Lo que bien se aprende nunca se olvida

SOLEDAD JARQUÍN EDGAR

Aunque cambien los partidos políticos en el poder, el viejo y nauseabundo olor del viejo sistema sigue impregnado en la política mexicana actual.

Las propuestas y promesas de cambio han sido un largo ensayo en el sistema tradicional mexicano, desde el primer gobierno de alternancia -estatal- hasta que el otrora hegemónico partido de Estado, el PRI, vio su suerte cambiar hace apenas unos cuantos años. Hoy, tenemos otro partido hegemónico en Morena: un presidente, 19 congresos de mayoría, gobiernos municipales en abundancia y también 21 y con Oaxaca pronto serán 22 gobiernos estatales emanados de Movimiento Nacional de Regeneración.

El tránsito entre el ofrecimiento de paz, justicia/cero impunidad, estabilidad económica, respeto a los derechos humanos, etcétera, etcétera… parecen no tener un punto de cruce a poco más de dos años del fin de la era (legal) de Andrés Manuel López Obrador. Hay en cambio varios y sonoros tropiezos que revelan lo dicho: el ejercicio del poder público ha estado plagado por las malas mañas aprendidas en el viejo régimen, la escuela de la que egresaron buena parte de los “nuevos” políticos en el poder, muchos de los cuales eran bastante conocidos y con largas trayectorias en el PRI.

Habrá elecciones el año 2024 en México, pero si una recorre las carreteras del país, en las pequeñas o más alejadas ciudades encontrará propaganda política en abundancia a favor de Claudia Sheinbaum en la costa chica de Oaxaca, de la diputada federal Irma Juan Carlos, electa por mayoría relativa por el Distrito II de Teotitlán de Flores Magón. Sin embargo, la imagen de Irma Juan Carlos está en la costa oaxaqueña y seguramente en otras regiones de la entidad. Es decir, que en todo caso le corresponde al o la diputada plurinominal por esa circunscripción. ¿Estamos en campaña? Es una pregunta para el INE.

Y no es la única. En Oaxaca, son las mujeres quienes buscan de manera afanosa, primero ser diputadas federales, segundo senadoras (2024) y tercero perfilarse para la próxima gobernadora, esta vez si las dejan pasar en el proceso electoral del 2028.

Esa y no otra es la prisa y los adelantos. Muchas de ellas utilizando los programas sociales estrella de López Obrador sin ningún pudor ni empacho. Igualito que lo hicieron en el pasado el otrora partido en el poder.

Recientemente, en Oaxaca se entregaron tarjetas Bienestar a 17 mil 900 personas con el fin de bancalizar el pago, casi todas mayores de 80 años, porque los más jóvenes tenían sus tarjetas desde antes. Los citan a las 9 de la mañana, buena parte de ellos y ellas llegaron acompañados/as de personas que los auxilian porque sufren alguna discapacidad motriz o presentan problemas de la vista o no escuchan, entre otras.

Ahí los tuvieron esperando sentados, eso sí, en sus sillas de plástico. Poco a poco se fue llenando el lugar, eran cientos de personas. Mientras tanto una “animadora” les hacía repetir el nombre de la delegada, que evidentemente nadie sabía quién era. ¡Nancy Ortiz! Repetían las personas adultas de entre 80 y más de 90 años. ¡Más fuerte, que se vea que tienen ganas! Decía la joven vestida con uniforme de la Secretaría de Bienestar, quien evidentemente parecía olvidar a quienes tenía enfrente y muchos de ellos/as sin desayunar.

Todo esto mientras exhibían un video sobre los diversos programas del gobierno de López Obrador a través de la dependencia citada. En el video de dos minutos 14 segundos, aparece en más de 20 ocasiones la delegada abrazando personas, caminando en las comunidades, posando en la entrega de cheques, hablando…

La “animadora” también hizo referencia a un folleto que la Secretaría de Bienestar entregó a cada beneficiario o beneficiaria. En la portada del folleto tamaño media carta aparece indebidamente y de acuerdo con la ley, la delegada de Bienestar Nancy Ortiz Cabrera. ¿No es eso propaganda política?

Finalmente, cerca de las 10 de la mañana inició un acto, que no estuvo anunciado a las personas usuarias sin la presencia de la multicitada delegada de Bienestar, en su lugar estaban cuatro servidores públicos y una usuaria que agradeció muy emocionada.

Lo que resulta peligroso es seguir sembrando el encono, en especial contra las y los periodistas en México y eso precisamente hizo uno de esos funcionarios. Primero hizo un recuento de las grandes obras hechas por el Presidente: un aeropuerto, un tren maya, una refinería…todo esto se puede hacer porque el gobierno no gasta en cosas superfluas, como pagar a los medios de comunicación y a las y los periodistas, por eso sale en la tele todas las mañanas, en su mañanera para informar. “Véanla y no se dejen llevar por chismes”, exclamó.

No fue todo, pidió al público ahí reunido, que sigan en redes sociales a Nancy Cecilia Ortiz Cabrera, la delegada de Bienestar en Oaxaca. Habría que decir que menos de la mitad de ese grupo etario de 55 y más no utilizan redes sociales (66 %), además Oaxaca es la segunda entidad en todo el país con menor número de usuarios del país de algún dispositivo con internet. Es decir, para buena parte de las personas ahí reunidas escuchar “sigan a Nancy en redes sociales” no fue entendible.

En suma, estos son ejemplos de cómo lo que antes se hacía se vuelve a repetir. ¿Será porque lo que bien se aprende nunca se olvida?