El frustrado atentado

Juan GómezJUAN GÓMEZ *

Ricardo Monreal Ávila es de esos políticos que siempre han estado bajo el ojo del huracán, pero que han desarrollado una habilidad para subirse a la cresta de la polémica y aprovechar el impulso para capitalizarlo en su provecho personal y político.

El pasado 5 de abril, la Procuraduría General de la República dio a conocer que con base a información del Cisen, se desmanteló un operativo que tenía como objetivo principal, asesinar a los hermanos Ricardo y David Monreal en la ciudad de México.

De inmediato el ex gobernador de Zacatecas utilizó su Twitter para enviar un mensaje adosado de cristianismo y oportunidad política: “Gracias a Dios y al Santo Niño de Atocha estamos bien”.

24 horas después aparecería acompañado por su familia en una conferencia de prensa en la que daría nueva cuenta de su fe y del manejo político de la información.

El senador petista David Monreal decidió guardar silencio.

Como pocos políticos, Ricardo Monreal maneja los tiempos y los escenarios con oportunidad y oficio político. Es una característica que le acompaña desde  sus tiempos de regidor en el municipio de Fresnillo, en donde inició su carrera política.

Monreal aprende rápido, se adapta rápido. Basta cruzar dos miradas y escuchar comentarios para medir terrenos y avanzar.

Procura siempre conocer a sus interlocutores. Los disecciona con las manos de un cirujano experto en la construcción y reconstrucción plástica.

Cuando los tiene enfrente, los coloca en la plancha y va recorriendo palmo a palmo cada uno de los detalles de la personalidad. Lo que sirve lo almacena, lo guarda, al resto lo desecha, lo tira, lo arroja.

Y avanza.

Genaro Borrego le apoyó y consintió que fuera diputado federal y después senador de la República, cuando no le quedó más remedio que proponerlo en medio del enfrentamiento político de su sucesor Arturo Romo Gutiérrez, quien pretendía encumbrar a su cachorro político Guillermo Ulloa Carreón.

Monreal ni siquiera hizo campaña en aquella ocasión sino el entonces ideólogo cetemista, porque tenía que hacer camino para la sucesión gubernamental.

Pero Monreal se desmarcó inmediatamente de Genaro Borrego Estrada. Se fue por la libre para enfrentarse, incluso, con Romo Gutiérrez.

En la sucesión gubernamental de 1998, el entonces secretario de Gobernación Emilio Chauyfet Chemor fue su principal impulsor en la candidatura priista por la gubernatura de Zacatecas, pero la salida intempestiva del político mexiquense y miembro del “Grupo Atlacomulco”, tumbaron también la estrategia del entonces diputado federal priista Ricardo Monreal.

Y sucedió el “Monrealazo”, pero no fue obra de la generación espontánea, sino que desde la toma de protesta de Arturo Romo, el sagaz Monreal ya había iniciado la consolidación de una estructura territorial y el amarre de compromisos con los liderazgos regionales.

Arturo Romo no iba a ceder fácilmente la plaza. Fue entonces cuando el entonces director de la Policía Judicial del gobierno romista, Pedro Eliel Carmona Calosi, propaló información sobre presunto lavado de dinero en la campaña del entonces candidato a la gubernatura de Zacatecas. De hecho fueron involucrados algunos empresarios y amigos del político fresnillense, algunos de los cuales reaparecen en la actual administración.

Los ataques por presuntos nexos con el narcotráfico desde la época de Ernesto Zedillo, hace 15 años, no han sido comprobados fehacientemente por las autoridades federales.

Hasta la fecha, un miembro de la familia Monreal no ha sido detenido por este tipo de delito y encausado en las instancias judiciales.

Precisamente uno de sus hermanos fue baleado en un intento de asalto, según se dio a conocer durante el gobierno de Arturo Romo, pero el hecho no trascendió más allá de la nota roja y de la especulación mediática.

Después del término de su período como gobernador del estado, Ricardo Monreal no pudo dejar sucesor. La ex líder nacional del PRD, Amalia García Medina se le cruzó en el camino y evitó que prolongara su influencia en su gobierno.

Sobrevino el rompimiento.

Las corrientes perredistas no lo aceptaron. El único que apoyó a Monreal en ese momento fue Andrés Manuel López Obrador.

Y Ricardo se aferró a su sombra. Con su apoyo y beneplácito ha transitado del PRD al PT y de ahí a Movimiento Ciudadano, en donde actualmente es el coordinador de la fracción parlamentaria.

El periódico Milenio dio a conocer la siguiente información el pasado 5 de abril:

LAS AMENAZAS

En 2012, Ricardo Monreal había denunciado amenazas de muerte contra de él y su familia. Además, en 2009 se filtró información en torno a una investigación que la PGR realizaba contra David y Cándido Monreal Ávila por narcotráfico.

La PGR inició el expediente PGR/ZAC/128/II/CS/2009 luego de que militares hallaron, el 22 de enero de 2009, 14.5 toneladas de mariguana en una planta deshidratadora de chile, propiedad de David y Cándido.

En el lugar se detuvo a integrantes de Los Zetas, pero los hermanos Monreal Ávila se deslindaron de los hechos. (http://www.milenio.com/cdb/doc/noticias2011/792ea4e00fa97270ba1af5f426aa0d08)

Hasta ahí la cita.

Cuando se habla del “frustrado atentado” los zacatecanos levantan la ceja. No lo creen a pié juntillas. Tienen sus razones para dudar.

El fondo del episodio aún no se descubre, aún no se revela. Quizá en los próximos días se arrojen más elementos que nos permitan observar con certeza las verdaderas causas de la trascendencia de la información en comento.

¿Por qué un gobierno priista lo hace público en un escenario electoral?

¿Para quién es verdaderamente este mensaje?

Al tiempo.

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