Contar hasta diez

LUCÍA LAGUNES HUERTA

Me pregunto a quién se le ocurrió que sería buena idea revivir la campaña de televisa de la década de los 80 para responder, en el siglo XXI, a las exigencias de las ciudadanas para eliminar la violencia contra las mujeres.

Me refiero a la campaña presentada, recientemente, por el titular de Comunicación Social de la Presidencia, Jesús Ramírez Cuevas, titulada “Cuenta hasta diez”, la cual, inevitablemente evoca al emporio de Televisa, creador de la campaña en los años 80, con el mismo nombre y las mismas escenas.

Es aún más lamentablemente que esta campaña este respaldada por funcionarias cuyo mandato es cumplir con la Ley para promover y proteger los Derechos Humanos de las mujeres y erradicar las violencias contra ellas a lo largo de su ciclo de vida.

Pese a que han pasado varias décadas en las cuales se han desarrollado investigaciones científicas que demuestran que las violencias en las familias se deben a la desigualdad y no al carácter, desde comunicación social de presidencia deciden ignorarlas.

Hay que decir que esta campaña no está dirigida a eliminar la violencia contra las mujeres y las niñas, aunque se presentó en ese marco, sino a lo que suele llamarse violencia familiar, por ello llama a respirar hondo y contar hasta diez, cuando se está a punto de estallar.

Hasta en eso la campaña es un agravio, pues desdibuja la violencia contra niñas y mujeres y muestra a éstas últimas como agresoras, además que sus mensajes son confusos y contradictorios.

Confunden estrés y violencia. El primero es un estado físico y emocional, y la segunda, está basada en el abuso de poder, el cual no se detiene contando diez ni un millón. Para hacerlo se requiere eliminar la raíz, es decir, la desigualdad, la permisividad social y la injusticia. Elementos que en ningún momento la campaña aborda.

Por ejemplo, el día de ayer en Twitter se exhibió una escena donde el notario 102, Horacio Aguilar Alvarez de Alba, violenta a su esposa, en plena vía pública, por lo menos dos hombres más contemplan la escena, sin intervenir.

Esto es violencia y no estrés. El notario abusa de su poder masculino incrementado por su profesión, por ser dueño de la casa y por contar con dos testigos que miran lo que él hace sin sancionarlo, sino por el contrario, su inacción lo respalda. Les puedo asegurar que al notario no le importa contar hasta diez.

Las contradicciones en los mensajes desde la presidencia son más complejas. Primero nos dijeron que no había subido la violencia contra las mujeres y niñas en el confinamiento, porque aquí en México teníamos familias fraternas que en otros países ni soñarlo.

Después nos aseguraron que el aumento de llamadas de auxilio en el 911, no eran para tanto, pues el 90 por ciento eran falsas.

El titular del Centro Nacional de Prevención del Delito y Participación Ciudadana del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), Luis García López Guerrero, aseguró a Cimacnoticias que por ahora no puede determinarse si son llamadas falsas ya que esa información aún no se analiza.

Me pregunto, si las familias mexicanas son tan maravillosas y las llamadas de auxilio no son tantas, para qué hacer una campaña que busca detener agresiones en ellas.