El IVA no es la solución

jorge alvarez maynezJORGE ÁLVAREZ MÁYNEZ *

En los próximos meses, se discutirá una reforma fiscal para México. Para ello, el fin de semana pasado, el PRI celebró su Asamblea Nacional en la que tomó una decisión, desde mi punto de vista, equivocada: eliminar los candados estatutarios para aprobar incrementos del IVA a alimentos y medicinas.

Ya hemos abordado con anterioridad el tema de los impuestos, que es (desde mi punto de vista) la explicación fundamental para que en México prevalezca la desigualdad y la pobreza: los impuestos ni se pagan de manera justa (no pagan más los que tienen más) ni se gastan con sentido redistributivo (los pobres reciben menos que los ricos, como en el caso del Procampo y el subsidio a las gasolinas).

Por eso, si nos declaramos progresistas y convencidos de que este país tiene que ser uno donde haya mayor justicia, debemos de partir del hecho de que necesitamos recaudar más y mejor, ya que actualmente (de manera vergonzosa) recaudamos la mitad que países como Honduras o Nicaragua, la tercera parte que Argentina y prácticamente lo mismo que Haití.

Pero la necesidad de incrementar la recaudación no justifica cualquier propuesta de Reforma Fiscal. Menos, cuando en este país el 60% del ingreso nacional se concentra en la quinta parte de la población con mayores ingresos.

Por definición, los impuestos se dividen en dos clases: progresivos (afectan a quienes tienen mayores ingresos) y regresivos (afectan igual a los pobres que a los ricos). El IVA es un impuesto regresivo, y si se eliminara la tasa cero a alimentos y medicinas, sería aun más regresivo.

En los últimos años, las reformas fiscales que se dieron en el mundo, privilegiaron los incrementos en impuestos como el IVA (al consumo y regresivos) afectando la consolidación de clases medias y el poder adquisitivo de las mismas.

Pero en los últimos años, la crisis del Estado de Bienestar y las manifestaciones sociales han modificado las cosas. Este año, particularmente, los presidentes de Francia y Estados Unidos, han lanzado reformas fiscales progresivas (con impuestos a los ingresos o a las utilidades) para que los más ricos paguen más.

En Estados Unidos, por ejemplo, Barack Obama incrementó los impuestos a las ganancias de capital (que son operaciones financieras millonarias). En México, ese impuesto ni siquiera existe.

Incrementar el IVA y no exentar los alimentos y medicinas podría tener consecuencias gravísimas para las clases medias en México.

Por ejemplo, mientras el 80% de la población en México (el 80% con menores ingresos, incluyendo pobres y clase media) paga el 15% de la recaudación total de ISR, también paga el 50% de la recaudación total del IVA.

Mientras tanto, el 20% más rico de la población paga el 85% del total de la recaudación total del ISR y también el 50% de la recaudación total del IVA. ¿Por qué? Porque ese 20% más rico concentra el ingreso que tiene el otro 80%.

Eso nos lleva a preguntarnos si el boquete fiscal de México debe resolverse solo por la vía del IVA (y los impuestos al consumo), en prejuicio de la clase media, o si debemos buscar una solución más justa.

Antes de volver a golpear a la clase media, sería oportuno explorar el incremento del Impuesto Sobre la Renta al 1% más rico de la población, el impuesto a las herencias mayores a un millón de dólares y el impuesto a las ganancias de capital. De esta manera, el beneficio fiscal para el Estado mexicano sería real.

Y además de ello, a cambio de cualquier Reforma Fiscal para recaudar más, se requieren Reformas que nos garanticen que se va a gastar mejor. Que el impuesto a la tenencia se invierta en un sistema eficiente de transporte público y en ciclovías; y que los subsidios energéticos sirvan solo a las familias que realmente lo necesitan.

Eso sería honrar el lema de Justicia Social que algunos dicen pregonar. ¿Será mucho pedir?

*Diputado local

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