Retos del 2023

OSVALDO ÁVILA TIZCAREÑO

La conclusión de un ciclo y el inicio de otro se convierte en una extraordinaria oportunidad para hacer el balance los objetivos planteados y las metas futuras, el 2022 llegó a su fin y han transcurrido los primeros días del 2023; ya han pasado los efectos de las fiestas de fin de año y estamos en la normalidad de actividades laborales y escolares que poco a poco van centrando la atención de los mexicanos.

El año que concluye fue por demás convulso pues aún se sentían los efectos de la pandemia y se sumó además la crisis de inseguridad que cobró la vida de más de 30, 000 gentes en actos violentos (en lo que va del sexenio 143 mil); la inflación alcanzó más de dos dígitos colocando a precios desorbitantes productos de la canasta básica como el aceite que cuesta más de 50 pesos, las tortillas que andan arriba de 22, la carne es impensable, pues vale más de 160 pesos por kilogramo y la gasolina ronda siempre los 22, es un auténtico sufrimiento consumir los productos más elementales.

A lo anterior sumemos los efectos de la pandemia en la educación, que ha generado un mayor atraso en el conocimiento de la niñez y la juventud, que al recibir clases virtuales han implicado poca asimilación; también nos afecta la tasa de desempleo creciente y mucho otros tantos problemas que no traigo a cuenta para evitar transmitir amargura.

El panorama actual resulta por demás complejo, arranca un año que amenaza con ser aún más difícil, pues los problemas son muchos en pocos días: una elección de la Suprema Corte muy polémica, la detención de un poderoso capo generó más de 30 muertes violentas, la quema de autos e incluso un avión sufrió efectos de tal acción; un grave accidente en el metro dejó varios lesionados y un muerto; y en nuestra tierra, tan sólo en Fresnillo murieron en actos violentos ¡9 gentes! el pasado sábado 7.

La sumatoria anterior y el recuento reciente no puede resultar nada halagüeño, pero vale decir que debemos tener conciencia plena de que estamos ante los efectos de un modelo económico inoperante que reproduce relaciones humanas donde sólo importan los intereses de unos cuantos y que si se quiere cambiar la realidad, sólo será posible cambiando radicalmente la sociedad, por ello hacer este tipo de resumen nos permite ver la grandeza de nuestro objetivo y tensar todas nuestras capacidades para alcanzarlo.

Construir una gran fuerza social actuante que incida y cambie la realidad es la meta a largo plazo que nos hemos planteado los Antorchistas, ¿Cómo hemos avanzado en ese propósito? ¿Qué avatares enfrentamos día a día? ¿Tiene fecha programada nuestra labor?

Comencemos diciendo que han sido casi 49 años de existencia como movimiento nacional, casi media década convocando a la gente a unirse, organizarse y luchar firme y decididamente. Muchas han sido las embestidas y los intentos por frenarnos por parte de gobiernos estatales, municipales y la propia federación, que han empleado su poder e influencia para eliminarnos: así pasó con los gobiernos de Francisco Garrido en Querétaro, de Rosario Robles y Cuauhtémoc Cárdenas en el DF, Manuel Bartlett y Mario Marín en Puebla, que son solo ejemplos donde fue usado todo el poder del estado en nuestra contra.

Se ha empleado también el bloqueo absoluto a las demandas para generar desencanto en los agremiados y el actual gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador no dudó en más de 100 veces lanzar infundadas acusaciones sobre supuestos recursos recibidos o negocios “mal habidos” hechos al amparo de la corrupción de los líderes (según él, sin aportar pruebas).

Eso y otras tantas cosas más han pasado y aquí seguimos, más unidos y templados por la adversidad. Actualmente en Zacatecas se suma la nula solución de demandas populares, salvo contadas excepciones en algunos municipios, por ello es momento de reflexionar y darse cuenta de que no hay de otra; la terca realidad nos lacera con múltiples males y la mayoría de quienes deberían de ocuparse de resolverlos sólo actúa con desdén. Por eso la conclusión es clara ¡bienvenido el 2023!, pero bienvenida también la lucha de los pobres, continuemos en cada rincón de la geografía estatal convocando a la gente a la lucha y presentemos nuestras solicitudes legítimas a las autoridades y en caso de enfrentar cerrazón o persecución sólo podrá salvarnos nuestra unidad, nada más, pero nada menos.