La Casa de los Perros: El fracaso llamado Guadalupe
CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ
En definitiva, y a sólo tres meses de haber asumido “el poder”, Julio César Chávez y el gobierno municipal que encabeza en Guadalupe se han convertido no sólo en el hazmerreír de los zacatecanos y sus alrededores, sino también en el peor de los arrepentimientos que un grupo de ciudadanos puedan sentir.
Todos saben que el joven Julio Chávez, luego de chapulinear de partido en partido y traicionar a todo el que se le puso enfrente, incluyendo al mismo inquilino de La Casa de los Perros, logró su aspiración de ser alcalde de Guadalupe gracias a la avalancha electoral que significó Andrés Manuel López Obrador.
Pero ahora, su inexperiencia, su falta de capacidad, de sensibilidad y sentido común tienen sumido al “Pueblo Mágico” de Guadalupe en la peor de sus crisis en muchos, pero muchos años.
Por ejemplo, recordamos que la obligación principal de todo Gobierno Municipal es justamente otorgar los servicios públicos básicos a los habitantes, y justamente en ello es en donde Julio César ha fallado un día sí, y el otro también.
Ahora, los miles de guadalupenses que se fueron con la finta y creyeron que el ex lector de noticias podría gobernar, y lo peor, los que ya sabían de quién se trataba, se quedan con un palmo de narices al enterarse lo que deberán pagar de predial, además de un cobro de algo llamado “Aseo Público”.
Hoy Guadalupe es un cochinero, tanto en las calles como en el Palacio Municipal, en donde las grillas han dejado hasta sin secretario al Ayuntamiento.
A Julio César Chávez, desesperado porque no ha tenido la capacidad de allegarse de recursos, pues no tiene noción alguna de lo que es la administración pública, además que se ha rodeado de gente con nula capacidad a la que le impusieron como cobro de favores políticos a sus padrinos, sólo se le ocurrió hincarle el diente a la población. Total, qué tanto es tantito.
La cuestión es que, mientras los habitantes de Guadalupe no palpen que las cosas funcionan, obviamente no se acercarán a las oficinas de la tesorería municipal ni de broma y los siguientes tres años seguirán siendo de terror.
Por eso estamos como estamos
Innumerables fueron las quejas de parte de los turistas que tomaron como opción para estas vacaciones de fin de año la ciudad de Zacatecas, y es que, a pesar de los años y las supuestas capacitaciones, nadie ha logrado que los comerciantes del Centro Histórico entiendan que los negocios se deben abrir temprano y ofrecer una atención amable a los clientes.
Y qué decir de los responsables de los museos que sostiene el Gobierno del Estado, léase el Francisco Goitia, Pedro Coronel, Rafael Coronel, el Museo Zacatecano y el de Arte Abstracto Manuel Felguérez, que al menos el 1 de enero cerraron sus puertas por tratarse de un día de asueto. El colmo.
Pero como los jefes también se fueron de vacaciones, pues no hubo quien pusiera orden. En verdad que sólo falta que un día de estos los hoteles también cierren sus puertas “por vacaciones”.
Con todo
Por cierto, el que puso el ejemplo a propios y extraños fue el alcalde de Zacatecas, Ulises Mejía Haro, a quien no le importó que se tratara de días festivos y se dedicó a cumplir con sus labores diarias. Mañana, tarde y noche se dedicó a recorrer las colonias, organizar jornadas de limpieza y llevar a cabo sus “marchas exploratorias” las que, por cierto, han sido muy bien recibidas por los capitalinos.
De hecho, Ulises Mejía anunció que será el próximo 15 de enero cuando se presente a los ciudadanos el Plan Municipal de Desarrollo 2018-2021, luego de que durante diciembre se llevaran a cabo varios foros de consulta ciudadana en los que se contó con el apoyo de instituciones de educación superior como la Universidad Autónoma de Zacatecas, la Universidad Autónoma de Durango, el Instituto Tecnológico de Zacatecas, el Tecnológico de Monterrey y el Instituto Politécnico Nacional. Fueron más de 110 las propuestas que se recogieron para armar este documento que, por ley, debe ser aprobado por el Cabildo.
Al pie del cañón
Quien también se olvidó de las vacaciones fue el presidente municipal de Villanueva, Miguel Torres Rosales. Bien sabe que su municipio está hecho un desastre, sobre todo en lo referente a lo económico, y decidió mantenerse al pendiente, antes de aprovechar cualquier pretexto para ausentarse.
Y es que de pronto a los gobernantes se les olvidan esas ansias locas que se apoderan de ellos para llegar a tal o cual cargo, y luego se dicen cansados, alegan que su familia los reclama y entonces emprenden el vuelo rumbo a Texas, o alguna playita, dejando guardias que los sustituyan. Vaya, vaya…
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