esa estabilidad adquiere peso propio.
El PRI ocupa un lugar distinto y más problemático. Ahí no hay competencia real entre figuras, sino vacío. La opción mayoritaria es “Otro”, con 42.4%, seguida por Mariana Anaya Mota con 30.5%. El mensaje es nítido: el partido no logra ordenar una referencia clara de liderazgo y llega a la contienda sin una figura que sintetice expectativas.
Cuando se observa la intención de voto por partido, el mapa se redefine. Morena lidera en solitario, pero la suma de PAN (24.4%) y PRI (15.1%) alcanza 39.5%, una ventaja de 9.8 puntos sobre el partido oficialista. Esa diferencia no existe sin alianza. Por separado, ninguno de los dos supera a Morena; juntos, sí.
Este equilibrio frágil se vuelve más incierto al incorporar a los actores que todavía no se alinean. Movimiento Ciudadano capta 10.6% de la intención de voto y el bloque de ciudadanos indecisos crece hasta 15.8%. Ese segmento es hoy el verdadero terreno en disputa y el factor que puede alterar cualquier ventaja anticipada.
La medición se realizó con 600 entrevistas mediante llamadas automatizadas, con un margen de error de ±4.3% y una tasa de rechazo del 95%, lo que obliga a leer los datos como una fotografía de alta resistencia social al contacto, no como una proyección cerrada. Además, los porcentajes de aspirantes provienen de submuestras, lo que incrementa su variabilidad estadística.
Aun con esas cautelas, el patrón es consistente. Morena llega como marca fuerte, pero con liderazgos fragmentados. El PAN muestra cohesión alrededor de una figura definida. El PRI aparece sin conducción clara. La oposición sólo es competitiva si actúa en bloque. Y el desenlace dependerá menos de las certezas actuales que de cómo se reordenen alianzas, candidaturas y, sobre todo, el voto que hoy no tiene dueño.
Sobre la Firma
Periodista especializada en política y seguridad ciudadana.
claudia.valdesdiaz@gmail.com
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