Orgullo

RAYMUNDO MORENO ROMERO

Como cada año, el mes de junio es el mes del orgullo LGBTTTI+ en todo el mundo occidental, se trata de un espacio de tiempo para visibilizar a una población históricamente vulnerada y relegada de la vida pública, señalada, estigmatizada, violentada e incluso perseguida por la autoridad. Si bien los avances en materia de aceptación y respeto han sido muchos, la realidad es que en pleno 2021 todavía abundan las legislaciones que, en claro desacato a las jurisprudencias de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y al espíritu del constituyente permanente, siguen discriminando y propiciando que en nuestro país existan ciudadanos de primera y de segunda.

A nivel global la progresividad de derechos se ha logrado no sin resistencias de grupos ultraconservadores y regímenes autoritarios o teocráticos. Hoy, todavía son alrededor de 70 los países donde ser homosexual es un delito y en 6 es motivo incluso de la pena de muerte. En el ámbito nacional, si bien las instancias jurisdiccionales han resuelto con perspectiva de derechos humanos añejos asuntos como el matrimonio igualitario, por desgracia los prejuicios han imperado en varias entidades, entre ellas bochornosamente Zacatecas.

Los retos que enfrentamos quienes somos parte de la llamada diversidad sexual son enormes, van desde menos oportunidades educativas y laborales, hasta restricciones en el acceso a la salud y la preeminencia de regulaciones anacrónicas. Según la última encuesta nacional sobre discriminación, hasta 8 de cada 10 personas LGBTTTI+ habrían sido lastimadas en su dignidad durante su vida, esa es una estadística que un Estado democrático no se puede permitir.

La lucha por el derecho humano a la identidad de las personas trans, por la creación o el fortalecimiento de instituciones que eduquen en respeto y atajen la discriminación, por la tipificación de los crímenes de odio en los Códigos Penales federales y estatales, por la prohibición de las mal llamadas terapias de conversión, y por el acceso universal a antirretrovirales para quienes viven con VIH, entre muchos otros asuntos, son parte de una agenda inacabada que trasciende los sexenios y desafortunadamente parece no avanzar a la velocidad que quisiéramos. Durante junio no son pocos los actores políticos y los organismos públicos que cambios sus fotos de perfil y celebran la diversidad con colores y mensajes inclusivos, no obstante, la mejora de la calidad de vida de nuestras poblaciones no se resuelve con un tuit, sino con las anheladas políticas públicas y armonizaciones legislativas que siguen en el tintero.

La esperanza de vida de una mujer trans es de poco más de 35 años. En tanto los poderes legislativos y ejecutivos no asuman con contundencia un compromiso con los derechos humanos, el costo en vidas humanas de sus omisiones seguirá siendo un lastre que la historia les juzgará con severidad.

Refilón: El crimen organizado fue protagonista de la elección del 6 de junio. Mientras redactaba estas líneas, el gobernador de Michoacán permanecía a las puertas de Palacio Nacional esperando que el presidente le recibiera a fin de entregarle las pruebas de dicha injerencia. El jefe del Estado mexicano decidió no atenderlo como si la seguridad nacional no fuera un asunto prioritario en el actual contexto de violencia que padecemos. ¿Será que el crimen efectivamente se portó bien, pero con AMLO y los suyos?