RAÚL MANDUJANO SERRANO
Advertencia
“No siempre la pasaremos mal hijo”. RMC.
Todos los personajes de este relato, así como los lugares son ficticios y quiméricos. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.
Primer acto. El hijo de Adán
La noticia corrió fulminante en metrópolis. La policía aprehendió a Yeshua Bar Abba, conocido en el bajo mundo como Barrabás Bermúdez Recuña, oriundo del reino de Atabasco, cuyo apelativo significa “Hijo de Adán, constituyente de la secta”. Tal nombre proviene de los manuscritos antiguos en arameo del evangelio según el profeta García Harfuchi. En aquellos tiempos, Yeshua bar Bermúdez vendió al pueblo noble de Atabasco por 30 mil monedas de oro y huachicol. Ello ocurrió en el jardín de los Olivos de Independencia número 2 y Pino Suárez, en Villahermosa. La avenencia se hizo a nombre del propio Adán, cacique de Tabscoob y señor de los ocho leones de Chocohtán.
Segundo acto. La traición
Yeshua Bar fue traicionado por la cúpula del Movimiento. “Chivo expiatorio” del reino de Atabasco, huyó a los dominios de Peraguey de Judea, donde se ocultaba disfrutando del caudal logrado por la venta del pueblo Atabasqueño, pero fue apresado por la guardia castrense y entregado al imperio Meccica de la comandanta Clausen Huitzilopochtli, quien advirtió a los habitantes de Tabscoob, que tal criminal había sido un malhechor de alta peligrosidad que operó en el sigilo, aliado de Ulises “El 89″ y Arturo “El chupasangre”, separatistas de la violencia, extorsionadores, narcomenudistas, secuestradores, homicidas, traficantes de migrantes y huachicoleros, además de cofundadores de la secta de perversos denominados “La Barrendera”. Tras la captura del fariseo, los apóstoles “Adán, hijo del Padre del Movimiento” y el profeta “Andrés, Padre del Movimiento, el elegido para liberar al pueblo de la maldad de los Saduceos Triistas y designado a conducir el éxodo de la transformación”, negaron conocer al villano y sus felonías.
El propio “Adán, hijo del Padre del Movimiento”, relató conocer, si, al hereje Bermúdez Recuña, incluso, de haber compartido el vino, el pan y la sacristía de la intimides, más nunca por su clarividencia inocente pasó que el antedicho fuera un forajido, aunque, por alguna sospecha, advirtió al gobernante Poncio Pilatos Merino que lo “echara”. Mientras que advertido, quizá por sus huestes en altos mandos, el también apodado comandante “H”, huyó dejando el mando de los ejércitos de “La Barrendera” a Carmelo Palacete Ramírez, “El sapo”, para continuar con las operaciones de tráfico de drogas, robo de combustible, extorsiones y demás inmundas alevosías.
Tercer acto, la cárcel
Al llegar a su resguardo canónigo, proveniente del dominio de Peraguey de Judea, el celador de la guardia del profeta García Harfuchi preguntó su nombre, respondiendo el proscripto: “Me llamo Yeshua bar Abba Bermúdez Recuña, comandante de los ejércitos siniestros del norte de Atabasco, general de las Legiones Félix de “La Barrendera”, leal servidor del verdadero emperador “Adán, hijo del Padre del Movimiento”, encumbrado regente del Cártel de la Nueva Transformación, cónyuge de una traición asesinada y juro que alcanzaré mi venganza en esta vida o la otra”.
Bermúdez Recuña será juzgado por una nueva corte de magistrados electos a los tribunales mediante la tómbola del destino de los Decepticons, luchadores del dominio de los Cybertron, exención venezuelanda del opositor Nicolai Inmadurovich, y leales esbirros de “Andrés, Padre del Movimiento” … De ser hallado inocente, por decreto y consulta al pueblo meccica, se decretará por ley el artículo: “Dejen libre a Barrabás”, que se adicionará a la Constitución de la patria, que cita la liberación inmediata de los discípulos del Movimiento… Hasta otro Sótano…
Sobre la Firma
Crítico tenaz, maestro por convicción.
raul.mandujano.rm@gmail.com
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