Equiparable a desastre en Chernobil

Agencias Tokio.- Una posible fractura en el reactor 3 de la planta nuclear de Fukushima agravó nuevamente ayer la crisis, dos semanas después del terremoto y tsunami que afectaron el noreste del país, que ha dejado hasta ahora más de 10 mil muertos y 17 mil 500 desaparecidos.
Los indicios sugieren que la contaminación radiactiva podría ser peor de lo que se pensaba en un principio; una contaminación en los mantos acuíferos subterráneos sería la consecuencia más probable.
 La Agencia de Seguridad Nuclear de Japón informó hoy, sábado, que se ha detectado una concentración de yodo radiactivo mil 250 veces superior al límite legal en aguas marinas cercanas a la planta nuclear de Fukushima.
Pese a que trabaja 24 horas para impedir un accidente nuclear mayúsculo, el gobierno de Japón no consigue controlar la situación en la planta, donde la presencia de agua radiactiva frenó en las últimas horas los esfuerzos.
Según un informe difundido ayer por Greenpeace en Alemania, el accidente de Fukushima ya liberó una cantidad tal de radiactividad que debería ser clasificado como nivel 7 en la Escala Internacional de Sucesos Nucleares (INES), el mismo de Chernobil.
Con base en datos publicados por la Agencia de Protección Radiológica del gobierno francés (IRSN) y del Instituto Central de Meteorología y Geodinámica (ZAMG) de Austria, el científico Helmut Hirsch concluyó en un análisis para Greenpeace Alemania que la cantidad total de radionucleidos de yodo-131 y cesio-137 liberados desde el inicio del accidente, con el terremoto del 11 de marzo, y hasta el 23 de marzo, son evidencia suficiente para reclasificar Fukushima al mismo nivel que el accidente nuclear de Chernobil.
Pero a diferencia de Chernobil, en abril de 1986, donde falló uno de los reactores, Fukushima sufrió daños en cuatro reactores.
El agua radiactiva del bloque 1 de la planta atómica de Fukushima contiene altas cantidades de cesio-137, el mismo elemento que contaminó en grandes cantidades el medio ambiente tras la catástrofe en Chernobil, admitió el sábado la agencia nuclear japonesa.
El gobierno está haciendo todo lo que está en sus manos para enfrentar la crisis, subrayó el primer ministro, Naoto Kan, en Tokio.

No obstante, añadió, el panorama sigue siendo “muy grave”. “No estamos aún en una posición en la que podamos ser optimistas”. La situación es especialmente dramática en los reactores 1, 2 y 3. Desde el comienzo de la crisis se han contaminado con radiación 17 trabajadores.

El gobierno instó a que se fueran decenas de miles de personas que viven una zona ubicada a 20-30 kilómetros del complejo afectado, pero insistió en que no estaba ampliando la zona de evacuación. Las autoridades quieren tratar a las víctimas de la radiación de forma descentralizada. A partir de una cifra de cien víctimas de intensa radiación, los pacientes serán distribuidos en varias clínicas.
La Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), con sede en Viena, consideró que hacen falta muchos preparativos antes de que los ingenieros puedan investigar y, eventualmente, sellar las fugas. Se presume que se está fugando radiactividad de los contenedores de los reactores 1, 2 y 3.
ONU pide mayor seguridad
Resaltando la creciente preocupación internacional sobre la energía nuclear generada por el accidente en el noreste de Japón, el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, dijo que era momento de garantizar un régimen de seguridad atómica mundial.

El miedo a la contaminación radiactiva se extendió tras hallarse verduras y agua contaminados en áreas cercanas a la central y en Tokio. Las autoridades hallaron cesio radiactivo por encima de los límites permitidos en una verdura llamada komatsuna que fue cultivada en Edogawa, en Tokio.

Corea del Sur, Taiwán, Singapur, Australia, Estados Unidos y Hong Kong han restringido las importaciones de alimentos de la zona. Otros países están sometiendo a rayos X los cargamentos de alimentos japoneses.
La radiación liberada por la central de Fukushima podría dar la vuelta al mundo en dos o tres semanas, informó la Comisión Preparatoria del Tratado de Prohibición Completa de Ensayos Nucleares (CTBTO). En los próximos días la contaminación procedente de Fukushima llegará a Europa y en un margen de entre dos y tres semanas habrá recorrido gran parte del planeta, pero no tiene efectos nocivos para la salud, según la CTBTO.
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