15 de septiembre, una promesa

JOSÉ NARRO CÉSPEDES *

Cada 15 de septiembre se celebra en todas las plazas públicas la independencia de México, se celebra el mito del nacimiento de un país que la historia oficial se ha dado a la tarea de maquillar y matizar la realidad de este país.

Este 15 de septiembre, se celebrará el aniversario del inicio del movimiento que once años después desencadenó en una independencia que nadie al principio esperaba.

Cabe recordar que dentro de los planteamientos de Hidalgo y los conspiradores de Querétaro no estaba la idea independentista, sino principalmente se buscaba construir el empoderamiento de los criollos de la Nueva España.

Es claro que las festividades de mediados de septiembre celebran un anhelo largamente acariciado por los mexicanos, un sueño que permite dar la lucha cotidiana por la construcción de un país más justo.

La justicia en este país es un asunto pendiente, desgraciadamente la mayoría de las luchas históricas mexicanas, aún son vigentes.

Hoy, de acuerdo con el más reciente estudio del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), el número de personas en situación de pobreza en México subió de 48.8 millones a 52 millones entre 2008 y 2010, lo que significa que el 46.2% de la población se encuentra en esa situación, contra el 44.5% de 2008.

Por su parte la pobreza extrema, la que tiene tres o más carencias sociales, pasó de 10.6% a 10.4% de la población total, con lo que se mantiene en el nivel de 11.7 millones de personas; mientras que el número de personas vulnerables por ingreso pasó de 4.9 millones en 2008 a 6.5 millones en 2010.

28 millones de personas tienen carencia por acceso a alimentación, lo que representa un aumento de 4.2 millones en dicho periodo.

De la misma forma, México sigue en la búsqueda de la construcción de un sistema político efectivo, y es fácil poder afirmar que en México, la democracia puede ser considerada como de baja calidad, pues aún no podemos ni siquiera organizar elecciones justas, confiables, equitativas y sin el tufo del fraude.

En el mismo sentido, no se otorga a la deliberación el peso que requiere en la toma de decisiones. Para que en nuestro país se consolide y llegue a ser de calidad, es necesario que la deliberación entre actores políticos, y entre estos y la ciudadanía, adquiera un lugar central.

A más de 200 años del inicio del movimiento independentista, México es un país de »leyes sin justicia». Según Amnistía Internacional (AI) el sistema de seguridad pública y de justicia penal “está en crisis”.

AI ha documentado desde hace varios años violaciones a derechos humanos e impunidad: en casi todo el país se registran detenciones arbitrarias, fabricación de pruebas y tortura, y no obstante que los detenidos son presentados ante el juez con signos evidentes de golpes y maltrato, “así los condena”.

Pese a eso, son extraños los pronunciamientos gubernamentales a favor de los derechos humanos, lo que hace pensar que las violaciones de derechos humanos son toleradas.

Según Amnistía Internacional “las violaciones a los derechos humanos en México son frecuentes por funcionarios; el gobierno no ha logrado una justicia eficaz para todos”.

Durante el sexenio que termina, se libró una absurda lucha contra la delincuencia organizada, la que ha sido incapaz de inhibir la producción y trasiego de drogas y producido más de 60 mil muertos,

En México los hogares pueden representar para muchas mujeres “lugares peligrosos” por la violencia que ejercen sobre ellas su parejas o ex parejas, la violencia contra la mujeres toma múltiples formas, la más persistente es la que se da en el ámbito de las familias.

Esta realidad se refleja en estadísticas tales como que en los últimos 20 años cerca de 35 mil mujeres mexicanas fueron asesinadas y cuyo crimen está bajo presunción de feminicidio.

Por esta razón, es tan importante la armonización de leyes, pero también los códigos estatales penales y civiles, que son los que usan los impartidores de justicia, con las convenciones internacionales de derechos humanos.

México tiene que ser visto más allá del mariachi y las banderas, tiene que ser visto como una gran promesa, como ese camino por andar para eliminar los viejos rezagos en justicia, democracia y equidad que se tiene para con las clases más vulnerables.

El 15 de septiembre es una promesa, un compromiso y una reflexión para un país que lucha día a día por construir un mejor mundo para todos.

* Político

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