Redes sociales, el miedo de AMLO

RAÚL MANDUJANO SERRANO

Tema de singular atención, comenta el periodista incómodo, es el bloqueo que Facebook, Instagram, WhatsApp y Twitter, hicieron a las cuentas del aún presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pero más aún, fue inesperada, creo, la reacción del mandatario mexicano, Andrés Manuel López, quien tachó de censura el que Trump fuera bloqueado en sus redes sociales, luego de que este publicara mensajes que incitaban a la violencia y que, por cierto, dejaron víctimas mortales.

La preocupación de Andrés Manuel va más allá de no haber reconocido el triunfo de Biden en las elecciones y que no asistirá a la toma de posesión del mandatario del país más capitalista y poderoso del mundo, sino que percibió la fuerza de las redes sociales y su uso político, así que tal bloqueo pareciera más un, “si ves las barbas de tu vecino mojar”, que entendió deberían ser reguladas, supone el amanuense, por su gobierno; por ello la arremetida que AMLO tiene contra Jack Dorsey, dueño de Twitter y Mark Zuckerberg, propietario de las otras redes, aun cuando en el 2019 le había pedido apoyo a este último para expandir el Internet en México. Hoy, sutilmente, sugiere a los ciudadanos mexicanos abandonar estas redes de comunicación y llevar esto como asunto de Estado, además de crear medios alternativos distintos al poder mediático, digamos que “el miedo no anda en burro”.

Pero entendamos primero por qué se pueden bloquear cuentas: uno, porque así lo estipula su contrato, que regularmente nadie leemos, también conocido como términos de servicio o Tos, que son una serie de cláusulas estructuradas en 19 bloques que precisan que somos propietarios de los contenidos, videos, textos, fotografías, siempre y cuando se cumpla adecuadamente con tales políticas que, de ser infringidas, harán que se bloqué una cuenta y sus contenidos ¿en qué casos? Cuando se violan las políticas de lenguaje con mensajes agresivos, imágenes sexuales abiertas al público, prostitución, violación de derechos de propiedad intelectual y ¡ojo! publicaciones que inciten a la violencia o promueven ataques terroristas o amenazas de grupos criminales, entre otros, así que, como dice el presidente de México: “¿A qué le tienen miedo?”

Colofón. – Universidades particulares, las que no le pierden 

Mientras degusta de un plato de lentejas con tocino y trociscos de carne de cerdo, acompañadas de un vaso de agua de lima, el hacedor de los prefacios irreverentes reflexiona que, quien no le pierde en esta crisis de salud son las escuelas privadas, de todos los niveles, pero se acentúa en las universidades. Mire Usted, continúa, sus colegiaturas no bajaron, las cobran puntualmente y si no se realiza el pago le cierran la plataforma virtual a sus alumnos y alumnas; disminuyeron sus grupos, pero no el número de alumnos, es decir, hoy sus grupos son de casi 50 estudiantes, pero a las escuelas privadas eso les representa ahorros al pagar menos a sus docentes. El negocio redondo, además no hay quien los supervise ni vigile sus procedimientos administrativos o de control escolar.

Las escuelas particulares no garantizan el aprendizaje a distancia y a ello súmele la exigencia, para los alumnos, de condicionar certificados de conclusión de estudios a cambio de realizar servicio social, aún, óigalo bien, aun cuando no hay lugares dónde realizarlos porque, por la pandemia, están cerrados. Digamos que, cómo lo dijo el presidente, esta pandemia les cayó a muchos “como anillo al dedo”. Y aunque algunas trabajan con plataformas eficientes, habría que ser más solidarios… Hasta otro Sótano.

Twitter: @raulmanduj