Juventud resiliente: Zacatecas 2021
RODRIGO RODRÍGUEZ OLVERA
Escribía el germánico Nietzsche “Solo cuando construimos el futuro tenemos derecho a juzgar el pasado” y precisamente es lo que la sociedad en general dio muestra en este 2020 que catalogaría como apólogo sin la cuadratura, lleno de fábula, mito y realidades pesadas, caóticas pero resilientes.
Un año en el que seguramente durante varios siglos se hablará de el, en donde los seres humanos hicimos gala de los talentos, capacidad de empatía, de ver la fragilidad de la que somos objetos ante los hechos entre los que diario convivimos y circulamos.
En Zacatecas, en particular, se demostró que la sociedad tuvo que hacer su propio plan de rescate ante las limitantes económicas de los gobiernos municipales y la pericia disminuida del Gobierno Estatal ante las autoridades nacionales. Y aunque hay sus debidas excepciones de personas que hacen caso omiso a las recomendaciones mundiales y lógicas, la mayoría de la población con mucho dolor, pérdidas, cuestionando (como cualidad humana) al ser supremo el porqué de las cosas, salió avante y con la cara en alto en está pandemia, si vale la expresión taurina “atándose bien los machos”.
Victoria ante la pandemia no se puede cantar, ésta ganó algunas batallas más no la guerra, reconocimiento especial al personal de salud zacatecano que tuvo que poner al límite sus capacidades y su paciencia, aquel juramento de Hipócrates nunca en la historia moderna fue más recordado y aplicado como en este 2020 que está a punto de expirar.
Como sociedad tenemos el reto de avanzar en contra de los obstáculos y este 2021 será un año de recuperación, corre un dicho que dice “que la esperanza es un gran desayuno, pero una pésima cena” debemos pues, hacer gala de la esperanza para llevarla a la superación y ganarle a esta pandemia. Desde esta columna quiero desearles a todos los lectores de este medio de comunicación y a la población en general, bendiciones en abundancia de Dios omnipotente y que se cumplan los objetivos sin el daño a los similares.
Nos leemos la próxima si Dios, adiós.
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