Un llamado al alcalde de Fresnillo

OSVALDO ÁVILA TIZCAREÑO

Luego de las elecciones de 2018 dando cátedra de soberbia y una excesiva confianza como si el desempeño de los cargos públicos fuera de una vez y para siempre, los nuevos representantes populares encabezados por el presidente Andrés Manuel López emprendieron una campaña persecutoria contra todos aquellos que fueron derrotados en las urnas o simplemente diferían a su signo político.

El grado de agresión del primer mandatario difería de acuerdo con el odio que despertaba el enemigo o quizá la peligrosidad de este, al menos contra el Movimiento Antorchista fueron más de 100 menciones desde la gira de agradecimiento, pero posteriormente en los eventos públicos donde se lanzaba fúrico una y otra vez contra nosotros afirmando que se habían acabado los intermediarios y que ahora todos los apoyos llegarían de manera directa. Tal aseveración repetida desde distintos foros por el hombre más poderoso del país era obvia que tendría consecuencias. Y las tuvo.

Varios gobernadores y particularmente presidentes municipales se encargaron una y otra vez de espetarnos que ya no habría trato con organizaciones suprimiendo la constitución que permite el derecho de libre asociación y manifestación de las ideas, en Zacatecas fueron varios los casos donde repitieron ese sonsonete basten a título de ejemplo recordar los casos de Morelos, Pánuco y Guadalupe donde no sólo se violaba la carta magna, sino que además se olvidaban de la autonomía municipal.

Pero como siempre existen las excepciones, dando muestras de voluntad y sensibilidad, desde los primeros días de la administración 2018-2021 de Fresnillo encontramos con Saúl Monreal Ávila una actitud madura y perceptible para la atención de las solicitudes que expusieron mis compañeros. Desde un principio nos explicó que la administración enfrentaba dificultades producto de los recortes presupuestales y de la vocación extremadamente centralista de la administración federal, pero a pesar de ello se suscribieron acuerdos que, aunque sea lentamente venían concretándose.

Así transcurrió la mitad del periodo gubernativo, pero a causa de la pandemia que empezó a extenderse amenazante a mediados de abril se cerraron las oficinas, por ello ya no hubo oportunidad de darle seguimiento a los compromisos.

Hoy el problema se agrava, pues a la terrible miseria que aqueja a la mayoría de los zacatecanos se suman los efectos del coronavirus que  se ha traducido en más 43,374 defunciones y cerca de 400 mil infectados, por otra parte es muy grande el daño de carácter económico pues la estrategia central ha sido mantener a las familias en confinamiento, pero llevarlo a cabo resulta sumamente complicado cuando se carece de los recursos elementales hasta para comprar alimentos, por tanto hoy más que  nunca se requiere el apoyo del municipio.

Buscando el auxilio del gobierno, hace más de veinte días acudió una comisión de mis compañeros a explicar lo anterior el alcalde, como ya había sucedido la respuesta fue positiva y encomendó a Irene Magallanes Mijares, directora de Desarrollo Social para darle concreción a lo planteado, pero extrañamente empezó un auténtico calvario, pues se escamotea la solución y se trata a los peticionarios como molestos pedigüeños a los que se les pretende conformar con inaceptables propuestas.

¿Qué piden mis compañeros?, ¿estamos ante un acto de voracidad?, ¿atender los acuerdos generaría un desfalco al erario municipal? Amigo lector se requiere bastante poco, conviene decir también que se trata de materializar lo pactado con el primer edil. A efecto de demostrar que no estamos ante un exceso, traigo a cuenta las peticiones: edificación de dos domos, construcción de dos redes de energía eléctrica, apoyos para mejorar las viviendas y despensas para enfrentar la crisis económica que afecta a los fresnillenses como efecto de la pandemia.

Como puede ver cualquiera, se trata de un modesto pliego que no implica una inversión millonaria y en virtud de que Fresnillo es el centro de la pandemia con más de 612 contagios, bien valdría la pena evitar que la gente acuda a la sede del gobierno municipal y llevarle hasta su casa el apoyo. Pero no sucede eso, ¿a qué se deberá el cambió de opinión del presidente?, ¿ha decidido sumarse al sectarismo que caracteriza a muchos gobernantes morenistas?, ¿la directora Magallanes actúa por su propia cuenta?, ¿de verdad no cuentan con recursos para concretar los acuerdos?

Francamente desconozco el fondo del asunto, me atrevo a suponer que hay falta de comunicación o de plano algún malintencionado aconseja al presidente para que se confronte con nosotros y creo sinceramente que están errando el camino, pues ni el monto económico de las acciones ni la actitud asumida anteriormente pueden despertar sospechas de que se pretenda escalar el conflicto, por ello hago un respetuoso llamado al alcalde Saúl Monreal para que reorientemos las cosas y sigamos la línea de acción anteriormente ejecutada pues como hemos demostrado se trata de peticiones plenamente justificadas que además implican a ciudadanos fresnillenses que tienen derecho a ser escuchados.

De no ser así y de continuar la cerrazón no quedará otra salida que continuar con la lucha, y sepan queridos compañeros que de ser necesario estaremos listos para acudir en su solidaridad sus hermanos de otros municipios, pues por nuestro anhelo de justicia social bien vale la pena correr riesgos y dificultades. Que conste.