miércoles, junio 11, 2025
spot_img
HomeOpiniónAna Gabriela Álvarez MáynezSensaciones producidas por la naturaleza

Sensaciones producidas por la naturaleza

GABRIELA ÁLVAREZ MÁYNEZ

En Zacatecas tenemos tesoros maravillosos: naturales, de infraestructura, entre la gente que ha nacido en este hermoso Estado, su historia y más. Específicamente quiero dedicar el texto de este día a los museos y a los artistas zacatecanos, ya que la fortuna de ser parte de su contexto, de conocerlos o estar en contacto con su obra me ha llenado en las últimas semanas de una manera formidable.

Este semestre programé las visitas para el cierre del ciclo al Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez, por la relación con algunos temas vistos en las clases. Siempre ha sido una parte fundamental del trabajo en el aula que se conozca por lo menos un museo zacatecano y en especial, el que elegí para este semestre tiene un cariño entrañable.

Desde sus inicios ha sido maravilloso conocer la historia del edificio, primero fue un Seminario, y con el paso del tiempo fue cuartel, vecindad y el Cereso. Esto mismo contribuyó a la destrucción y olvido del espacio, esto lo podemos ver en algunas fotografías que divulgan la realidad y nos cuentan parte de su historia. Con el tiempo, ha sido un honor que los artistas zacatecanos hayan decidido donar parte de sus obras y colecciones para fundar museos en nuestra ciudad, pues nos dejan un contenido invaluable artístico y son de todos nosotros.

A muchos de los estudiantes les llama la atención que allí fuera una cárcel, y quieren conocer esa historia, estar en ese espacio y sentir la sensación de aquel lugar, pero cuando entran y comienzan a descubrir el mundo maravilloso de arte que se expresa en las paredes, en las salas que nos comunican, se van entrelazando con mundos diversos. La imponente imagen tecnológica, abstracta, erótica y sensible del Maestro Felguérez les impacta.

Desde el jueves 10 de abril hay exposiciones de tres artistas zacatecanos que se suman a dar fuerza y llenan las salas del museo con sus obras de una manera sorprendente. Entras a la primera sala y una explosión invade, pues la naturaleza y la fusión con el arte te reciben de manera excepcional con la exposición Esencia viva, de Gabriela Suárez del Real. La sorpresa llega pues la primera es una sala inmersiva, esto es una fusión de tecnología audiovisual, elementos sensoriales, como las sombras, las luces, el humo que penetra el ambiente y llena los sentidos de una fusión con la naturaleza que compenetra con el ser.

La contundencia que muestra Suárez del Real con esta obra es tan profunda, porque la madurez en las obras pictóricas es notoria, pero también se observan trabajos en vidrio soplado, fragmentos de árboles y plantas características de nuestras regiones semidesérticas. Catarsis es una obra exquisita que demuestra el esfuerzo, el sentir y la fusión que toda la exposición nos va dejando al recorrerla.

Sales de la sala y en el patio se observa la exposición, Diálogos con la tierra, de Rubén Rivera Sánchez y una experiencia nueva e intensa invade los sentidos. Comenzar a recorrer las texturas de las rocas que forman la exposición es una delicia, observar los colores y otra parte de la naturaleza que siempre está presente en nuestra vida cotidiana, invade nuevamente de sensaciones a los espectadores. Observamos obsidianas, ónix dragón, mármol, ágatas, piedras hermosas que sorprenden con sus colores y texturas, pero la transformación generada al realizar la escultura, es una acto bello que se convierte en diálogo con la tierra que nos comparte el autor.

La tercera exposición que se presenta es Forma y Figura Hasta la Sepultura, de Joaquín Trujillo. No tengo palabras para describir las expresiones de los jóvenes al entrar a una sala en donde observan fotografías en donde ven la tierra, en donde ven cuerpos desnudos en diversas posturas, en donde la pintura es parte de la fotografía de una manera explosiva y artística. Se preguntaban qué era, porqué los cuerpos, pero regresaban, observaban y comenzaban a imaginar y a tener su propia interpretación sobre lo que estaba frente a sus ojos. La mayoría de sus comentarios eran que nunca habían observado algo así, que les gustaba, que les gustaba la obra que se veía grande y pixeleada.

Se tomaron fotografías extrañas, siendo parte de la obra y generando su propia historia con aquello que se sentían identificados, y no queda más que decir que el lenguaje que Joaquín Trujillo nos manifiesta un diálogo de manera profunda para cada uno de los que tuvimos la fortuna de asistir a este encuentro y llamado a la libertad, de una manera respetuosa y linda.

Desde la primera vez que observé aquellas exposiciones he invitado a la mayoría de las personas que conozco a disfrutar de lo que nuestros artistas ofrecen, a conocerlos y a vivir un momento distinto que nos hace observar un Zacatecas hermoso, lleno de seres humanos que sienten, crean e invitan a manifestar el arte con su vida.

Docente de la Unidad Académica Preparatoria de la Universidad Autónoma de Zacatecas

Artículos Relacionados
- Advertisment -spot_imgspot_img

Populares