Zacatecano, el primer periodista de América: Don Ignacio Castorena y Urzúa

JAIME ENRIQUEZ FÉLIX

Con Juan Ignacio María de Castorena Urzúa y Goyeneche se inicia el primer esfuerzo por sistematizar el periodismo en México y en América, en el año de 1722.  El diario incluía una sección acerca de Europa, inclusive.

Los ingleses tenían un poco más de 40 años de haber llegado a colonizar lo que después se conocería como los Estados Unidos.  No existían Harvard, Yale, Stanford ni MIT.  Lo que hoy es la Universidad Nacional Autónoma de México, era para esos días una realidad en el Nuevo Mundo.

Don Juan Ignacio había sido obispo de Yucatán, habiendo estudiado en su natal Zacatecas con la influencia de los reverendos jesuitas, y en San Ildefonso en la Ciudad de México, donde logró profundidad en el conocimiento de la Filosofía, la Teología y los Sagrados Cánones.

Su profundidad en el conocimiento de la literatura lo condujo a una relación estrecha con Sor Juana Inés de la Cruz.  También estudió en la Universidad de Ávila en España, doctorándose en Teología.  Vivió en Madrid y años después logró el título de Mayor en el Colegio de Santa María de Todos Santos en México.

Fundó en Zacatecas el Colegio para Niñas de los Mil Ángeles, y fue rector de la Real y Pontificia Universidad de México en 1703.

Su padre, el capitán don Juan Castorena Urzúa y Goyeneche, había nacido en el Valle de Bastan en el Reino de Navarra y su madre, Doña Teresa de Villarreal era zacatecana de origen. Sus apellidos lo muestran de casta noble: el escudo de armas con bordadura de plata dividido en cuarteles, tiene su nacimiento en la provincia de Guipuzcoa: fue difundido en toda Cantabria y en las más diversas regiones de España.

Imprimió “La Gaceta” en la oficina tipográfica de los herederos de la viuda de Miguel Rivera Calderón, en la calle del Empedradillo de la Ciudad de México.

Otro presbítero, Don Juan Francisco Sahagún de Arévalo y Ladrón de Guevara, reanudó tiempo después la publicación de la  Gaceta de México.

Son pues, las gacetas de Castorena y de Sahagún, testimonio del primer periodismo de México y de la América toda.

Hay versiones de otro periódico en Lima, en la ciudad de Los Reyes, capital de Perú, que se dice aparecía con antelación.  Sin embargo, ha sido comprobado que el periodismo sistematizado nace con estos dos personajes.

Hay vestigios también de un periodismo esporádico como el que narra el terremoto de la Ciudad de Guatemala, donde perdiera la vida doña Beatriz de la Cueva, viuda de Don Pedro de Alvarado, testimonio que fuera impreso en 1541.  Pedro de Alvarado había sido herido en la zona de Nochistlán, Zacatecas, en la batalla contra los caxcanes, a donde había llegado procedente de Guatemala.  Perdió la vida a los pocos días.

En una visita que hice a Antigua, la bellísima ciudad capital de Guatemala en otros tiempos, en la capital destruida por aquellos sismos, estaba la tumba de Pedro de Alvarado.  Al comentar el cronista acerca de la catedral que observábamos y los restos que allí yacían, le interpelé señalando que Pedro de Alvarado había sido herido y que había muerto cerca de Zacatecas, por lo que me parecía que difícilmente podrían estar allí los restos del valiente conquistador.  Inserté la duda en la visita y se comprometió a investigarlo y a enviarme datos de la existencia o no de los restos de tan afamado personaje.  Aún lo estoy esperando.

Fue también colaborador de la Iglesia Metropolitana en la Ciudad de México. Murió en Mérida el 13 de julio de 1733 y fue enterrado en su catedral en la Capilla de las Ampollas a los 65 años.

Sobre el estado de Zacatecas hay diferentes referencias, como el número 7 de La Gaceta, que da la fecha desde el 01 hasta el fin de julio de 1728 y se refiere así a nuestro Estado: “El día 2 entró el comisario visitador del tercer orden Don R. P Fr. Francisco Moreno, padre de la Santa Provincia de Guatemala y actual comisario visitador del Tercer Orden de esta corte, revisando la conducta de platas de Zacatecas, de todas las que se han sacado de sus minerales en el segundo tercio de este año.  La pertenencia a SM importó 43 mil 635 marcos, una onza y cuatro tomines, que al precio de ocho pesos y cinco tomines cada uno, corresponde su monto a 376 mil 353 pesos y tres tomines.”

“La de los banco de plata importo 81 mil 175 marcos, que al mismo precio suma 700 mil 133 pesos y tres tomines, juntas ambas partidos suman los marcos 120 y 4 mil 800 y diez, que valen un millón setenta y seis mil ochenta y siete pesos y seis tomines”.

Posteriormente habla de las noticias de Madrid, de Roma, de París, donde se celebra el Concilio Provincial Ambrun que tuvo una asistencia de 14 obispos y más de 40 teólogos.  Habla de Durango y cerrando: “Por las muchas y varias noticias que han ocurrido en este mes, y no ser dable, vayan todas en esta Gaceta, hacer segunda, la cual se está disponiendo porque no se queden los curiosos sin ellas, y saldrá breve”

Así, el zacatecano universal, Don Ignacio Castorena Urzúa y Goyeneche, descubre para nuestro continente el periodismo que hoy conocemos: secciones oficiales, religiosas, comerciales, sociales y marítimas, además de Europa y América agrupada por regiones: Ciudad de México, Zacatecas, California, la Habana, inclusive.

Desde aquí nuestro homenaje a este enorme zacatecano, que con su creatividad comunicó y articuló al mundo, y a quienes los zacatecanos debemos el honor de haber propaló nuestro nombre en el mundo entero.  Tenemos una gran deuda con él.  Estatuas con su efigie en los municipios, bibliotecas públicas, teatros y recintos culturales, pues es sin duda un zacatecano universal de la ciencia y de la religión.  Es a estos prohombres a los que nuestros hijos deben conocer, y de los que deben sentirse orgullosos, pues Zacatecas demuestra a cada paso, el tamaño de su historia y de la gloria que se espera para su porvenir.

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