Mal inicio, peor evaluado 

JUAN GÓMEZ 

En la historia de los gobiernos civiles que se tenga memoria, ningún mandatario zacatecano había empezado tan mal su gobierno como el actual que inició el 12 de septiembre, y que de acuerdo con la empresa encuestadora Consulta Mitofsky ocupa el lugar 27 de 32 mandatarios estatales.

¿Qué es lo que ha pasado en Zacatecas para obtener esta bajísima calificación inicial?

De entrada, el gobernador David Monreal Ávila arrancó un programa de infraestructura sin recursos económicos suficientes y sin secretario de Obras Públicas. Apenas el pasado viernes lo nombró.

La campaña de 100 días que anunció con bombo y platillo se redujo a una pobre campaña de bacheo en dos municipios de la que ya no se sabe nada.

El segundo golpe fue la integración del Presupuesto 2022 que el gobierno federal de la Cuarta Transformación envió al congreso, en el que se propone un presupuesto inercial para Zacatecas, similar al que se ejerce este año, en el que se observa una reducción en el gasto educativo, ausencia de recursos para el mejoramiento de carreteras; cero monto económico asignado para el proyecto de la presa Milpillas y una disminución de 6.2% en el Ramo 33 de aportaciones federales respecto al ejercido este año.

El tercer golpe fue consecuencia del primero: no hay recursos suficientes para el pago de la nómina estatal, pero si no se hace la gestión respectiva ante la federación, el dinero no llegará a Zacatecas.

Por primera vez en el arranque de una administración estatal en la historia de los gobiernos civiles zacatecanos, no se pagó a los maestros, personal de confianza y a jubilados, lo que desató una serie de movilizaciones urbanas, bloqueo de vías de comunicación terrestre y toma de edificios administrativos y de algunas presidencias municipales.

De manera tardía el gobernador se trasladó a la Ciudad de México para gestionar los recursos extraordinarios para el estado. Fue hasta el 27 de septiembre que procuró una entrevista con el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández; con la secretaria de Economía, Tatiana Clouthier y con Delfina Gómez, secretaria de Educación. Pero no hubo respuesta satisfactoria, solo discurso político.

Las movilizaciones continuaron. El recurso no había llegado. Se acercaba el plazo para el pago de la segunda quincena de septiembre y la primera no había se había hecho efectiva para los mentores. La federación no apoyaba al gobierno de extracción morenista en Zacatecas, no había respaldo y se contradecía el discurso de amistad presidencial. Le daban trato parejo al de otros estados en la misma situación.

Desesperado, el mandatario estatal explotó en los siguientes días cuando dijo: “no fastidien a los ciudadanos con sus manifestaciones”.

En un video de su red social personal, el gobernador señaló lo siguiente a los maestros: “No dejen de luchar, solo identifiquen la lucha, los zacatecanos sabemos que no hay dinero y que está en quiebra ¿Pero por qué fastidiar, por qué lastimar al ciudadano, si la lucha es en la Secretaría de Educación Pública del país?

Y es que una parte del recurso había llegado el día 30 de septiembre, pero fue insuficiente para el pago total de la nómina magisterial. Los maestros de los subsistemas no recibieron su pago y tampoco el personal de confianza y contrato del gobierno estatal; tampoco los jubilados y pensionados obtuvieron su sueldo, sino hasta después de 50 días.

El otro problema sensible que ha tenido el mandatario estatal es la designación de su gabinete que, dicho sea de paso, a prácticamente un mes de su toma de protesta permanece incompleto.

En este escenario de conflicto el mandatario no ha nombrado al secretario(a) de Educación para que atienda el problema magisterial, mientras que, por otro lado, fue hasta el pasado 6 de octubre que designó a Gabriela Pinedo Morales como secretaria general de Gobierno, quien carece de experiencia en la administración pública.

Lo anterior quedó manifiesto la noche del sábado 9 de octubre por la noche, cuando en una conferencia de prensa actuó más como maestra de ceremonias que como responsable de la política interior del estado.

Esa noche se había convocado a los medios para dar un posicionamiento de la agresión en la murieron cuatro elementos de la Policía Metropolitana, un uniformado herido y otro desaparecido en la acción. No permitieron preguntas de los reporteros y tampoco aportaron nuevos datos o detalles de la agresión.

Con estos fallidos eventos y la ausencia de una estrategia para el manejo de crisis, el gobernador David Monreal ve caer no solo el respaldo social que impulsó su triunfo electoral el pasado 6 de julio, sino la confianza que en un momento dado le apostaron ciudadanos a un cambio de gobierno en el estado de Zacatecas.

Lejos de convocar a la unidad social y política, David Monreal Ávila, emprende una especie de ajuste de cuentas en el aparato administrativo, motivado por rencores y odios tanto propios como adquiridos por sus principales asesoras y asesores.

No hubo “luna de miel” pero tampoco se observa la consolidación de un buen gobierno que tanta falta hace en Zacatecas.

¿Quién o qué detendrá la caída de la popularidad del gobernador?

Al tiempo.

Twitter: @juangomezac