Breves Recetas de Economía. La recesión toca a nuestra puerta

JAVIER LARA CABALLERO

Hemos repetido que existen algunos indicadores económicos cotidianos que nos sirven como termómetro para conocer el estado de nuestra economía, y no me refiero a los grandes macro indicadores ni a las cifras como el Producto Interno Bruto, la Inversión Extranjera Directa, o los indicadores de la balanza de pagos. Esos indicadores cotidianos -casi intuitivos- son los que nos ubican en la realidad y en realidad son poco complejos. Por ejemplo, todos sabemos que, si sube el precio de la gasolina, en automático todos los productos suben. Todos podemos notar si en los restaurantes hay más o menos gente, todos vemos si los centros comerciales están llenos o vacíos, todos nos damos cuenta si cada vez hay más o menos autos nuevos rodando en las calles, todos nos enteramos si la gente está o no pidiendo dinero prestado, si hay más o menos fiestas, si las bebidas que se sirven en esas fiestas son o no más caras, si las familias van o. o al futbol, si el compañero de clases estreno o recicló cuadernos, etc.

En el plano personal, todos hemos sentido el efecto de la inflación. Si antes llenábamos el tanque de gasolina, ahora tal vez solo pongamos doscientos o trescientos pesos, Si nos compramos los tenis más caros o los más baratos, si salimos o no al antro, si salimos o no a comer, si comemos lo que queremos o lo que podemos, si fuimos o no al palenque, y esa realidad, más allá de lo que nos digan las cifras o lo que nos digan los políticos, es la única sensación objetiva del estado de nuestra economía.

Existe, por decirlo así, un nivel intermedio para medir como andan las cosas. Por un lado, las que presentan organismos nacionales como la ANTAD (Asociación Nacional de Tiendas Auto departamentales) que aglutina a todas las grandes cadenas de tiendas del país y que participan muy activamente en todos los procesos de compra venta de los artículos que utilizamos a diario y que trimestralmente reporta avances o retrocesos en el nivel de consumo global, y cuyo último reporte vislumbra que el consumo muestra una tendencia a la baja y no se espera una recuperación en lo cercano, y por otra parte, el IMCO que mide la competitividad económica del país y que en su último reporte nos degradó en cinco lugares en una medición de 43 países, ocupando el lugar 37.

Por último, la empresa de mensajería Federal Express (Fed Ex) la más importante en su rubro, acaba de comunicar que el envío de paquetes en el mundo ha caído hasta un 50 por ciento, lo que significa que el comercio electrónico también ha caído.

El próximo año tendremos déficit fiscal (ya nos lo anunciaron oficialmente), tendremos que pedir prestado, apretarnos aún más el cinturón y eso significa que habrá recortes importantes. Más allá de cualquier discurso, todas esas señales refrendan lo que hemos venido anunciando. La recesión económica es inminente y la crisis pronto la sentiremos en carne propia, y lo peor es que no parece haber forma de remediarlo al menos en el corto plazo. Al tiempo.