Tlatelolco: nunca más

LUIS GERARDO ROMO FONSECA *

“Por eso el dos de octubre aguardó hasta la noche

para que nadie viera la mano que empuñaba

el arma, sino sólo su efecto de relámpago.

 

¿Y a esa luz, breve y lívida, quién? ¿Quién es el que mata?

¿Quiénes los que agonizan, los que mueren?

¿Los que huyen sin zapatos?

¿Los que van a caer al pozo de una cárcel?

¿Los que se pudren en el hospital?

¿Los que se quedan mudos, para siempre, de espanto?

 

¿Quién? ¿Quiénes? Nadie. Al día siguiente, nadie.

La plaza amaneció barrida; los periódicos

dieron como noticia principal

el estado del tiempo.

Y en la televisión, en la radio, en el cine

no hubo ningún cambio de programa,

ningún anuncio intercalado ni un

minuto de silencio en el banquete”

Así describe Rosario Castellanos la noche del 2 de octubre de 1968 en su “Memorial de Tlatelolco”. Hoy conmemoramos 44 años del aniversario de uno de los episodios más oscuros de la historia contemporánea de México; el 2 de octubre de 1968 es una fecha que quedará en la memoria de todas las mexicanas y mexicanos por la brutalidad y la barbarie con que el régimen de Gustavo Díaz Ordaz reprimió al movimiento estudiantil en la Plaza de las Tres Culturas. Cientos, quizá miles de jóvenes y miembros del pueblo en general,  murieron aquel día y muchos resultaron lesionados. Las fuerzas del Estado quemaron gran parte de los cadáveres y los heridos fueron llevados a hospitales militares para ocultar el saldo de la brutal represión. Ya de noche, los bomberos y la policía se encargaron, con chorros de agua a presión, de lavar todas las huellas del genocidio en la Plaza de las Tres Culturas.

10 días después de la matanza se inauguraron los Juegos Olímpicos; el gobierno hizo todo lo posible por dar una imagen de éxito ante el mundo y esconder lo ocurrido. Sin embargo, como señala Elena Poniatowska: “hubo unos deportistas, unos atletas negros que denunciaron la masacre que había sido 10 días antes y dijeron que ninguna Olimpiada valía lo de la vida de un estudiante”.

A final de cuentas, el 68 marcó el fin de una época, el comienzo del fin de un régimen que ya en ese momento estaba perdiendo su legitimidad nacida de la Revolución Mexicana, se esencia popular y su sentido social; debido a su nivel de corrupción, su carácter patrimonialista, corporativo y clientelar. Sin embargo, fue a partir de 1968 que la cerrazón del régimen priísta, al dejar sentir su expresión criminal, puso de manifiesto su gradual agotamiento y decadencia. En adelante, el régimen estableció su ejercicio autoritario de imponer sin mediaciones: desde el 68, pasando por la “guerra sucia” de los años setenta.

Hoy en día, la conciencia estudiantil del 68 nos empuja a interpelar y criticar las miserias y contradicciones de la sociedad mexicana. Evoca la indignación ciudadana frente a la represión gubernamental y nos impulsa a no renunciar en la defensa de las libertades y de los derechos humanos; como una larga lucha que hoy mantiene plena vigencia: en la segunda década del siglo XXI, la Desaparición Forzada de Personas (deleznable práctica delictiva) ha experimentado un notable aumento en muchos lugares del país. Este crimen se ha convertido otra vez en un patrón recurrente en el contexto de violencia generalizada y de empoderamiento de los grupos delictivos en México. Desafortunadamente, nuestro país se encuentra asfixiado por la pobreza, el desempleo y la violencia; como los problemas que más agobian a las familias mexicanas. Por fortuna, en Zacatecas, ya contamos con una ley para afrontar con atingencia este grave delito: el pasado 28 de junio, ante el Pleno del Congreso del Estado, un servidor presentó la Ley de Prevención y Sanción de la Desaparición Forzada para el Estado de Zacatecas.

Volviendo al contexto nacional, el líder del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, Javier Sicilia, llegó ayer a la Cámara de Diputados para defender la Ley General de Víctimas, aprobada el pasado 30 de abril; y pedir que se desestime la Ley General de Atención y Protección a las Víctimas, enviada por el Ejecutivo, el pasado 30 de agosto. Cabe recordar que el titular del Ejecutivo gestionó una controversia constitucional por la Ley aprobada en el Congreso -la cual está siendo  analizada por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN)- y poco después envió al Senado una nueva versión de esa Ley. Al respecto, Sicilia considera que la iniciativa presentada por el presidente Felipe Calderón rebaja y desvirtúa la Ley General de Víctimas, la cual obliga al Estado mexicano a proteger a las víctimas del delito y de violaciones a los derechos humanos: “no está asumiendo a cabalidad la emergencia y el problema gravísimo que tiene el país con sus víctimas, por eso esperemos que las Cámaras y el Poder Judicial estén a la altura de la demanda ciudadana”, ha dicho el poeta.

Finalmente, a 44 años de distancia, recordamos el 68 y honramos a los caídos. Pese a que la voluntad transformadora de aquellos jóvenes fue ahogada por la sangre, el movimiento estudiantil sí logró abrir el camino que marcó el final del régimen monolítico y autoritario. Una vez más, el día de hoy, reivindicamos el alcance crítico, la fuerza cultural y la imaginación política del movimiento estudiantil como una herencia que nos obliga a fortalecer el proceso democratizador en México y Zacatecas; a dar la pelea cívica y legal por la justicia, los derechos humanos y abrir la puerta de las oportunidades para la juventud y cerrar la de la desigualdad.

 * Diputado Local PRD

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