AURELIO GAITÁN
En Zacatecas, las buenas noticias suelen llegar como destellos en medio de la penumbra. Esta vez, el respiro vino de Villa García: el Ayuntamiento alcanzó un acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social que, al menos en el papel, marca un parteaguas en su estabilidad financiera.
La cifra no es menor. Una deuda original de casi 23 millones de pesos que ahogaba al municipio quedó reducida en un 37%. Es decir, más de ocho millones condonados y un saldo de 14.4 millones por pagar. Para un gobierno municipal con recursos tan limitados, semejante ahorro es oxígeno puro.
El presidente municipal, José Ernesto Mora Hurtado, se apresuró a presentar el convenio como un triunfo de disciplina y voluntad política.
“Hoy le cumplimos a la gente”, dijo, recordando que durante años el pasivo con el IMSS parecía un callejón sin salida. En efecto, evitar sanciones o bloqueos presupuestales representa más que un logro administrativo: significa la posibilidad de que los escasos recursos no se vayan por la coladera de la deuda.
Pero conviene mirar con lupa. Los ayuntamientos de Zacatecas, atrapados entre nóminas infladas, gasto corriente desbordado y recaudaciones raquíticas, suelen celebrar acuerdos que más que victorias estructurales son apenas treguas. El caso de Villa García refleja esa paradoja: por un lado, un respiro financiero; por otro, la constatación de que durante años la falta de planeación y transparencia incubó deudas que hoy parecen hazañas al reducirse.
El mérito no es menor, y negarlo sería injusto. En tiempos donde la mayoría de las alcaldías sobrevive al día, lograr una condonación de esta magnitud habla de gestión y negociación efectiva. Sin embargo, lo que sigue será la verdadera prueba: garantizar que los recursos liberados se traduzcan en servicios públicos dignos, calles seguras y oportunidades para una población que, históricamente, ha tenido poco.
La narrativa oficial lo presenta como una “página nueva” para el municipio. Ojalá lo sea. Porque de nada sirve reducir deudas si no se acompaña de políticas que eviten repetir la historia. Villa García celebra un triunfo que sabe a esperanza, pero también enfrenta la obligación de demostrar que no fue un golpe de suerte, sino el inicio de un gobierno con rumbo claro.
En un estado fatigado por la violencia y la desconfianza institucional, hasta los pequeños logros cuentan. La pregunta, sin embargo, queda abierta: ¿será Villa García capaz de convertir esta tregua en transformación real?
Jerez en alerta: el agua reclama su cauce
La Coordinación Municipal de Protección Civil y Bomberos de Jerez lanzó un llamado urgente: mantenerse en alerta máxima ante el riesgo de desbordamiento de ríos. Las presas de la región alcanzaron niveles críticos y ya vierten hacia los cauces que atraviesan la cabecera municipal.
La presa del Tesorero se encuentra al 75% de su capacidad; aunque no representa un gran peligro, las autoridades recomiendan precaución. Distinto es el panorama en la presa del Cargadero, que está a su máxima capacidad y vertiendo hacia el río Jomulco, cuyo caudal crece de forma acelerada.
La situación más delicada se vive en la presa de Rosales: desborda de manera abundante hacia el río San Nicolás, que conecta con el río Mortero. El riesgo aumenta por el “cuello de botella” generado por casas construidas a la orilla del cauce.
Las zonas más vulnerables son el Fraccionamiento Bosques, Colonia Lagunita, parte de la Colonia San Francisco, Colonia Matías Ramos y sus alrededores.
Protección Civil advierte riesgos de inundaciones, derrumbes, cortos circuitos y crecientes repentinas. La población debe preparar mochilas de emergencia, proteger documentos y atender solo información oficial.
El agua no espera. La prevención puede salvar vidas.
Valparaíso: justicia social sobre ruedas
En Valparaíso, la justicia social dejó de ser discurso y tomó la forma de sillas de ruedas, bastones y andadores. El Ayuntamiento 2024-2027, a través del DIF Municipal, encabezado por Luis Robles, logró que decenas de familias recibieran un apoyo que no se mide en pesos, sino en dignidad.
El Programa de Entrega de Aparatos Funcionales del SEDIF llegó a los hogares donde más se necesita. No se trata de caridad, sino de devolver movilidad, autonomía y esperanza a quienes la habían perdido. La frase que resonó en el evento lo resume: “La inclusión de los grupos vulnerables no es beneficencia, es justicia social”.
La gestión de la regidora Francisca Barrios fue clave. Su intervención mostró que cuando la política se desprende de cálculos mezquinos y se convierte en servicio, puede transformar realidades. Este es el tipo de trabajo que la gente espera: menos promesas huecas y más resultados tangibles.
Valparaíso da un ejemplo que otros municipios deberían seguir. Porque en un estado marcado por carencias, cada bastón entregado no solo sostiene un cuerpo: también sostiene la idea de que Zacatecas puede caminar hacia adelante, con todos y para todos.
Sobre la Firma
Columnista especialista en municipios, justicia y poder.
aureliogaitan58@gmail.com
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