viernes, diciembre 12, 2025
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Sótano Uno | Las tramposas manifestaciones

RAÚL MANDUJANO SERRANO

Las luces de ese árbol centellean colores rojo, azul, verde, gris, blanco, amarillo. Por tiempos, segundos quizá, dándole luminosidad al sombrío espacio de maderas y tabiques de esa ancestral cafetería del centro histórico. La Navidad se acerca y el café cambia por un ponche endulzado con piloncillo y miel, calientito, para energizar al estómago y el intestino mientras chupas los huesitos del tejocote. Afuera la gente corre bajando de cientos de autobuses que han llegado a la ciudad. No quieren ser llamados “acarreados”, aunque su dignidad se quedé en los asientos del transporte que los trae de Hidalgo, Guerrero, Michoacán, Veracruz, San Luis Potosí, Tlaxcala, el Edomex, la CDMX y otros más. Pasan lista con los encargados de cada camión. Quizá sea el registro para darles algún billete o despensa, o tal vez sólo para entregarles el lonche mientras esperan en el zócalo.

Movilizar así a la gente es todo un entramado. Subirlos al transporte convencidos de que su pobreza será compensada ese día, es significativo. Quizá muchas no sepan quién es Claudia, pero, ese día, les habrá dado de comer.

Llenar esa plaza cívica de gente y perturbar la movilidad se ha vuelto pasatiempo de la idolatría del político. Si 100 mil le gritan ¡fuera! Otros 100 mil le gritarán ¡no estás sola! Y quizá también algún despistado alcalde reúna a sus trabajadores y la militancia de su proyecto para cerrar calles y buscar notoriedad ante sus jefas para ser ungido como el próximo capellán de la entidad. Es, digámoslo así, el ejercicio más faccioso de las apariencias o las simulaciones. “Mostrar el musculo”, dicen en mi pueblo.

De hecho, manifestarse es un derecho. El artículo sexto garantiza la libertad de expresión y el noveno instituye el derecho de reunión, permitiendo que los ciudadanos se expresen. Pero el articulado tiene sus “trampas” y no se aplica igual a amigos que enemigos. Si se te permite, pero también se te niega. El gran Cantinflas decía: “¡Ahí está el detalle! Que no es ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario”.

México anhela una Navidad sin violencia. Y es que, el problema del gobierno es que parece más cómplice de las cosas malas que quien debería remediarlas. Las marchas demandando salud, trabajo, seguridad, paz, son una constante del escenario político, y pareciera que por ello también el gobierno debe manifestarse y contrarrestar las quejas.

Miles toman las calles para expresar su miedo y dolor, ya sea el 1° de mayo, el 8M, el 2 de octubre, por el Orgullo LGBTI+, por las reformas políticas, Ayotzinapa, la generación Z, los conflictos agrarios o interétnicos y por los feminicidios, todos tratando de que los escuchen… y a veces, orar también ayuda…

Colofón: celebraciones y agradecimientos

Cada día nos acercamos más al fin de año. Las celebraciones más amadas y divertidas, y también las de mayor derroche, como si una ciudad iluminada y con arreglos vistosos aliviara las necesidades de la tristeza y el miedo de la gente. Por lo pronto, el amanuense agradece ampliamente las consideraciones para unirme a compartir el alimento y la bebida con la secretaria de Economía, Laura González; con la Canaco Toluca de Fernando Reyes Muñoz y Miriam Lisbeth Rodríguez Lora; de mi casa editorial El Valle, y de la Asociación de Periodistas y Comunicadores Mexiquenses. Tal vez reciba otras, pero si no, recuérdenme cuando me lean y cuestionen las razones de mis irreverentes comentarios. Hasta otro Sótano menos Grinch y más conmemorativo y festivo, algo más navideño…

Sobre la Firma

Crítico tenaz, maestro por convicción.
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