Cien años de la Toma de Zacatecas

CAMERINO ELEAZAR MÁRQUEZ MADRID

Los zacatecanos celebramos el Centenario de la Toma de Zacatecas, que, aunque es uno de los hechos revolucionarios más importantes del país, a un siglo de que sucedió sigue inconcluso, porque muchos de sus ideales no se han cumplido.

La conmemoración tampoco significó mucho para Enrique Peña Nieto, quien vino a Zacatecas, inauguró el gasoducto y se fue a ver el partido de la Selección Mexicana. Sí, porque el encuentro deportivo era más importante que nuestra historia.

Muchas críticas recibió el gobierno de Miguel Alonso Reyes por la aplicación de 480 millones de pesos para realizar el programa de actividades conmemorativas de la épica batalla. Y claro que hay mucho que criticar por el pomposo gasto, que se aplicó en un estado sumido en la pobreza, abandono, marginación y desempleo.

Con esos recursos económicos bien se hubieran podido construir viviendas para la gente de menores recursos económicos o escuelas para que todos los niños accedan a su derecho a tener una educación y además digna y de calidad.

El dispendio de recursos generó la inconformidad de los sectores del pueblo que están olvidados por el actual gobierno estatal, como los normalistas, maestros, mineros, ex braseros, trabajadores, campesinos y jóvenes, entre otros.

Ellos, los grupos vulnerables, no pudieron celebrar. Efectuaron una conmemoración alterna a la gubernamental. Se reunieron en la Plaza de Armas para pedir respeto a sus derechos, aplicación de presupuestos y generación de políticas públicas. Solicitaron un alto a la corrupción, a la imposición, exigieron ser escuchados y un acercamiento con el gobierno.

En conclusión, pidieron soluciones. Petición que, estoy seguro, cayó en oídos sordos.

Desde que lasnoticiasya.com me ha permitido expresarme en este medio de comunicación, he lamentado el olvido y la pobreza en la que se encuentran más de 60 millones de mexicanos y mexicanas.

He denunciado constantemente la corrupción de los gobiernos y la compra de voluntades y votos; la falta de atención a la juventud, la no generación de empleos y el apoyo que se da a unos cuantos en perjuicio de millones de habitantes.

Hoy, cien años después de la Toma de Zacatecas vemos que las exigencias del pueblo siguen siendo prácticamente las mismas: empleo, abatimiento de la pobreza, educación, salud, desarrollo y progreso. Todo eso nos falta en el estado y México. Por esto digo que los ideales de esa batalla siguen inconclusos.

En días anteriores leí declaraciones muy interesantes del universitario Rodolfo García Zamora que hoy me permito retomar, porque consideró que son de trascendencia en este marco que ahora nos ocupa.

Al participar en un foro de análisis sobre la Toma de Zacatecas calificó la conmemoración del centenario como “un carnaval” y lamentó el derroche de recursos económicos. Lo hizo con cifras contundentes que a continuación reproduzco, porque no dejan lugar a ninguna duda.

El investigador destacó que se gastaron más de 400 millones de pesos en una celebración cuando en Zacatecas hay:

-900 mil pobres, de los cuales 300 mil tienen carencia alimenticia.
-130 mil jóvenes “nini´s” (no estudian ni trabajan).
-650 mil zacatecanos expulsados a Estados Unidos en sólo 50 años.
-2.5 de cada 10 zacatecanos no están empleados formalmente.
-6 de cada 10 zacatecanos no alcanzan para comprar la canasta básica.
-45% de los zacatecanos no tienen prestaciones.

Pero además, abunda, con esos 480 millones de pesos para la festividad mejor se hubieran empleado en la generación de cinco mil empleos, la construcción de dos mil 500 viviendas populares, reparado 40 escuelas o equipado los hospitales de cancerología y el ex hospital general.

Pero como todos sabemos que el “hubiera” no existe, tenemos que lidiar con este derroche de recursos, con la “cruz” de cargar con un gobierno miope, integrado por funcionarios faltos de visión y sin proyecto sólido de desarrollo. Si no fuera así entonces cómo nos explicaríamos además que Alonso Reyes hubiera gastado al principio de su gestión, hace cuatro años, 10 millones de pesos para reparar sólo el lugar donde él vive: la Casa de Gobierno.

También en medio de esta conmemoración centenaria, que en su momento representó la esperanza del pueblo mexicano para lograr un cambio de rumbo y buscar un nuevo desarrollo y convivencia social, se da la discusión de las leyes secundarias en materia energética.

Sí, en este torbellino revolucionario, el gobierno federal sigue con su intención de privatizar Pemex al permitir la inversión privada en condiciones sumamente benéficas para ellos y perjudiciales para la nación.

Invito a ustedes estimados lectores a que continuemos con la lucha revolucionaria para alcanzar un México justo y equitativo, de progreso y desarrollo.

*Representante del PRD ante el INE
[email protected]

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