Visit Mexico, la patética estrategia a la mexicana

MARÍA DEL SOCORRO CASTAÑEDA DÍAZ

Lo que esta semana llama mi atención entre los hechos que más se tratan en los medios de comunicación no es esa absurda, increíble, surreal e inoportuna guerra de declaraciones entre el que quiere mostrarse como el presidente más puro de la historia, Andrés Manuel López Obrador y su acérrimo enemigo, Felipe Calderón Hinojosa.

Tampoco me parece trascendente la extraña y oscura historia de Emilio Lozoya y sus revelaciones que son la muestra de que en la 4T hacen de todo por aparentar que luchan contra la corrupción, aunque no comiencen por eliminar la presencia de ciertos personajes realmente nefastos de la actual administración.

El tema que considero verdaderamente preocupante tiene que ver con una situación que hasta ahora ha sido tomada a la ligera, y que en cambio ha sido objeto de memes y bromas que están muy distantes de la verdadera gravedad del asunto. Se trata de la falta total de atención al portal de promoción turística “Visit Mexico” que llegó a dos situaciones tan patéticas como inverosímiles, pero que es un elemento más para la caída del sector.

Y aquí lo importante es evidenciar que el desplome de la industria turística significa un verdadero desastre para la economía mexicana, que se sostiene, además de las remesas, el petróleo y la Inversión Extranjera Directa, precisamente del turismo.

Primero, el 24 de julio la página, dedicada a la difundir contenidos que alienten las visitas de turistas extranjeros, mostraba una imagen en la que se comunicaba que su actividad había sido suspendida por falta de pago. Un par de semanas después, la misma página mostraba una patética versión en inglés, aparentemente realizada usando el traductor de Google, con errores tan ridículos como llamar “Warrior” al estado de Guerrero y “Noble” a Hidalgo, mientras que “Turret”, “Log” y “Jumpsuit” correspondían a Torreón, Madero y Tulum, respectivamente.

La verdad es que la situación tiene más visos de tragedia que de comedia. Quedan muchas dudas sobre el tema de “Visit Mexico”, plataforma que, según una publicación del diario nacional Excélsior, firmada por el periodista Paul Lara[1], ha sido concedida por el mismísimo secretario de Turismo de la 4T, Miguel Torruco, a Marcos Achar y Carlos González, empresarios que estarían lucrando “con municipios y estados en ventas de promoción, además de convertirse en un intermediario entre proveedores, empresas y gobiernos para la venta de insumos turísticos para cerrar negocios, perdiendo así la verdadera naturaleza de la marca”. La acusación es muy grave, y, sin embargo, no parece tener eco y por supuesto no hay una investigación formal que permita deslindar responsabilidades. Quién sabe si en algún momento el funcionario federal será llamado a cuentas para explicar el motivo por el que, según el mencionado periodista, está beneficiando económicamente a empresarios de la comunidad judía en México.

Justo antes del inicio de la pandemia, que en sí misma representa un verdadero caos para el turismo, el panorama para el sector no era nada halagüeño. Ya el propio secretario Torruco Marqués anunciaba, sin imaginar el desastre que estaba por ocurrir, que México había caído del sexto al séptimo lugar en la clasificación de los países con más turistas internacionales, y era posible que llegara a ocupar el noveno puesto en el ranking mundial.

Según el Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET) esa caída anunciada antes de la emergencia sanitaria tendría su origen en que el gobierno de López Obrador canceló las inversiones destinadas a la promoción turística y además desapareció el Consejo de Promoción Turística de México. De acuerdo con la CNTE, “a corto plazo los flujos de turismo podrían colapsarse como lo hicieron luego de 2009; al combinarse el repunte de la inseguridad, la epidemia de influenza y los efectos de la Gran Recesión de 2009”[2].

Pues bien, si esto se preveía antes del COVID-19, ahora la industria turística mexicana está frente a una nueva crisis de inseguridad que además se podría incrementar a partir de la crisis económica generada por la pandemia. Definitivamente estamos peor, sobre todo porque, además, las propias circunstancias sanitarias han traído una caída estrepitosa del turismo nacional e internacional.

El Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC) ha hecho un pronóstico global poco menos que catastrófico. Su directora, Virginia Messina, afirmó hace unos días que en el mundo se pueden perder 198 millones de empleos, lo que representa alrededor de 60 por ciento[3].

A nivel global, hasta antes de la contingencia sanitaria, el turismo representaba diez por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), pero en pocos meses, la cancelación de vuelos, el cierre de fronteras, la cuarentena obligatoria para los turistas en algunos países y en general el temor o la imposibilidad de viajar han hecho estragos.

Ni qué decir de la realidad de México, que, como otros países de América Latina, es considerado un lugar en el que los viajes placenteros por el momento (y quién sabe hasta cuándo) no son aconsejables.

Hasta 2018, el turismo en México representaba 8.7 por ciento del PIB y había generado 2.3 millones de puestos de trabajo, es decir, 6 por ciento del total de estos[4]. La llegada de la 4T no fue precisamente positiva para el sector en México. Con esa fijación tan característica por el pasado, el de Macuspana decidió recortar los recursos destinados a la promoción del turismo, y cuando en abril de 2019 los hoteleros le solicitaron más recursos, su respuesta se redujo a las acusaciones a las que es tan aficionado: “[…] todo tiene que ver con lo mismo, estaban encariñados con un fondo de seis mil millones de pesos, pero eran para pagar publicidad, no para fomentar el turismo; era para publicidad para el gobierno y pagar favores a medios de información, una especie de subvención a medios de información, todo encubierto y eso ya se termina”.

Probablemente desde su punto de vista no era necesario promocionar la oferta turística mexicana, porque seguramente ésta se vende solas y por supuesto, a nivel internacional el país no tiene competencia. Su cerrazón está justificada en la actuación de los gobiernos anteriores que, según él habrían destinado “fondos millonarios para la promoción turística, pero no funcionaban, como el caso de ProMéxico que contaba “con oficinas en los mejores lugares del mundo y era puro becado al que mandaban ahí”[5].

La lógica del presidente de que todo lo anterior estaba mal y tenía que ver con actos de corrupción, también se advierte al dejar en manos equivocadas “Visit Mexico”, que era tal vez uno de los últimos recursos para posicionar a México nuevamente como potencia turística y con ello, mejorar la vida de quienes se benefician con la derrama económica que el sector representa y que son personas que pertenecen a ese “pueblo bueno y sabio” al que tanto dice defender y al que prefiere llenar de dádivas antes que apoyar las iniciativas que les ayuden a trabajar y buscar con ello el acceso a una vida mejor.

[1] Disponible en https://www.dineroenimagen.com/paul-lara/el-fallido-visitmexicocom/125208

[2] Disponible en https://www.publimetro.com.mx/mx/noticias/2019/03/19/mexico-cae-al-septimo-lugar-turismo-internacional.html

[3] Disponible en https://www.jornada.com.mx/ultimas/economia/2020/08/11/se-pueden-perder-198-millones-de-empleo-en-el-mundo-en-sector-turismo-wttc-2930.html?fbclid=IwAR0GUdmm_cgT4TP28gLbLfxk5-M4GyeNa8OhdZJN6etmfKxdyHxg_rdrfds

[4] Disponible en https://www.economiahoy.mx/turismo-eAm-mx/noticias/10261242/12/19/Actividad-turistica-en-Mexico-aporta-el-87-al-PIB-y-representa-el-6-del-empleo.html

[5] Disponible en https://www.milenio.com/politica/amlo-rechaza-dar-mayor-presupuesto-para-turismo