¿Hacia dónde vamos? 

JUNA GÓMEZ

En ningún momento los zacatecanos habían dudado del rumbo que emprendería su gobernador o gobernadora, pero hoy impera la incertidumbre y el desconcierto, la zozobra y la preocupación por el presente y futuro del estado.

De acuerdo a la propuesta de campaña, a la trayectoria de cada uno de los gobernadores o gobernadora, se proyectaba incluso el estilo y el perfil de los colaboradores, pero en la actual administración, la incertidumbre, el autoritarismo, el centralismo y la improvisación, es una de las características que están a la vista en la nueva forma de gobierno.

Lo que se observa en lo que el gobernador David Monreal Ávila llama “La nueva gobernanza”, es la falta de visión para el desarrollo del estado, el apresuramiento para integrar un desfasado Plan Estatal de Gobierno; la ausencia de compromiso con el estado y el pisoteo a la dignidad y a los derechos de los zacatecanos.

La insensibilidad del gobernante lo está llevando a un plano no solamente de cuestionamiento o decepción entre un amplio sector de la sociedad zacatecana, sino de abierta confrontación.

Ignoramos hacia dónde pretende conducir al estado el actual mandatario David Monreal Ávila, porque no se ha tomado la molestia de construir un discurso y acciones que otorguen certeza y claridad sobre el rumbo y las decisiones a tomar, para lograr los objetivos.

La problemática financiera que se arrastra desde hace poco más de cinco años y a la que el gobernador Alejandro Tello Crisrterna interpretó como “asfixia financiera” heredada por su antecesor Miguel Alonso Reyes, se exacerbó con la llegada de la nueva administración, por la soberbia, la impericia y la tardía toma de decisiones para negociar, gestionar los recursos necesarios para el pago de salarios, y evitar la paralización económica del estado.

A casi dos meses de la toma de protesta de su gobierno, el Ejecutivo del estado aún no integra al 100 por ciento su gabinete de primer nivel, y las secretarías de despacho todavía no designan completamente a los (as) responsables de los segundos mandos.

Tampoco se han nombrado a los directores y coordinadores de organismos paraestatales, porque se está a la espera de que el mandatario designe a los responsables de dichas áreas.

El centralismo y el retraso en la toma de decisiones está provocando una parálisis administrativa y financiera en el estado de Zacatecas.

Hasta este momento el mandatario estatal solo ha mostrado la incapacidad institucional y la impotencia personal para hacer frente a los desafíos que hoy mantienen en la zozobra y en la incertidumbre a los zacatecanos y zacatecanas: la inseguridad y la fragilidad financiera.

La respuesta ha sido que su gobierno tiene una “herencia maldita” y que todo se originó en el sexenio del ex presidente Felipe Calderón, pero la respuesta de su gobierno se ha traducido en una desafortunada aparición de su secretaria General de Gobierno, Gabriela Pinedo Morales, en la que fungió más como una mala improvisada maestra de ceremonias, que como responsable de la política interna del gobierno zacatecano.

Del 12 de septiembre a la fecha, el número de policías asesinados y homicidios dolosos se han disparado, sin que se vea una acción contundente y eficaz.

Las cifras no mienten y representan, sin magnificar, lo que sucede en el estado. Septiembre ha sido, en la historia delictiva estatal, el mes más violento al registrar 200 homicidios dolosos.

Pero eso no es todo. El gobernador Monreal Ávila ratificó a su secretario de Seguridad Pública, Arturo López Bazán, lo que no ha generado la puesta en marcha de una acción que contenga la creciente, sanguinaria y preocupante violencia en el estado.

Hasta el momento el día más violento en Zacatecas ha sido el 18 de septiembre, en el que se generaron 15 homicidios.

Hasta el pasado 2 de octubre se habían generado mil 241 víctimas de la violencia, mientras que el año pasado se registraron mil 65 asesinatos, lo que muestra un desfase sustancial del número de homicidios dolosos en el año que aún no concluye.

Cuando David Monreal era alcalde de Fresnillo, el cártel de los Z habían hecho del Mineral su santuario, y ante la creciente violencia en el municipio, solo atinó a pedirle a los fresnillenses que rezaran. ¿Qué le pedirá hoy a los zacatecanos?

Respecto a la falta de liquidez que vive hoy Zacatecas, el gobernador sólo atina a decir que “saquearon el estado”, pero no muestra las evidencias del presunto latrocinio y mucho menos, las acciones de carácter jurídico y administrativo que se implementarán.

Lo que sí ha hecho es dejar de pagar a docentes, burócratas y proveedores, pero además, emprendió acciones que son consideradas como acoso laboral en la administración pública estatal.

Monreal Ávila cometió el error de ratificar a Ricardo Olivares en la Secretaría de Finanzas, un funcionario que pertenece al grupo del exgobernador perredista en Tlaxcala, Alfonso Sánchez Anaya, quien por su relación política con Amalia García Medina, recomendó los oficios de su peón en la dependencia que hoy encabeza en el 2006.

El colmo ha sido el espectacular que pagó en la Ciudad de México, la senadora Morenista Soledad Luévano Cantú, en la que implora al presidente Andrés Manuel López Obrador no abandone a Zacatecas.

La súplica de hinojos postra en una lamentable posición a la legisladora que, dicho sea de paso, no actúa sin la anuencia de su jefe político desde 1998, el senador Ricardo Monreal, cuando la designó como Oficial Mayor de su gobierno en el estado.

La desesperada súplica confirma la lectura política del desencuentro entre el presidente y las aspiraciones presidenciales del senador.

Las repercusiones muestran también las mentiras discursivas en campaña que alardeaban una relación del candidato David Monreal con el presidente López Obrador, y que en los hechos, evidencian el abandono a su suerte en la gubernatura del estado.

¿Hacia dónde vamos?

Al tiempo.

Twitter: @juangomezac