martes, julio 8, 2025
spot_img
HomeOpiniónEl Callejón de los 58El Callejón de los 58 | Promesas que se olvidan

El Callejón de los 58 | Promesas que se olvidan

AURELIO GAITÁN

En Miguel Auza, la política sigue siendo el arte de decir una cosa y hacer la contraria. Durante la campaña de 2024, Arturo Calderón Rueda, entonces candidato de Morena, difundió como una de sus principales banderas la austeridad. En una imagen de su propaganda electoral se puede leer con claridad: “Austeridad, disminución del salario del Presidente, Síndica y Regidores”. Promesa clara, directa, sin dobleces.

Sin embargo, en días recientes, el presidente municipal y su fracción en el Cabildo votaron en contra de una propuesta que justamente retomaba —y ampliaba— ese compromiso.

La iniciativa, presentada por los regidores de Movimiento Ciudadano: Efraín Lerma, Genaro de la Cruz y Griselda Flores, planteaba regresar los salarios del alcalde, la síndica, el secretario de Gobierno y los propios ediles a los niveles de septiembre de 2021.

El objetivo era generar un ahorro anual de 937 mil 944 pesos, recursos que se destinarían a crear un fondo permanente para el pago de aguinaldos y evitar así los adelantos de participaciones que cada diciembre solicitan al estado.

El sentido de la propuesta era incuestionable: aliviar las finanzas municipales, evitar prácticas que comprometen la estabilidad financiera y, sobre todo, cumplir lo prometido. Pero el bloque oficialista vestido de guinda prefirió defender los privilegios. Durante la discusión, los argumentos dejaron de ser técnicos y se tornaron personales. El alcalde Calderón espetó: “Si me bajo el salario, será sólo si el pueblo me lo pide” y “me da asco tu forma de hacer política”. La escena reveló no sólo la falta de disposición al diálogo, sino un profundo desprecio por la crítica.

La regidora del PT, Elda Parra, propuso incluso ampliar el ajuste salarial a los altos mandos de la administración, una medida lógica si se busca una austeridad real. Tampoco prosperó. Y no es la primera vez. En diciembre de 2024, la fracción de Morena ya había rechazado incluir esta reducción en el Presupuesto de Egresos 2025, prometiendo revisarla “más adelante”. Ese “después” sigue sin llegar.

Para Efraín Lerma, esta era la oportunidad de corregir el rumbo. No lo fue. Lo que se vivió en Cabildo no fue un simple voto en contra, sino la confirmación de una distancia creciente entre el discurso y los hechos. En campaña, se enarbolan banderas de cambio. En el poder, esas banderas se pliegan y se archivan.

La población no olvida. La propaganda no miente: ahí está la foto, el compromiso firmado ante la mirada pública. Lo que falta es voluntad política. En Miguel Auza, el oficialismo de Morena ha decidido que sus promesas pesan menos que sus sueldos.

Y, sin embargo, este mismo municipio —traicionado por la incongruencia de sus autoridades— guarda un legado que exige respeto.

Justicia para Miguel Auza.

El diputado Óscar Rafael Novella Macías presentó ante el pleno de la Legislatura del Estado la iniciativa para declarar “Ciudad Histórica” a la cabecera municipal de Miguel Auza. Lo acompañó el también morenista Jesús Padilla Estrada.

No se trata de una ocurrencia ni de un ornamento institucional. La propuesta nace desde el corazón del municipio, impulsada por sus cronistas Nicolás Alejandro Mariscal y Azael Pámanes, con el respaldo documental de Arturo Calderón Rueda y la síndico Mireya del Rosario Giacomán. También suma la validación académica de Juana Elizabeth Salas Hernández, de la UAZ, y el dictamen favorable del Cronista del Estado.

Miguel Auza no necesita inventarse historia: tiene 470 años de ella. Es uno de los asentamientos más antiguos de Zacatecas y, a pesar de ello, ha sido sistemáticamente ignorado por las estructuras del reconocimiento oficial. Declararlo Ciudad Histórica no es un premio; es un acto de justicia. Es reparar un olvido.

La propuesta contempla realizar una sesión solemne el próximo 29 de septiembre, al cumplirse 471 años de su fundación. Ese día será más que una conmemoración: será una oportunidad para que la LXV Legislatura se muestre digna del cargo que ostenta. Que no se limiten a levantar la mano, sino a poner en su sitio la memoria de un pueblo que ha resistido con dignidad, a pesar del olvido y la hipocresía.

La historia no se improvisa. Se honra. Y en Miguel Auza, ya es tiempo. Porque los pueblos también tienen memoria, y tarde o temprano, exigen cuentas.

Artículos Relacionados
- Advertisment -spot_imgspot_img

Populares