La Casa de los Perros: Los candidatos apapachan, no se pelean

CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ

En Zacatecas, gobernadores se han ido, y se irán, sin pena ni gloria, o realmente con más pena que gloria; unos más se marcharon con los bolsillos bien cargados a darse la gran vida fuera del estado. Otros más se resisten a irse. Quieren seguir en el corazón de quienes fueron sus gobernados, aunque al final, terminan siendo relegados por quien menos se lo esperaban.

Pero quien se mantiene en el ánimo de los zacatecanos no sólo como la primera gobernadora, sino como quien con una enorme visión dejó importante legado a la entidad es sin duda Amalia García Medina.

Una mujer incansable, pero sobre todas las cosas, una política de altura está de regreso en la política, pero ahora en Movimiento Ciudadano. En el PRD nunca le entendieron. Ahí la ambición y la nula visión de futuro de las camarillas que se pelean por los huesos como verdaderos perros callejeros, los tiene hoy en la lona.

Un hombre resentido con la vida como lo es Andrés Manuel López Obrador la hizo a un lado, eso sí, para rodearse de politiqueros que con nula capacidad no son capaces siquiera de ofrecer a los mexicanos una imagen decente de lo que supuestamente es su proyecto magno: el aeropuerto Felipe Ángeles.

Pero Amalia García ocupa de rivales a su altura y hoy, no los hay.

Por ello, caminó en silencio, pero eso sí, acomodando sus fichas para, llegado el momento, dar el manotazo. Hoy, la exgobernadora es candidata por Movimiento Ciudadano a una diputación federal. Y seguro llegará a San Lázaro en donde se mueve como pez en el agua.

Y de paso se asume como candidata a diputada por Zacatecas, su tierra. Y se compromete. Sabe que al estado le ha ido mal, muy mal, y que quizás le pueda ir peor. Por eso comienza a caminar de la mano de diferentes actores políticos con quienes, de inmediato, empatiza.

Por lo pronto este fin de semana ya se comprometió a impulsar desde la Cámara de Diputados, una agenda progresista. Y para llegar con bases a la curul se reunió con colectivos de la comunidad LGBTTTIQ+ y signó un documento que incluye temas sustantivos de la Diversidad Sexual y Derechos Humanos.

Hoy, cuando en San Lázaro da pena observar cómo los diputados de Morena y sus aliados se someten, indignos, a los caprichos del caudillo, da gusto saber que al menos habrá una mujer, de Zacatecas, que sacará la casta y luchará para evitar que este país se sigan yendo al despeñadero.

El trabajo es la diferencia

El que sigue caminando en Fresnillo es Saúl Monreal Ávila. Como aspirante a reelegirse en la alcaldía no descansa. Sabe que la mayoría de los fresnillenses lo quieren como alcalde, otra vez, pero esos sí, entre el querer y el poder hay una diferencia: trabajo.

Por eso, ahora en su campaña proselitista les recuerda a los habitantes del Mineral que hasta hace unos días que despachaba en la alcaldía se entregó a las comunidades, al menos, una obra a cada una. Hay muchas necesidades, eso se sabe, pero si no se empiezan a atender, pues nunca se cubrirán.

Por lo pronto, hoy Saúl Monreal, según la empresa encuestadora TrueData, aparece con un 31.1 por ciento de preferencias. Su más cercano rival, el priista Javier Torres, alcanza apenas el 12.4 por ciento.

Claro que el 50.6 por ciento o dijo no saber o simplemente no quiso contestar. El voto de clóset en Zacatecas se fortalece cada día.

Pero eso sí, en Fresnillo, la marca fuerte no es la Monreal, sino la que el propio Saúl ha creado. ¿No lo creen? Al tiempo.

Aprendiendo a la mala

Jorge Miranda Castro parece estar aprendiendo a la mala lo que significa ser candidato, en serio, a un puesto de elección popular. Y es que mantenerse en un bunker como lo es la oficina principal de la Secretaría de Finanzas es cómodo. ¿Quién se pelea con el hombre del dinero? Obvio nadie.

Pero ahora como candidato a la presidencia municipal de Zacatecas por el partido Verde Ecologista, integrado en la coalición Juntos haremos historia, empieza a entender que la vida no es color de rosa.

Mirada Castro se topó en el Mercado de Abastos, en esos ocurrentes recorridos por los puestos que realizan todos los suspirantes, con Miguel Ángel El Raqueta González, que después se supo, es también candidato a la alcaldía de la capital por el Partido del Pueblo.

Y sí, se supo que el hombre existía gracias a Jorge Miranda, luego de que los guaruras del candidato del Verde Ecologista se asustaran cuando El Raqueta le cuestionó sobre el origen de los recursos con los que hace campaña.

Obvio, los empujones y las patadas hicieron acto de presencia, pero lo que nunca apareció fue el toque que todo candidato debe tener en campaña. A Jorge Miranda se le salió de las manos la situación y la bravata de este sujeto, bien conocido en Zacatecas justamente por eso, al final surtió el efecto que buscaba el del Partido del Pueblo.

Ahora La Raqueta dice que ya fue a demandar a la Fiscalía General del Estado, “por lesiones”, a Jorge Miranda. Que le vaya bien. Los golpes que recibió de los empleados de Miranda Castro no dan para tanto.

Pero la moraleja, a una semana de campañas, es sólo una: un candidato en campaña no cae en provocaciones. Abraza, apapacha, promete. No se pelea.

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