La princesa de Mónaco

JAIME ENRÍQUEZ FÉLIX

“Para atrapar al ladrón” es una película inolvidable. La familia Raniero la recuerda de modo especial porque fue durante su filmación, en la riviera francesa, cuando la chica norteamericana Grace, conoció al príncipe Raniero de Mónaco, dando inicio al idilio que culminó con la muerte de ella en una carretera rumbo al principado en el que terminó reinando años después.

Es un buen filme. Alfred Hitchcock fue siempre un director de primera: cuidadoso de todos los detalles. Por ello la película obtuvo un Óscar a la mejor fotografía y dos nominaciones más, por vestuario y por dirección artística. La trama es interesante: John Robie (Cary Grant) es un ladrón de guante blanco retirado, que vive en la Costa Azul. Se producen una serie de robos en ese lugar que llevan el sello de Robie, por lo que la policía sospecha de él. Una de las probables siguientes víctimas es la madre de una rica heredera americana, Frances (Grace Kelly). Para probar su inocencia, lo mejor que puede hacer Robie es descubrir al verdadero ladrón. Cuando conoce a Frances, ella cree que es el ladrón, aunque luego cambia de opinión y le ayuda a conseguir su propósito. Es poco probable que la chica de Filadelfia haya podido suponer en aquellos días, que su cabeza ceñiría una corona y que sería admirada por las mujeres de su época y recordada para la eternidad.

Nació en 1929, en el seno de una familia adinerada. La tercera de tres hermanas, fue hija de un deportista destacado, ganador de una medalla olímpica en remo. Grace siempre quiso ser actriz, a pesar de la oposición de sus conservadores progenitores. Trabajó en Nueva York como modelo y estudió interpretación en la Academia Nacional de Arte Dramático. En 1949 decidió irse a vivir a los Ángeles, para probar fortuna en la industria cinematográfica.

Destacaron en seguida su elegancia y distinción. En 1951 obtuvo el papel principal en el western «Sólo ante el peligro», junto a Gary Cooper. Su siguiente film fue «Mogambo», en el que compartió escenas con Clark Gable y Ava Gardner, en una actuación que le valió la nominación al Óscar como mejor actriz de reparto.

En su corta carrera cinematográfica, Kelly fue una de las actrices favoritas de Hitchcock, con quien trabajó en tres películas, «Crimen perfecto» con Ray Milland, «La ventana indiscreta» con James Stewart, y «Para atrapar al ladrón» con Cary Grant, a la que hemos hecho referencia. Compartió un rol protagónico con Sir Alec Guinness en el » El Cisne», en el año de 1955. Apenas un año antes, cuando recién había cumplido los 25 años, ganó el Óscar a la mejor actriz, por la película «La angustia de vivir», co-protagonizada por Bing Crosby y William Holden.

Su última película fue «Alta sociedad», nuevamente con Bing Crosby. El primer sacrificio que le exigió la monarquía, fue renunciar a su carrera como actriz. Su filmografía se reduce a 11 películas filmadas en seis años. Una corta carrera para una larga fama.

Se casó en mayo de 1956 con Rainiero de Mónaco y se convirtió en la princesa de cuento de hadas en una historia que muchas de las jovencitas de su época soñaron por años.

Lo cierto es que, con Grace Kelly, Mónaco se dio a conocer al mundo y pudo explotar el turismo como fuente primordial de ingresos. Rainiero aprovechó el impulso de esa internacionalización para atraer nuevos inversionistas a quienes dio trato de verdadero paraíso fiscal.

La pareja procreó tres hijos, Alberto –quien hoy reina en el principado como sucesor de su padre-, Carolina, la que más se parece a Grace y que ha tratado de llevar con garbo el donaire de su madre, y Estefanía, que ha sido el dolor de cabeza de la familia, envuelta siempre en escándalos de la más diversa naturaleza.

Fue el 13 de septiembre de 1982 cuando Estefanía y Grace sufrieron un accidente automovilístico cerca de Mónaco, en la serpenteante carretera que lleva al Principado. Estefanía salió ilesa, pero la Princesa Grace murió al día siguiente, sin recobrar el conocimiento en el “Centro Hospitalario Princesa Grace”, a donde había sido trasladada de emergencia. Tenía apenas 52 años de edad, Mucho se ha rumorado desde entonces, que, quien conducía el vehículo en el momento del accidente, era Estefanía, y que esa tragedia ha sido la causa verdadera de que “la oveja negra de la familia” haya pasado por la vida dando tumbos, sin encontrar la paz interior, por más circo, maroma y teatro que haya hecho.

Grace Kelly murió, encarnando el sueño americano en su más elevada expresión: la chica rubia que se convierte en princesa, por obra y gracia de Hollywood y sus reflectores.

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