SARA LOVERA
La historia se repite todos los días: aumentan los asesinatos de mujeres en México, no hay Estado de derecho, se niega la justicia. Cada caso carece de solución, respuesta o reparación del daño. Nada. Es la impunidad a la que no deberíamos acostumbrarnos, dice la periodista Soledad Jarquín Edgar, autora del libro Revelaciones de un crimen de Estado. Impunidad, corrupción y complicidad.
El libro es una lección de periodismo de investigación. La historia inicia en Juchitán de Zaragoza, en la calle 5 de Mayo, a las 2:27 de la madrugada del 2 de junio de 2018: un triple crimen que cambió la vida de la protagonista, cuando asesinaron a la fotorreportera María del Sol Cruz Jarquín, su hija.
El texto entreteje lo profesional y lo personal de la periodista. Recupera, en palabras de la UNESCO, la labor de quien “investiga, recopila, selecciona, interpreta y difunde información de interés público”. Así lo recordó la colega Sonia del Valle Lavín, el 13 de agosto, en la librería U-Tópicas.
Se trata de una obra que desenreda una madeja de sentimientos y dolores mientras informa, explica y contextualiza, incluso dentro de 18 poemas.
El libro se presentará en distintas ciudades del país con un mensaje central: evitar que nos acostumbremos a la impunidad. Sí, la autora enjuaga su dolor, pero lo transforma en responsabilidad periodística, “cumpliendo con los principios de veracidad, ética y responsabilidad social”, reiteró Del Valle Lavín.
La historia revela los intereses políticos y económicos que sostienen siete años de impunidad. Las autoridades judiciales de Oaxaca no cumplieron: encubrieron, dejaron libres a los responsables y no les pasa nada. Al contrario, los premian.
De nada valieron discursos y promesas, sólo engaños. Desde la Presidencia de la República hasta el fiscal Rubén Vasconcelos Méndez, encargado del caso, se ocultaron y manipularon pruebas de la investigación original. Luego cerraron el proceso. Hoy, Vasconcelos es delegado de la FGR en el Estado de México.
Tampoco escuchó nadie cuando la periodista tocó al menos 20 puertas en distintos niveles de gobierno. No sirvieron 11 pronunciamientos de las cámaras de Diputados, federal y local, ni del Senado de la República, para que el expediente fuera atraído por la Fiscalía General de la República. “Nos encontramos con una persona que ha sido como una pared”, afirma sobre Sara Irene Herrerías, quien pronto ocupará un lugar en la Suprema Corte de Justicia de la Nación. “Nunca me dejó pasar y el oficio de petición jamás fue entregado”.
Como ciudadanas no deberíamos permitir que esto siga sucediendo. “No sólo es el caso de María del Sol”, recuerda la autora. El feminicidio se repite diariamente en el país, como la impunidad. Y agrega: “Como ciudadanas no deberíamos permitirlo, esto no puede seguir sucediendo. Urge imponer la razón, la justicia y la paz”.
Soledad Jarquín Edgar, feminista y periodista, vulnerable hoy a la persecución y a la inseguridad, narró durante 23 años —antes de su tragedia personal— la condición deplorable y discriminatoria de las mujeres en Oaxaca. Premio Nacional de Periodismo en 2006, denunció la violación de mujeres por parte de soldados en la “zona roja” de Monclova, Coahuila. Escribió también sobre las mujeres triquis perseguidas y violentadas, y sobre la violencia política contra las mujeres. Siempre ha visibilizado las vicisitudes de tantas mujeres.
Su mensaje cobra importancia porque muestra cómo el mecenazgo del poder encubre la negativa de justicia a miles de víctimas. La impunidad se propicia desde arriba, se promueve el intento de silenciamiento cotidiano y se protege a criminales en un México plagado de corrupción, con un poder judicial débil y fuerzas de seguridad amparadas por jurisdicciones especiales e inmunidades sin fin.
Serena y convencida, Jarquín Edgar afirma: “No acepto disculpas públicas, lo que quiero es justicia”. Veremos.
Sobre la Firma
Periodista crítica, editora y activista feminista.
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