Representación ciudadana excluida

Juan GómezJUAN GÓMEZ

La 61 legislatura inicia sus actividades parlamentarias con el pie izquierdo en la conformación de los organismos de representación ciudadana en el ámbito democrático, pues antepusieron los intereses de partido por encima de los de representación ciudadana, en la designación de los nuevos consejeros del Instituto Estatal Electoral.

Coloquialmente alguien diría “se les pasó la mano” en el ajuste de cuentas de los enconos de la pasada elección estatal, pero además se adelantó la sucesión gubernamental en el andamiaje electoral.

Primero fue la venganza en contra de los consejeros Ricardo Humberto Hernández León, Esaúl Castro Hernández, Samuel Delgado Díaz, Luis Gilberto Padilla Bernal, Adelaida Avalos Acosta y Sonia Delgado Santamaría, quienes actuaron, fueron parte del arbitraje de la pasada elección estatal, en la que el Partido Revolucionario Institucional obtuvo mayoría en los municipios de la entidad.

Con excepción de Humberto Hernández León y de Adelaida Ávalos Acosta los integrantes del pasado Consejo General del IEEZ, le pusieron candados a la elección de candidatos independientes, aunque después el Trife haría algunas correcciones.

Nadie se salvó. La propuesta de su reelección fue rechazada por la mayoría del pleno de la 61 legislatura.

Después en la sesión ordinaria del pasado jueves y luego de una larga jornada de estira y afloja, de llamadas telefónicas, de presiones y forcejeos, los diputados de la 61 legislatura designaron en la Comisión de Régimen Interno y Concertación Política el dictamen a favor de José Manuel Carlos Sanchez, Brenda Mora Aguilera, Felipe Andrade Haro, Joel Arce Pantoja, Otilio Rivera Herrera y Rocío Posadas Ramírez.

Los seis nuevos consejeros no pasaron el filtro de la discusión, porque ya se había acordado en el organismo de gobierno del congreso estatal, simple y sencillamente fueron aprobados “fast track”.

Los legisladores de todos los partidos políticos pasaron por encima de la representación ciudadana, al nombrar a consejeros que están estrechamente ligados a la actividad política partidista, con lo cual se derrumba la representación ciudadana en el órgano electoral del estado de Zacatecas.

Los representantes del PRI, PAN, PRD, PT, Movimiento Ciudadano, Nueva Alianza y Verde Ecologista, Rafael Gutiérrez, Guadalupe Medina Padilla, Alfredo Femat, María Elena Nava y Cuauhtémoc Calderón (César Deras no asistió y envió un justificante), respectivamente, actuaron más en términos partidistas, que en representación de una ciudadanía representada en el órgano electoral zacatecano.

De esta manera derrumbaron el discurso de la representación ciudadana en un órgano que había fincado su existencia en la representación ciudadana, para darle certeza, credibilidad y sobre todo fortaleza al árbitro responsable de conducir los procesos electorales en el estado, lo que marca un antes y un después en la historia de la democracia en la entidad.

Los legisladores de los partidos políticos representados en el congreso que aprobaron esta decisión, deberán  estar concientes de que excluyeron a la ciudadanía, y empoderaron a los partidos políticos en un órgano que había sido concebido como un instrumento de la democracia, en el que la participación de la sociedad civil era su sustento y su fortaleza.

El discurso construido a favor de la participación ciudadana en la organización de las elecciones se cae, porque ha sido arrojado del árbitro electoral y por tal motivo, los partidos políticos y el propio Instituto Estatal Electoral, estarán obligados a construir otro que le de un signo diferente, distinto a su participación, porque ahora son ellos los “dueños” de los procesos electorales.

Sin duda, fue un error.

Los partidos políticos tienen un representante en el citado Instituto, en el que tienen voz pero no voto, pero además, las fracciones parlamentarias les quedaba el instrumento de su participación en el Poder Legislativo, desde donde podrían realizar los cambios necesarios en demanda de una mayor imparcialidad electoral, pero ahora se han quedado con todo el andamiaje de la organización comicial.

Pero quizá sea una victoria “Pírrica” de los partidos en Zacatecas, puesto que la probable aprobación del Instituto Nacional de Elecciones podría echar por tierra la decisión que han tomado, puesto que de llegarse a centralizar la organización de los comicios en el país, el escenario podría cambiar diametralmente.

Lo sucedido en Zacatecas se ubica en la teoría de la dependencia política del IEEZ del gobernador en turno, lo cual es una tesis discutible, pero el remedio propuesto y establecido es peor que una supuesta enfermedad, puesto que están proyectando una sucesión adelantada en Zacatecas que contribuirá más a la inestabilidad político-electoral en los próximos procesos electorales.

José Woldemberg quien dirigiera al Instituto Federal Electoral (IFE) de 1996 al 2003 y uno de los detractores del Instituto Nacional de Elecciones (INE) señaló en una entrevista para el suplemento Enfoque del diario Reforma (03 de Noviembre de 2013) que se deben establecer mínimo tres condiciones al organismo en ciernes:

“Que se tome al IFE como base de dicho instituto; que se  instauren juntas permanentes para las elección de de diputados locales y ayuntamientos, y que se le quite la función de ser juez de las quejas entre partidos”.

Asimismo el académico de la UNAM considera que “los legisladores cometerían un error si deciden regresar a funcionarios de temporada para las elecciones locales”.

Aquí en Zacatecas no llegaron “funcionarios de temporada” sino militantes y exdirigentes de partido al órgano electoral.

¿Sobrevivirá el IEEZ al INE?

¿Prevalecerán los partidos sobre la representación ciudadana en los organismos electorales y autónomos?

Al tiempo.

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