Sin apoyos e inflación, campesinos sufren sequía en Zacatecas

JACOBO CRUZ TOBÓN

De acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (Conagua), en los últimos días de julio más del 70% del territorio mexicano presentó algún tipo de sequía, condición que se localiza sobre todo en la región centro-norte, que representa el 80% del total del territorio nacional, pero sólo recibe el 20% de las lluvias anuales.

Según la dependencia, del agua existente en México, el 76% se utiliza para la agricultura, el 14.4% para el abasto público, el 4.9% para la industria y el 4.7% para la generación de electricidad.

En Baja California, Baja California Sur, Coahuila, Sonora, Nuevo León, Jalisco, Nayarit, Aguascalientes y Zacatecas se han encendido las alarmas por la falta de agua, dado que se extrae del subsuelo mayor cantidad de agua de la que se puede recuperar en los mantos acuíferos.

En este último, el fenómeno afecta a gran parte de su población, por lo que se ha racionado el agua. Mientras muchas familias adoptaron medidas para darle un mejor uso a través del reciclaje, la falta de agua ha afectado la producción en el campo y los agricultores se quejan porque el gobierno no tiene estrategias claras para hacerle frente y apoyarlos sobre todo en los meses más críticos del estiaje.

David Monreal Ávila, gobernador del estado, declaró que generará programas de apoyos para el sector agropecuario que ayuden a paliar los efectos de la sequía que padece Zacatecas. Sin embargo, aunque la situación es grave, afirmó no hay condiciones para llamar a la declaratoria de emergencia por falta de lluvias, pero insistirá ante el Gobierno Federal para que no dejen solos a los sectores agrícola y pecuario.

Por otro lado, Cruz González García, subdirector técnico de la Conagua, aseguró que a la fecha ha caído 67% el volumen de las lluvias que deben registrarse durante agosto en sus primeras dos semanas. Pese a las afectaciones en las regiones frijoleras, Zacatecas no está declarado como “sequía extrema”, por lo que productores agrícolas y ganaderos urgen la declaratoria de emergencia dado que el monitor de Conagua afirma que 93.9% del territorio zacatecano presenta algún grado de sequedad.

Respecto a la zona frijolera, González García sostiene que la sequía “no es tan grave; en cuestión agrícola es otro asunto, esto corresponde a la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Regional (Sader) y a la Secretaría del Campo (Secampo), precisando que estas instituciones son las que podrían solicitar la declaratoria de emergencia”.

A su vez, Fernando Galván Martínez, integrante de la Comisión de Frijoleros del Estado de Zacatecas, y Alberto de Santiago Murillo, presidente de la Asociación de Usuarios de Pozos de Riego, coincidieron en que este año será malo para la producción agrícola. Contrario a las expectativas de la Sader, que estimó la producción de frijol en 200 mil toneladas, ésta “difícilmente llegará a las 150 mil”.

Por su parte, el líder social Guillermo Guerrero, integrante del Movimiento Antorchista, responsable de un grupo de productores de frijol en municipios como Fresnillo, Río Grande, Guadalupe y Pánuco, explicó que sus compañeros se quejan de que el grano sembrado se secó sin que hubiera manera de recuperarlo, es decir, un gasto inútil.

Los campesinos que siembran “de temporal” inician labores del 24 de junio hasta el 10 de agosto, pero como no llovió, algunos labriegos se han aventurado a resembrar y sembrar arriesgando todo ya que no existe suficiente humedad. Sin embargo, de prosperar las plántulas, se presentarán las primeras heladas a finales de septiembre cuando se tenga en su apogeo la floración y perjudicará los cultivos.

“Estamos ya a 11 de agosto y algunos frijoleros están terminando de sembrar porque llovió poco y tarde, mientras que del cultivo de maíz solo esperamos que den algo de pastura para los animales”, explicó.

Otra de las dificultades que enfrentan es el aumento del precio de fertilizante, “antes comprábamos a 850 pesos el bulto de 50 kilo, pero ahora cuesta mil 400 pesos y si no aplicas estos nutrientes, estás condenado al fracaso”, refirió Guerrero Viramontes.

Adicionalmente, se cerró la ventanilla del programa de apoyo con semilla mejorada de frijol que propuso el gobierno federal con precio de 35 pesos por kilo bajo el esquema de financiamiento: 50% federación, 25% aportación estatal y 25% del productor, “pero ya pasó la época de siembra, ya no interesa la semilla vendida porque hay riesgo de perderlo todo”.

Guillermo Guerrero lamentó la desaparición del Fondo de Desastres Naturales (FONDEN) que tenía una bolsa de casi siete mil millones de pesos, con que se apoyó hasta el 2018 a los más afectados en sus cultivos por las bajas temperaturas, sequías prolongadas, granizadas, incluidos productores de chile, frijol y maíz con el seguro catastrófico (3 mil pesos) que servía de paliativo, “pero el presidente Andrés Manuel López Obrador y los diputados de Morena también lo eliminaron”.

El dirigente antorchista advirtió que la única salida es la siembra de semilla de avena para forraje o para grano, lo que su organización social gestiona en la Secampo en espera de un apoyo de mil 500 pesos por hectárea. Afirmó que la gramínea soporta climas de templados a fríos, por lo que es bueno sembrar a mediados y últimos días de agosto al resistir las heladas que llegan en los últimos días de septiembre.

Así, esperan que la institución brinde mayores facilidades para ingresar al programa de semilla de avena, lo que al menos les daría forraje que puede venderse y lograr ingresos para esperar el próximo ciclo agrícola.

El panorama es desolador para los campesinos; el gobierno estatal debería implementar un programa con semillas para la temporada invernal que eleve la producción en forrajes y alivie la economía del productor; se debe hacer una inversión para hacer llegar simiente de avena a más de 35 mil hectáreas en riesgo y que daña también a los productores de riego, pues los apoyos que existen son del 50% para la adquisición de fertilizantes, cintilla, molinos, tráilas, semilla mejorada, etc.

El retraso en las lluvias arriesga la producción y el problema se complica con el aumento en los precios no solo de los insumos, sino ahora hay que seguir cargando el de los productos de la canasta básica, lo que complica la sobrevivencia de los campesinos, pues “no hay ningún apoyo gubernamental que venga aliviar nuestros males.

Los resultados son fatales, el gobernador presume apoyos a los campesinos, pero deben comprar todo con las acciones de concurrencia de recursos. Se requieren otras estrategias que rebasen los objetivos de las expos que se realizan, donde obligan a la gente a acudir para “que se vea” supuesto respaldo al gobernante (como se evidenció en el municipio de Ojocaliente), y a cambio les vendan con descuento.

Ahora eso es condicionante para tener derecho a ser incluidos en los beneficios y de no implementar algún programa emergente por parte de las instancias de gobierno, afirmó el líder antorchista, el campesinado zacatecano sufrirá aún más las consecuencias de la carencia de lluvias, la desertificación, pérdida de nutrientes, encarecimiento de insumos, alimentos y desdén del gobierno.