El pasado 3 de julio, Margarita, una mujer de 28 años, y sus tres hijas —dos gemelas de 11 años y una menor de 9— fueron asesinadas en Hermosillo, Sonora. Sus cuerpos fueron hallados en distintos momentos entre el 4 y 5 de julio en la carretera 36 Norte, en la Comisaría Miguel Alemán. Las víctimas presentaban impactos de bala y signos avanzados de descomposición.
El primer hallazgo ocurrió el viernes 4, cuando autoridades localizaron el cuerpo de Margarita. Al día siguiente, en el kilómetro 7 de la misma vía, descubrieron los cadáveres de las tres niñas, abrazadas entre sí. Familiares, tras un doloroso proceso de identificación, confirmaron su parentesco con las víctimas y recibieron asistencia psicológica.
El presunto responsable, Jesús Antonio “N”, pareja sentimental de Margarita, fue detenido el 6 de julio. La Fiscalía General de Justicia de Sonora lo vinculó con una organización criminal dedicada a la distribución de drogas en la región. Según las autoridades, las pruebas periciales y científicas lo colocan como principal sospechoso.
El gobernador Alfonso Durazo calificó el crimen como una “profunda preocupación” y aseguró que se reforzarán las acciones para prevenir violencia contra menores. Claudia Sheinbaum, presidenta de México, ordenó un análisis sobre el posible incremento de violencia intrafamiliar y asesinatos de niños en el país.
Organismos de protección a la infancia exigieron justicia. “Es imperativo que estos actos sean sancionados con todo el rigor de la ley”, declaró la Secretaría Ejecutiva del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes. Mientras tanto, el caso sigue bajo investigación, con el detenido ya vinculado a proceso por feminicidio e infanticidio.
LNY/Redacción
