Clases por televisión: la opción más viable

MARÍA DEL SOCORRO CASTAÑEDA DÍAZ

La primera y tal vez más importante novedad con la que desde muy temprano inició esta semana, es que el gobierno Federal dio a conocer que el inicio del ciclo escolar 2020-2021 será el próximo 24 de agosto, y que el regreso a clases, se realizará a través de un trabajo conjunto con cuatro televisoras que transmitirán los contenidos del programa educativo oficial para que estos puedan llegar al estudiantado de todo México[1].

Pocos minutos después, la red se empezó a llenar de memes, tuits y publicaciones en otras redes sociales. Los internautas no perdonaron la decisión. “Estaría chingón que las nuevas clases por televisión de Matemáticas las imparta Jordi Rosado, las de Química y Física, Paty Navidad, las de Lógica que sea Andrea Legarreta, las de español, Ninel Conde y las de Historia y Geografía que sean las Miss Universo”, señaló, por ejemplo, un usuario de Twitter[2]. Publicaciones similares abundaron durante el día.

Al parecer, el “pueblo de la red” ya olvidó que, durante muchos años, ha sido precisamente la televisión el medio más influyente en México y en muchas regiones del planeta y que incluso, de acuerdo con el criterio de muchos representantes de diferentes sectores, fue precisamente la enorme difusión televisiva que se dio en 2012 a la figura del entonces candidato Enrique Peña Nieto, apoyado por su esposa, una actriz de telenovelas, que éste se convirtió en el presidente de México[3].

En términos reales, según la encuesta nacional de IFT “Consumo de contenidos Audiovisuales”, realizada en 2018, 72 por ciento de la población mexicana todavía ve los canales de televisión abierta. “Ante la baja penetración de Internet que existe en México, la televisión continúa posicionándose, aparentemente, como la única opción de medio de comunicación y entretenimiento”, explica una publicación de Germán Ortiz, consultor del Tecnológico de Monterrey[4]. Y en dos años la situación no puede haber cambiado mucho.

Así, honestamente hay que decir que la decisión del gobierno de la República de recurrir a las televisoras para difundir los contenidos educativos no es tan descabellada, si bien lanza el mensaje de que muy probablemente tardaremos mucho en reducir la brecha digital.

La televisión ha sido satanizada, es más, en un cierto sector de la población se difunde cada vez más la idea de que quien todavía tiene un aparato en su casa y peor, quien aún dedica un tiempo del día a verlo, es una persona manipulable, no tiene criterio propio y puede incluso entrar en la categoría de ignorante. La culpa la tienen las décadas de contenidos realmente decadentes que la televisión comercial se ha dedicado a producir y difundir. Definitivamente, la televisión abierta no es una opción para un sector privilegiado de la población, y en este sentido el privilegio del que hablo es no solamente un potencial criterio más amplio para discriminar los contenidos que se desean ver, sino la posibilidad real de hacerlo, al contar con los recursos económicos que permiten acceder a otras opciones.

La televisión de hoy no parece tener potencial para educar, de acuerdo con muchas personas que solamente se entretienen (y a veces se informan y tal vez se educan) a través de Internet o de las plataformas streaming, Sin embargo, valdría la pena recordar que la hoy satanizada televisión ha tenido casos de éxito muy importantes en distintas regiones del planeta.

En Italia, por ejemplo, la llegada de la televisión representó un importante paso para unificar el idioma. Fue con su llegada que la población del país de la bota comenzó a hablar italiano además de los 31 distintos dialectos de las 20 regiones. Además, entre 1960 y 1968 el sistema de Televisión RAI difundió el programa “Nunca es tarde” (Non é mai troppo tardi) que permitió que una buena parte de la población analfabeta aprendiera a leer y escribir. Cerca de un millón y medio de personas en aquella época adquirieron su certificado de estudios primarios y el hecho se atribuye a dicha transmisión. Además, el italiano estándar se difundió por medio de programas educativos y lingüísticos difundidos por la televisión[5], y aunque ahora se acusa a dicho medio de haber reducido el lenguaje e incluso de promover un uso erróneo y pobre de éste, en aquella época dorada su presencia fue definitiva para mejorar la comunicación y fomentar el uso del idioma de Dante.

Volviendo a México, hay que considerar que la televisión también tuvo su momento de oro, y que precisamente la empresa Televisa logró en los años 70 una importante difusión de temas como la alfabetización y, sobre todo, la planificación familiar. “Ven conmigo”, “Acompáñame” y “Vamos juntos”, protagonizadas por la actriz Silvia Derbez y producidas por Miguel Sabido, fueron el resultado del trabajo conjunto entre la empresa y la Secretaría de Educación Pública, que abordaron con éxito asuntos de gran trascendencia en ese momento[6].

De hecho, Miguel Sabido, impulsor del entretenimiento educativo fue invitado a la India en 1984 por la Primera Ministra Indira Gandhi y ahí realizó la primera telenovela, “Nosotros, el pueblo”, que difundía la armonía entre castas y la defensa de los derechos de la mujer, criticaba los matrimonios arreglados y fue vista por cerca de 50 millones de personas.

Los tiempos han cambiado, es cierto, pero no para todos. Hoy día, retomar la potencia de la televisión para seguir educando en tiempos de pandemia no debería ser una idea tan menospreciada. El uso de la televisión y de la radio son una importante opción en un momento en el que muchos niños, niñas y adolescentes están en serio peligro de no continuar sus estudios. En realidad, hace falta abrir los ojos a la realidad mexicana. Internet no ha llegado a todos lados, y si nos vamos a los extremos, debemos considerar que hay poblaciones en todo el país donde la comunicación más efectiva se da a través de altavoces colocados en puntos estratégicos o incluso se realiza perifoneo como una manera de mantener informadas a las personas. No todo es ciudad ni mucho menos tecnología.

El uso de Internet es tan necesario e importante como deseable, pero en la situación que vivimos, no es sencillo atender la necesidad de hacerlo llegar a todas partes, aunque el acceso a éste sea considerado como un derecho humano[7]. Así, incluso con la duda de cuánto ha costado el acuerdo del gobierno Federal con los dueños de las televisoras, en términos políticos y económicos, hay que decir que se trata de una solución práctica y que solamente resta esperar que los contenidos estén a la altura de las circunstancias y el estudiantado realmente obtenga el conocimiento necesario. Va de por medio, ahora sí, el futuro de este país, de por sí ya tan vapuleado (también) en materia educativa.

[1] Disponible en  https://www.reporteindigo.com/reporte/amlo-anuncia-que-regreso-a-clases-contara-con-apoyo-de-televisoras/

[2] Disponible en https://heraldodemexico.com.mx/tendencias/andrea-legarreta-maestra-economia-peticion-usuarios-redes-volvio-tendencia-twitter-regreso-clases/

[3] Disponible en https://polemon.mx/pena-nieto-dio-mas-de-6-mil-millones-a-televisa-en-su-sexenio

[4] Disponible en https://www2.deloitte.com/mx/es/pages/dnoticias/articles/internet-vs-television-la-batalla-por-audiencia.html

[5] Disponible en https://www.europassitalian.com/es/aprender-italiano/historia-del-idioma/#la-television-y-el-italiano-estandar-una-relacion-interesante

[6] Disponible en file:///C:/Users/HP/AppData/Local/Temp/736-Article%20Text-2371-3-10-20170119.pdf

[7] Disponible en https://computerhoy.com/noticias/internet/onu-declara-acceso-internet-como-derecho-humano-47674