Baseball zacatecano

jaime enriquez felixJAIME ENRÍQUEZ FÉLIX

Evidencias históricas muestran que en Persia, Egipto y Grecia se practicaron juegos con un palo y una bola como diversión o parte de una ceremonia.
En América existen antecedentes en el siglo XV, pero ya como juegos infantiles organizados, hasta el siglo XVI. El baseball, ó el “bat – and – ball” tiene su primera referencia como tal en 1744 en Inglaterra como una evidencia escrita en un libro de pasatiempos para niños.

El juego emigró de manera formal a nuestro continente traído por los colonos ingleses. Aquí encontró carta de naturalización: en 1842 se estableció el “New York Game” como el primer torneo organizado. Algunos años después, en 1871 quedó conformada la primera liga profesional, que separaba a los equipos profesionales de los amateurs, se llamo la “Asociación Nacional de Jugadores Profesionales de Baseball”.

Estados Unidos comenzó a exportar el juego al mundo, cuando los clubes de Boston y Filadelfia hicieron giras al Reino Unido, generando impactos entre los jóvenes europeos.

Cuba es otro de los lugares significativos en este deporte. El 29 de diciembre de 1878, en la que llegaría a ser la Liga Profesional de Baseball de Cuba, el Club de la Habana se convirtió en el primer equipo conformado como tal en América Latina.

En Puerto Rico –hoy anexado a la Unión Americana- el baseball ha sido importante y ha aportado grandes jugadores al mundo. El 2 de junio de 1896 se jugó el primer partido oficial: en esa histórica ocasión, el club Santurce venció al equipo Almendares.

En México el juego también se desarrolló con fuerza, por su proximidad a los Estados Unidos y con la consecuente emigración natural. Llegó a ser el deporte nacional –más importante que el futbol desde luego hasta mediados del siglo pasado- Los estados pioneros fueron Veracruz, Sinaloa y Sonora, que han llegado a exportar grandes jugadores: Beto Ávila es un ejemplo de los grandes deportistas mexicanos en el entorno beisbolero internacional, como también lo fue sin duda, el Toro Valenzuela.

Zacatecas no estuvo nunca al margen de cualquiera de los deportes de la época. Hay datos que señalan que en 1915 el jefe del Express de los Ferrocarriles Nacionales de México, Domingo Orizaga, comenzó a organizar equipos. Los Cuates Enciso, Gustavo y Enrique, eran protagonistas de este deporte, así como el doctor Jesús Medellín y Sánchez.

Una de las primeras novenas en Zacatecas, fue formada por obreros de “El Águila”. Desde luego, el Instituto de Ciencias participó en ellos: don Benjamín Arellano Lakay, Apolonio Magallanes y Marcelino González fueron piezas clave.

Cuando los terrenos de La Encantada fueron acondicionados de manera básica, se convocó al Campeonato Estatal. Estaba naciendo entonces, la tradición del baseball en nuestro Estado. Hubo grandes encuentros entre Zacatecas y Fresnillo –este patrocinado por The Fresnillo Company: el equipo estaba integrado fundamentalmente por gringos y muy frecuentemente, los encuentros boxísticos se sucedían a los partidos de “la pelota caliente”, ya fuera en Zacatecas o en El Mineral-
Ya en los años 30’s, La Encantada era el centro beisbolero por antonomasia en el Estado: había equipos visitantes de Aguascalientes, Durango y San Luís Potosí.

Los mineros del Bote incursionaron a partir de 1939 como representantes de The Bote Mining Company. Competían no sólo en Zacatecas sino contra Torreón y Saltillo. Se convirtieron en uno de los grandes equipos de todos los tiempos.
Tampoco puede dejarse del lado en este recuento de nuestra mejor historia beisbolera, al equipo de la Compañía de Luz y Fuerza, tampoco al de la Tesorería del Gobierno del Estado.

Un zacatecano ilustre en este deporte, nació en Salaverna, en Concepción del Oro: Antonio Briones. Jugó con los Indios de Ciudad Juárez e impuso una noche el récord mundial jugando contra el Poza Rica, al robar siete bases en un encuentro.

La participación de baseball fue popular. Pequeños negocios empezaron a patrocinar con el uniforme a los jóvenes zacatecanos. Recordamos al “Frutera Zacatecana” de aquel hombre jovial y viejo a la vez, que vivía por los rumbos del laberinto y vendía plátanos, naranjas o melones, y tenía su propio equipo que le enorgullecía: Don Jacinto Pacheco. Algunos de los jugadores de este conjunto llegaron a estar entre las grandes estrellas estatales: José “Ranchero” Guerra y Juan Pedro Luévano “El Barón”, entre ellos. No había el menor complejo de ser un equipo pequeño, para jugar como los grandes, entre los grandes.
Zacatecas escribió una página en el baseball nacional con “Los Tuzos”, pero esa etapa gloriosa bien merece otra historia.

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