Las Piezas del Ajedrez: La CEDH, al basurero de la historia

EFRAÍN ESPARZA MONTALVO

La verdadera tragedia de los pueblos

no consiste en el grito de un gobierno autoritario,

sino en el silencio  de la gente. –M. L. King.

Conformada que fue la quinteta de aspirantes a presidir la Comisión Estatal de Derechos Humanos, mucho me temo que el organismo seguirá siendo un apéndice del Poder Ejecutivo y una instancia obsoleta y disfuncional a la que seguirá utilizándose como el basurero de la burocracia, a juzgar por el perfil de los elegidos.

Excepción hecha de Catarino Martínez Díaz, un hombre probo en toda la extensión de la palabra, los cuatro personajes restantes se identifican plenamente con el Gobernador Miguel Alonso Reyes y a él deben subordinación en tanto que son empleados del gobierno y sus méritos, en todo caso, se circunscriben a esa relación y no a un ejercicio profesional en defensa de los Derechos Humanos, como la normatividad lo establece.

Los casos de María de la Luz Domínguez Campos, José Manuel Contreras Santoyo, Samuel Montoya Reveles, y Raúl Ortiz, llaman la atención si consideramos que todos provienen del ejercicio público activo; dicho factor, según los expertos, limita su campo de acción pues tendrán que ser condescendientes con el Poder Ejecutivo y despiadados e inmisericordes con las víctimas, exactamente como sucede en la actualidad bajo la presidencia de Joel Correa Chacón, un presidentillo que abrió la puerta del basurero a la propia Comisión y al que parecen seguir condenándola.

Si bien la lista inicial de aspirantes la integraron personajes como Rafael Rodríguez Rodríguez, un catedrático de la Universidad Autónoma de Zacatecas, y doctorado en Derechos Humanos; Susan Cabral Bugdug, una mujer valerosa que se ha entregado en cuerpo y alma al cuidado de los niños enfermos de cáncer; y Juan Gómez Hernández, un periodista destacado que quizás mejor que nadie ha vivido la problemática de violación a los Derechos Humanos, en Zacatecas; entre otros, los diputados a la LXI Legislatura optaron por quienes a su juicio representan la mejor opción para el cuidado y protección de ese derecho universal, dejando de lado la experiencia y el conocimiento de causa adquirido en el campo de batalla, por los ya citados.

Pero, como dicen los clásicos: no todo está perdido.

Y es que, de la quinteta seleccionada destaca el nombre del profesor y abogado Catarino Martínez Díaz, un hombre honesto y trabajador que ha dedicado los últimos años de su vida profesional a la protección y cuidado de los Derechos Humanos, precisamente en el organismo que los procura; él, frente a sus contendientes es quien mejores cartas credenciales posee y por lo mismo quien más posibilidades tiene de dirigir y dignificar a la instancia en la materia, antes de que fenezca en el basurero de la historia.

Porque si algo ha caracterizado al organismo en los últimos años, especialmente durante la presidencia de Joel Correa Chacón, es precisamente su torpeza a la hora de proteger a las víctimas frente a los múltiples abusos documentados en los medios de comunicación. Han sido tan efectivas las “sugerencias” del Ejecutivo del Estado, que la Comisión Estatal de Derechos Humanos ha sido omisa en la emisión de sus recomendaciones al grado de poseer el récord de menor número de ellas en su historia, paradójicamente en momentos tan convulsos y de descomposición social como los que vivimos.

Por eso creo urgente y necesario que los diputados deben ser analíticos en su determinación y elegir, ya que dejaron en el camino a los mejores perfiles, al que mejor se ajuste a las necesidades de la Comisión pero principalmente a las de una sociedad cansada por tanto agravio de quienes, en teoría, deberían velar por sus intereses.

De salida 1.- A mis cuatro lectores les tengo una buena noticia: muy pronto podrán escucharme en la radio con un programa de noticias, fresco, dinámico y sin cortapisas, que vendrá a sumarse al universo informativo de Zacatecas. Los detalles, en los próximos días.

De salida 2.- En el reparto del botín político (las diputaciones plurinominales), el que se quedó como el chinito “nomás milando”, fue el defensor a ultranza del verde senador Carlos Puente Salas, Víctor Armas Zagoya, quien según los enterados ya hablaba, actuaba y hasta comía (con lujos de por medio), como diputado ¡lástima Margarito!

De salida 3.- ¿Hasta dónde llevará la lucha David Monreal Ávila, en su intento por limpiar la elección? A estas alturas del partido vale la pena hacer un alto y reflexionar sobre la conveniencia de prolongar la agonía de esa gente que lo apoyó durante su campaña y que buscaba una oportunidad de trabajo en el gobierno. Muchas personas, si no es que todas, están desempleadas y no tienen la posibilidad económica –tampoco el ánimo, luego de la derrota–, de continuar en una lucha que a todas luces parece perdida. Lo mejor es hablar con la verdad y además de agradecerles, pedirles que continúen en la lucha pero desde sus trincheras.

Hasta la próxima.

* El autor es analista

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