Pasito tun tún!

RAFAEL CANDELAS SALINAS *

El pasado miércoles los Diputados de la LX Legislatura local tuvieron un interesante y “productivo” periodo extraordinario en el que aprobaron -entre otras cosas- la Ley de Transporte, Tránsito y Vialidad del Estado de Zacatecas y declararon Patrimonio Cultural Inmaterial del Estado de Zacatecas “las peleas de gallos» y la tradicional «Feria de la Primavera de Jerez».

Nadie puede dudar que la Feria de la Primavera de Jerez de García Salinas es un referente para los Zacatecanos, pues muchos de nosotros hemos ido al inicio de la misma el Sábado de Gloria a saludar a los amigos, a comer una rica nieve de garrafa de los portales, una tostada con salsa de » El Durazo» a tomarnos unos tequilas en La Carta Blanca, a pasear a caballo, a caminar por el jardín y/o a pasar una tarde agradable en dicho Pueblo Mágico. Alguna vez incluso, parte de la publicidad que se hacía para atraer turismo nacional a nuestro Estado, tenía que ver con esa festividad, pues se invitaba a los turistas a visitar Jerez, un pueblo que sabe a gloria.

Parece pues, que dicha declaración es válida pero no tiene ningún sentido, si no se refleja en mayor presupuesto, en mayor promoción de la feria, en mejor calidad y por supuesto en darle otro nivel para que sea realmente atractiva para más Zacatecanos y sobre todo para que atraiga al turismo nacional y en lo posible al turismo internacional.

Por otro lado la declaración referente a las peleas de gallos me parece un absurdo, no sólo porque va en contrasentido de las tendencias mundiales en favor del respeto a los animales, a la ecología y al medio ambiente, sino que además dicho espectáculo nada tiene que ver ni con una tradición, ni con cultura, ni con el fomento a la educación y tampoco creo que el fomentarla genere mejores ciudadanos, a no ser que sea parte de la política de estado del presente gobierno, impulsar las peleas de gallos.

En lo referente a la Ley de Transporte, Transito y Vialidad realmente deja mucho que desear; La Comisión responsable, antes de aprobar el dictamen en todas y cada una de sus partes debió haber abierto el tema a la discusión de todos los sectores involucrados y principalmente de la sociedad en genreal, desde mi punto de vista hizo falta socializar más la discusión y generar mayor debate en torno a varios temas delicados de la iniciativa de Ley de Transporte, Tránsito y Vialidad presentada por el ejecutivo del Estado y no haberla aprobado con prisas, sin estudiarla, ni revisarla a fondo y haberla presentado a la discusión de la sociedad.

Le Ley aprobada adolece de muchos errores, por ejemplo debió haber sido revisada para que concordara con la actual estructura de la Administración Pública que está vigente desde el pasado primero de enero de este mismo año, pues de su redacción parece que no fue así.

Otro tema que ha generado polémica es el que tiene que ver con la regulación de  las manifestaciones, pues no sólo atenta contra la libre manifestación expresada en la Constitución sino que formaliza el espíritu autoritario y represor que ha venido mostrando el actual gobierno con todos, o casi todos, los que han ejercido su derecho a manifestarse y han terminado siendo perseguidos por el brazo policiaco del estado. Es evidente que la ley no busca regular las marchas  sino reprimir a la ciudadanía e ir contra sus derechos constitucionales de libertad de expresión y manifestación, ya que en el colmo de los absurdos, hasta el lenguaje se pretende regular.

De hoy en adelante y gracias a los representantes del pueblo, todos aquellos que quieran ejercer su derecho a la ¨libre¨ manifestación tendrán que avisar y practicamente pedir autorización con 48 horas de anticipación, luego de ello se les otorgará un permiso para manifestarse,  mismo que no sabemos si lo expidan en ese momento, o en 24 o 48 horas o de plano y como es característico de la burocracia, pues pudiera tardarse hasta una semana o dos o más, sin dudar que al rato se empiece a pedir para autorizarlas copias, fianzas, fotografías, identificaciones y todo tipo de requisitos que van encaminados a limitar con la fuerza lo que no han podido evitar con el diálogo, la apertura, la sensibilidad, los resultados y el trabajo de un gobierno democrático. Esta nueva ley propone sanciones en caso de que aquellos que realicen protestas utilicen lenguaje injurioso y presionen a la autoridad. Hágame Usted favor.

En cuanto a los aspectos del transporte hay puntos a revisar, por ejemplo, entre los objetivos planteados en la iniciativa en mención, se encuentra el profesionalizar al personal que comúnmente se conoce como Agentes de Tránsito y abatir la corrupción al interior de la corporación mediante la integración de la Policía Preventiva de Tránsito del Estado, es decir crear “otra” policía, aparte de las muchas que ya tenemos. También se supone se van a transparentar las concesiones y a tener un mayor control sobre los vehículos que circulan en el Estado, por lo que se instaura el Registro Estatal de Vehículos y Concesiones, aparentemente para poder tener certeza sobre el cumplimiento de la normatividad aplicable en la materia, aunque por otro lado se la dan facultades al ejecutivo para otorgar o quitar concesiones y de intervenir en la prestación de los servicios públicos de transporte cuando así lo exija el interés social, o sea, según les convenga, pues son ellos mismos quiénes habrán de determinar ese interés social, lo cual me parece grave por ir en sentido contrario, otra vez, de los avances democraticos que a lo largo de los años habían venido logrando los concesionarios, transportistas y operadores, que hoy con este nuevo precepto, regresan a los viejos tiempos.

Es evidente que con lo señalado líneas arriba se abre el camino para echar andar el tan mencionado pero poco claro proyecto del metrobús, para el que le brindan una participación extraordinaria en esta Ley a la Secretaría de la Infraestructura que tendrá la atribución de elaborar, ejecutar y evaluar los planes de movilidad urbana sustentable, en otras palabras, dicha Secretaría será el factor determinante en la planeación del transporte de personas y mercancía en el entorno urbano, que no está del todo mal, pero que si pretende hacer el metrobús cómo pretendió hacer la remodelación de la Alameda García Salinas, pues lo único que podemos esperar es que se trate de sorprender a la ciudadanía con una obra que nadie conoce, ni quién está detrás y que lo único que puede motivar es, otra vez, la movilización de la gente, aunque ahora, tenga que pedir permiso.

Una cuestión innovadora, es que a pesar de que en la actualidad Zacatecas no padece aún graves problemas de contaminación, resulta importante establecer como medida preventiva la regulación de la emisión de humo, gases y ruidos producidos por los vehículos.

Lamentablemente la aprobación de esta Ley tiene claro-obscuros muy evidentes, es muy ambigua, tiene avances y retrocesos, da un pasito para delante y otros dos o tres para atrás, de su lectura se nota que se legisló sobre las rodillas, y desgraciadamente las cosas buenas que se han planteado se verán opacadas debido a que quienes la propusieron y quiénes la votaron sin tomar en cuenta los procesos democráticos de planeación participativa, no tuvieron la visión para advertir que en el corto plazo, las consecuencias no tardarán en evidenciarlos.

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