sábado, julio 12, 2025
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El duro camino del arte

GABRIELA ÁLVAREZ MÁYNEZ

En textos anteriores he hablado sobre la difusión de la cultura en el Estado, de la promoción de artistas locales actuales y de los que ya no están con vida, pero que han dejado un legado respetable en varios espacios muy importantes. Como maestra universitaria me parece fundamental promover estos temas con los estudiantes, y como tallerista que trabaja con la niñez zacatecana, también creo que ellos deben de conocer este mundo que tenemos en nuestro entorno y se hace el intento por la difusión.

En los últimos días he sido lectora de varias opiniones sobre la obra de artistas zacatecanos, de la forma en que han trabajado y de cómo buscan conseguir espacios para difundir su trabajo. No he colaborado en dar mi punto de vista, en primer lugar porque hay un respeto a muchos de los que emiten opinión y admiro la trayectoria que han construido. Otro motivo es porque sé que no es fácil el trabajo que realizan los artistas, al estar cerca de este ámbito he tenido la oportunidad de ver como muchos de ellos hacen trabajo independiente, fundan talleres, editoriales, o espacios desde abajo y con mucho sacrificio para difundir lo que realizan, otros buscan promover su trabajo en departamentos gubernamentales y aun así veo que no es fácil que se logre la apertura.

Hay muchas expresiones artísticas, la pintura, la literatura, la música, la escultura, entre otras, y en todas me percato de que no es fácil construir o tener el apoyo que requieren, y cuando puedo, he apoyado como fondeadora de proyectos, promuevo sus trabajos. Hace algunos años realizaba conciertos y la promoción de talleres de lectura y otras ramas para niños, me han mantenido cerca de estos espacios. Siempre buscando sumar en lo que pueda aportar al trabajo de otros, fundamentalmente con el público, que es quien le da vida a los trabajos que se realizan.

Con ese respeto me atreví a escribir este texto, pues en muchas ocasiones también he tenido el sentimiento temeroso de que escribo, de si le gustaré a los que me leen, de si recibiré la crítica, pero cuando llegas a sentir que eres honesto, que lo que se expresa sale de tu corazón, de la preparación que uno va construyendo, del tiempo y todos los elementos que forman parte de este proceso, e independientemente de que me equivoque, sea criticada o de que no les agrade a otros, tal vez a muchos sí podrán coincidir, estar de acuerdo o valorarlo.

Creo que ese camino nos toca a todos, que ese miedo y esos andares difíciles para la creación, en muchas ocasiones comenzando desde su hogar y el entorno, son de valor para quienes se atreven a expresar su sentir, sus ideas y las formas en que decidan expresar lo que construyen, de hacerlo público y perder esos temores.

El amor que tengo por varias expresiones artísticas me ha enseñado a respetar gustos, opiniones, deseos, justo porque comparto con muchas personas libros de literatura, de pintura, música, y otras ramas. Para difundir y lograr que otros lleguen a enamorarse de estas formas de hacernos sentir, es fundamental que yo los respete, que acepte las críticas que hagan a las obras o que me compartan el amor que les despertaron.

Así que aplaudo que haya trabajo, que haya creación, crítica, pero lo que más deseo, es que la difusión siga realizándose y que muchos encuentren la forma de dar a conocer lo que han creado y que muchos lleguen a sentirse identificados.

Docente de la Unidad Académica Preparatoria de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAPUAZ)

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