Crónica de un abogado en tiempos de la pandemia

PEDRO JASSO CARRILLO

Desde que empezó el rumor de que el Coronavirus venía a Zacatecas, empecé a tener mis dudas sobre el oficio del abogado litigante, profesión a la que me dedico de tiempo completo; en los juzgados locales y tribunales federales todo se comportaba de manera normal, a mis clientes les di expectativas como si nada estuviese pasando, todo iba con regularidad, las expectativas de crecimiento personal y profesional se veían muy claras en este año 2020.

Cuando se soltó el rumor de que se suspenderían todas las actividades jurídicas en el país, me invadió la incertidumbre, pensé que era un cuento chino, de esos que a diario salen en redes sociales.

Después que se anunció formalmente la suspensión de por lo menos un mes en la mayoría de procesos y procedimientos legales, fue cuando todas las expectativas de orden profesional fueron cayéndose, lo peor es que cuando voltee a ver mis horizontes, de repente me encontré solo, ya que no hay alguna organización que estuviera preparada para apoyar y garantizar los derechos del gremio de abogados en el Estado.

En el gobierno velan por sus trabajadores, los sindicatos por sus agremiados, las empresas por su personal, pero para los abogados que día a día salimos a resolver problemas, no había ninguna opción, lo cual fue frustrante por darme cuenta que me encontraba solo.

Hablé con mis clientes, les expuse la situación, la mayoría entendió el problema de salubridad en que se encuentra metido el país, pero seguí en la misma situación, no habría movimientos en los juzgados, lo peor, no habría ingresos, por lo que reflexioné y me propuse a armar un frente de abogados que tenga la iniciativa y un único fin sobre la unidad de los abogados y su futuro, entendiéndose que los abogados debemos tener certeza en la seguridad social, en prestaciones que en la actualidad son nulas e inexistentes.

Esta es un pequeña crónica de un abogado postulante, por supuesto que hay más grupos vulnerables por la suspensión de los procesos, pero los abogados debemos de dar el ejemplo de organización y defensa de los derechos que alude nuestra Constitución y tratados internacionales.

¡Esperemos lo imposible!