La nueva campaña de la desvergüenza y la mentira
SAÚL MONREAL ÁVILA
Los mexicanos estamos presenciando escenarios políticos inéditos, donde se está construyendo historia, tanto en la elección federal, en la que acabamos de presenciar el primer debate en la casa de Minería en la Cd de México, todos atacando a AMLO, y escuchando además los nuevos spots del PRI, intentando revivir la campaña mediática del 2012, donde su propósito fue inocular temor y miedos en el electorado. Todo vemos con los candidatos del régimen, menos seriedad y un proyecto de nación a favor de la sociedad mexicana, como si lo tiene Morena y AMLO.
Y es que AMLO está más allá de las posibilidades de los candidatos del régimen para alcanzarlo, para muestra, hay una ventaja de AMLO de 20.5 puntos sobre Anaya en el Barómetro Electoral de Bloomberg, The New York Times le otorga una intención de voto del 48 por ciento. Una ventaja de 22 puntos porcentuales respecto a Anaya (candidato de la coalición del Partido Acción Nacional, Partido de la Revolución Democrática y Movimiento Ciudadano) y muy por encima del 18 por ciento de intención de voto para el priista de closet, candidato del gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI), José Antonio Meade.
Según la encuestadora Massive Caller, para el 40.9% de los 1,000 entrevistados al término del debate el triunfador fue López Obrador, aunque muy cerca se ubicó el aspirante del PAN-PRD-MC con 39.6%, según las mediciones que se hicieron posterior al debate. Y en esta crónica de una pelea callejera de todos juntos contra AMLO, lo que cualquiera puede observar es la obsesión de los adversarios de AMLO por mencionarlo una y otra vez terminando así por favorecer al líder en las encuestas. Pudo esquivar los golpes bajos y los bien dados de sus adversarios respondiendo con calma, sin alterarse, es decir, administrando su ventaja en las intenciones de voto, sin engancharse en las acusaciones, incluso muchas de ellas mentirosas, por lo que más allá de quien se declare ganador, AMLO ya gano al salir incólume de la emboscada.
De acuerdo a varios analistas, el escenario real de este primer debate fue el malestar y el enojo generalizado entre los mexicanos: La inmensa mayoría de la población en nuestro país al punto del hartazgo reconoce entre sus principales males a la corrupción sistémica, la violencia, los desaparecidos y la desigualdad, todo ello, producto del mal gobierno de la elite gobernante favorecida, por lo tanto, ante esta realidad social, ¿Cómo cambiar en un simple evento un ambiente de rechazo al sistema, encarnados por el PRI y el PAN, y sus representantes en el proceso electoral? La ventaja de AMLO con más del 20% sobre el segundo lugar está encuadrada en el marco de esta lógica social. López Obrador encarna la esperanza de cambio hacia un sistema más bondadoso para la gente, hacia los de “abajo”, la inmensa mayoría del electorado, y obviamente eso no cambiara en un simple evento, donde en los hechos no lograron demostrar nada de los dichos contra AMLO; antes bien, se dejó notar que todos se pusieron de acuerdo para atacarlo, como en Jauría, según lo señalo atinadamente Tatiana Clouthier, coordinadora de campaña de AMLO previo al evento.
Y es que lo que olvidan señalar los candidatos del régimen, Jose Antonio Meade, Ricardo Anaya, Margarita Zavala y Jaime Rodríguez, es que cada uno y todos ellos están involucrados en uno de los regímenes de gobierno más corrupto del mundo, y de la historia de nuestro país. De acuerdo con el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) 2017, publicado por Transparencia Internacional, México cayó un punto en un año; de una calificación de 30 pasamos a 29, esto en una escala que va de cero (la mayor corrupción) a cien (la mayor honestidad). Ocupamos, luego entonces, la posición número 135 de 180 países evaluados.
Somos el país más corrupto de las naciones que pertenecen al llamado G20, grupo de los veinte países más ricos del mundo que representan el 85% de la economía mundial. Somos el país más corrupto de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, foro que integra a las 35 economías más desarrolladas del orbe y finalmente somos uno de los países más corruptos de América Latina, grupo de naciones que comparten la misma geografía, etnicidad e historia. Estamos peor que Brasil, Argentina y Colombia. Ocupamos la misma posición que Honduras y Paraguay. De la región latinoamericana, sólo Guatemala, Nicaragua, Haití y Venezuela están peor que México.
Todo ello ha propiciado uno de los peores ambientes de inseguridad y corrupción en el orbe, Enrique Peña del PRI y Felipe Calderón del PAN, suman entre ambos 234 mil muertos de la “Guerra” que desato oficialmente el Panista dipsómano para legitimarse en el poder, y 2017 es oficialmente el año más violento en la historia reciente de México, en tanto, se señala por ONG´s que por lo menos el 10% del PIB y del presupuesto federal, se pierde en los bolsillos de los corruptos, solo por mencionar un detallito que omitieron Meade y Anaya, 22 gobernadores priistas, en el ejercicio del poder durante la administración de Enrique Peña Nieto son señalados por desvíos de recursos por más de 258 mil millones de pesos, todo ello, sin que el “honesto” Meade, quien fue secretario de Desarrollo Social del 28 de agosto de 2015 al 6 de septiembre de 2016 y secretario de Hacienda y Crédito Público del 7 de septiembre de 2016 al 27 de noviembre de 2017, se diera cuenta, y sin que Ricardo Anaya, quien fuese diputado federal plurinominal del Congreso de la Unión de 2012 a 2015 en la LXII legislatura y presidente del Partido Acción Nacional de septiembre de 2014 a enero de 2015 y de agosto de 2015 a diciembre de 2017 cuestionase o pusiera en tela de juicio al actuar de los gobernadores estrella de Peña Nieto, ambos son lo mismo, parte de la misma mafia de cuello blanco.
Y en nuestra entidad las cosas no andan mejor, no es posible sin verlo a través de esta lógica, que el candidato priista a la alcaldía de Fresnillo, tristemente célebre a últimas fechas por declarar que los hijos de madres solteras se vuelven delincuentes porque no tienen a su madre en casa, pretenda ser presidente del mineral cuando aún enfrenta señalamientos de la auditoria superior de la federación por un monto de 35 millones 676 mil 467.95 pesos, por diversas irregularidades cometidas en el ejercicio fiscal 2014, así como de irregularidades detectadas por la Auditoría Superior del Estado, al autorizar funcionarios de primer nivel pagos sometidos a fuertes señalamientos, pago del Seguro Social a personas que no laboran en el Ayuntamiento, préstamos pendientes, sustracción de bienes muebles, pago de obras y materiales a sobreprecios entre otros. El pri y el régimen con sus aliados son lo mismo, corrupción de arriba hacia abajo, desde los altos funcionarios, como Meade, hasta expresidentes municipales, a lo que la sociedad les cobrará la factura, la gente, el pueblo, tiene la última palabra.
