¿Qué pasará con Antorcha? Sencillo, seguiremos luchando

OSVALDO ÁVILA TIZCAREÑO

En días pasados un conocido columnista hizo referencia al futuro del antorchismo en Zacatecas y catastróficamente presagió nuestra desaparición: “se apaga la llama”, afirmó temerariamente. No es mi interés refutar tales aseveraciones, pues esa ha sido una reiterada estrategia empleada por algunos reporteros y columnistas, pero sobre todo por políticos que se frotan las manos deseando nuestro fracaso.

Así sucedió cuando liderados por el Ing. Aquiles Córdova dio inició la construcción de esta obra social, los enemigos de la organización no auguraban ni un año de nuestra existencia. Posteriormente se dio  la embestida de distintos gobiernos como ocurrió en el año 1997 con Cuauhtémoc Cárdenas y Rosario Robles en el Distrito Federal, luego vino la brutal agresión en el 2000 en Chimalhuacán, Estado de México, pero igualmente pasó con la llegada de los gobiernos panistas al gobierno federal y más recientemente, en el 2018 con el arribo del presidente López Obrador, que desde días previos a su toma de protesta emprendió una campaña aniquiladora, que se ha agudizado y tomado matices distintos durante todo su gobierno.

¿Y qué ha ocurrido con Antorcha? Han pasado 47 años y seguimos luchando al lado del pueblo, aunque se siga repitiendo la misma aseveración, de que pronto nos extinguiremos. Aquí no hay de otra que atenernos a la máxima leninista: el último criterio de la verdad es la práctica y la realidad ha demostrado que los cálculos han fallado porque seguimos unidos y firmemente convencidos de trabajar en la construcción de una patria más justa. Sin embargo, con la opinión referida resulta útil hacer algunas reflexiones.

El motivo de tal presagio obedece a los resultados electorales del proceso efectuado en junio de este año y a la “urgencia”, a juicio del autor de obtener la contraloría en Guadalupe para así mantener “encendida la llama”. Creo sinceramente que estamos ante una opinión sesgada y carente de sustento y que ante el deseo de que se cumpla el pronóstico hacen futurismo, por ello conviene traer algunos datos para demostrar que es errado concluir como se ha señalado.

Partiendo que la razón de tales conclusiones obedece a los resultados de la elección conviene traer a cuentas algunos datos relevantes.  En efecto, partiendo de que en democracia se gana o pierde por un voto, es innegable que, tanto en Guadalupe como en Trancoso, el apoyo mayoritario favoreció a otras expresiones políticas, pero deducir que eso constituye la ruta al exterminio es un auténtico despropósito, vale la pena valorar algunos elementos.

Primero. El resultado del proyecto que encabezó un servidor obtuvo cerca de 23 mil votos, quedando a 8 puntos de diferencia del partido ganador, además hay que considerar que a principios de año se auguraban 11 puntos de intención del voto y al final el 32% de la población buscaba el cambio, ¿se le puede llamar a esto catástrofe?

Segundo. Para nadie es un secreto, y además se interpusieron las denuncias correspondientes sobre la entrega de todo tipo de apoyos para condicionar el voto e incluso se usó a la policía para intimidar y construir supuestos delitos.

Tercero. Se lanzó la peor campaña negra acusándonos de todo e incluso mediante videos anónimos se hicieron graves acusaciones sobre violaciones sexuales sin aportar ninguna prueba, con sólo el dicho anónimo de quien en la penumbra acusa para dañar la imagen de un servidor. Al respecto no sólo rechazamos tales afirmaciones y hoy reiteramos que se trataba de una cobarde infamia, y por ello interpusimos la correspondiente denuncia ante la Fiscalía del Estado.

Y a pesar de todo lo anterior, de una batalla desigual, miles creyeron en nosotros y en las propuestas de solución a los problemas que nos aquejan, por tanto, que no quede duda, esa gente que nos ha acompañado desde siempre y los que se sumaron a la campaña tendrán en nosotros férreos defensores de sus demandas.

Pero si lo anterior no fuera suficiente hay sobradas razones para continuar encabezando las demandas de la gente.  Hoy estamos ante una terrible crisis de inseguridad que mantiene en la zozobra a la mayoría de las familias, la pandemia ha hecho terribles estragos en la economía, los campesinos se encuentran en el abandono y miles de zacatecanos no cuentan con una vivienda digna; se viven problemas en Villas de Guadalupe donde la gente se inunda cada año, las carreteras siguen en abandono absoluto y así puedo seguir enlistando asuntos de interés social. Está claro que con el cambio de partido en el poder los problemas no se resolverán y no es por descalificar a priori, sino que la naturaleza de los obstáculos requerirá de años y acciones multifactoriales.

La respuesta ha quedado dicha, la historia de nuestra organización está llena de adversidades, además de que la militancia y simpatía al movimiento social se cuenta por miles a través del apoyo con su voto o participando organizadamente en la lucha por la solución de sus problemas.

Por mi parte, afirmo que seguiremos de frente porque la sociedad requiere de quien la encabece ante la aguda realidad descrita, lo haremos por nuestro anhelo de una vida más digna, así que nuestra lucha seguirá y será el tiempo el que demuestre los fallidos pronósticos. Para esto hago un llamado a los activistas a que aprieten el paso, a que no admitan que la incertidumbre permee en ninguno de nosotros, a los antorchistas a que mantengan la unidad y se dispongan para continuar la lucha y a los que marchen sin dirección los invito a trabajar unidos pues las necesidades apremian y requieren de la suma de voluntades. Hoy más que nunca estamos más unidos y dispuestos a luchar.