Retos para la unidad de las izquierdas

CAMERINO ELEAZAR MÁRQUEZ MADRID
El Partido de la Revolución Democrática dio un paso firme al aprobar y respaldar la conformación de alianzas y coaliciones con miras a las elecciones del próximo año.
Pero -y aquí está el pero que destaco-, sólo y exclusivamente con los partidos de izquierda, con los movimientos sociales y organizaciones autónomas, de tal forma que podamos consolidar un Frente Opositor amplio y progresista.
Aunque no se descarta la posibilidad de hacerlo con el PAN en caso de ser necesario. Definitivamente con quien no nos aliaremos, porque tenemos propuestas, intereses y proyectos diametralmente opuestos, es con el PRI.
Estoy seguro que los resolutivos de Políticas de Alianzas tomado por las y los perredistas en el Congreso Nacional extraordinario, que tuvo lugar el 7 y 8 de agosto, representa un avance significativo en pro de la democracia y la unidad de las izquierdas.
Además, muestra claramente la disposición del Sol Azteca a aliarnos para alcanzar esa unidad que necesitamos todos para derrotar a quienes han privilegiado los intereses de grupo y dado cero resultado para el país. Sí, me refiero al Revolucionario Institucional y a Enrique Peña Nieto.
Claro que consolidar la unidad de las izquierdas conlleva consigo grandes retos que debemos superar para alcanzar la toma de acuerdos.
Uno de esos desafíos se refiere, precisamente, a la elección de las y los candidatos a los cargos de elección popular, principalmente a las 13 gubernaturas que en el 2016 se pondrán en juego
La tarea no es fácil. Pocos aspirantes estarán dispuestos a declinar. Por ello, considero que la mejor alternativa para la selección de los abanderados sería a través de encuestas, que midan las posibilidades de cada una y cada uno.
Ello permitiría elegir democráticamente a las mujeres y hombres más destacados, mejor posicionados y con proyectos idóneos, que nos representarán legitimados por el respaldo de la sociedad.
Otro de los retos es alcanzar las coincidencias en un proyecto de nación, que vaya más allá de los intereses de los aliancistas y que se traduzca en un programa de gobierno incluyente, que tenga como prioridad el combate a la pobreza y la corrupción, principales problemas de México.
No se trata, y no lo permitiremos, de imponer candidatos ni proyectos. Se trata de llegar a acuerdos, de elegir a los mejores perfiles y de ganar elecciones para consolidar el proyecto de nación que impulsa la izquierda progresista de México.
El próximo año las izquierdas tenemos que logar un programa de gobierno, con una plataforma electoral, una propuesta legislativa y una agenda social capaz de sacar al país del rezago en el que se encuentra, del cero crecimiento, de la pobreza y de los problemas de seguridad, que tanto nos afectan.
Todos conocemos la frase “Divide y vencerás”. Ya es tiempo de que los partidos de izquierda dejemos la dispersión y nos unamos a favor de México y su pueblo o, de lo contrario, lo lamentaremos, porque, otra vez, triunfaría el mal gobierno.
Estamos en el momento preciso, para que como izquierda unida, establezcamos estrategias y proyectos, aprovechando además el grave deterioro que registra la imagen y credibilidad de Enrique Peña Nieto, debido a los resultados electorales de junio con la presencia de los candidatos independientes y, ahora, con el inesperado adelanto de la sucesión presidencial.
Y vaya que la sucesión presidencial está adelantadísima; como nunca en la historia. En dos semanas Peña Nieto deberá rendir su tercer informe de gobierno y desde hace meses que ya se manifestaron los presidenciables, a tal grado que el propio “primer priista” del país tuvo que salir a poner un alto a los “aspirantes”.
En esta coyuntura ya se habla de varios sucesores de Enrique Peña, entre ellos el recién electo presidente nacional del PRI, Manlio Fabio Beltrones, político de influencia y poder, además de “colmillo retorcido”.
El ascenso, este fin de semana, de Manlio Fabio Beltrones a la dirigencia del PRI, para el periodo 2015-2019, representa el debilitamiento de Peña Nieto.
Su nombre ya se barajeaba entre los presidenciables y estando en el comité ejecutivo nacional seguro es que comenzará con intensidad su carrera hacia el 2018.
Otros “suspirantes” son Miguel Ángel Osorio Chongo, Luis Videgaray y hasta Aurelio Nuño. Por cierto, según un reporte periodístico, éste último ni siquiera es militante del PRI.
Así el ambiente político y electoral, en el PRD debemos aprovechar la oportunidad única que se nos brinda para lograr la unión de las izquierdas y conformar el frente opositor amplio. ¡México lo requiere!
*Consejero Nacional del PRD
M en C Mary Chávez
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