La Casa de los Perros: Lambisconería
CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ
Alejandro Tello Cristerna, lo ha dicho fuerte y quedito, no quería ser el gobernador de Zacatecas. En sus planes no estaba dejar a un lado su vida tranquila y parsimoniosa al lado de sus hijos y de sus padres. De hecho, su lento caminar por los pasillos del Senado de la República, siempre solo, reflejaban perfectamente el estilo de vida que prefería. Era feliz.
Sin embargo, la ambición y el hambre de poder de su esposa, Cristina Rodríguez Pacheco, le cambiaron la jugada. De pronto se vio inmerso en una vorágine que lo ahogaba. Su tranquilidad desapareció.
Tello Cristerna, más obedeciendo a su compañera de vida, y a su amigo de siempre, Miguel Alonso Reyes, terminó portando una camisa con los logotipos del Partido Revolucionario Institucional (PRI), subiendo y bajando de camionetas, saludando a gente que jamás había visto. Estaba en campaña.
El día de la elección, la votación de algunos zacatecanos lo favoreció y de pronto ya, era el gobernador de una de las entidades más atrasadas, endeudadas y corruptas del país. La pesadilla para este “buen muchacho” había comenzado.
Sin experiencia, sin ambiciones, sin malicia, y con un contrato firmado en el que empeñaba su palabra de hombre de traer paz, tranquilidad, desarrollo, empleos y oportunidades a los zacatecanos, o de lo contrario renunciaría al cargo, Alejandro Tello armó su equipo de trabajo con recomendados sin escrúpulos, con personajes que obedecían a compromisos políticos con el PVEM y Nueva Alianza, partidos que, junto con el PRI, lo trajeron aquí, a La Casa de los Perros.
Las oficinas de primer nivel en Ciudad Administrativa de pronto se llenaron de sujetos que sólo tienen una cosa en mente: Hacer negocios a espaldas de Alejandro Tello, así tengan que pasar por encima de quien lo tengan que hacer.
La falta de oficio del gobernador de Zacatecas, las imposiciones de su cónyuge, y sobre todo la lambisconería de su equipo, pronto lo envolvieron y lo fueron encerrando en una burbuja de la que ahora, parece ser, quiere salir, aunque no lo ha logrado ni tantito.
El pasado martes, el gabinete gubernamental tuvo su reunión semanal y una parte de los integrantes, sólo una pequeña parte que observa cómo el gobierno se cae a pedazos y sí, sí quieren que ese desplome se detenga, se mostró indignada ante la ceguera y mala saña de algunos asesores.
Y fue Alfonso del Real, el secretario técnico de la Jefatura de Oficina del Gobernador quien, sin empacho, y ante el asombro de más de tres, le dijo a Tello Cristerna que todo en Zacatecas marcha bien, que la gente lo quiere mucho, que los zacatecanos lo admiran, que la administración va viento en popa y que no hay nada, absolutamente nada de qué preocuparse.
Sí, dijo, hay algunas voces, pocas, muy menores, que dicen lo contrario, pero no, no hay que hacerles caso. Es sólo ruido, envidia, malaleche. Es gente sin escrúpulos que no quiere a Zacatecas.
Después, en el mismo tenor, se expresó Marco Vinicio Flores Guerrero, coordinador estatal de Planeación, quien siguió con la perorata, pero además acusó a algunos funcionarios, de esos que supuestamente no quieren a Zacatecas, que, a espaldas de todos, buscaban, a como diera lugar, perjudicar al gobernador tratando de negociar con líderes políticos y de opinión. Según este funcionario, andan queriendo solucionar asuntos que traen en jaque a la administración por la libre. A esos, hay que crucificarlos.
Esta lambiscona intervención por fin prendió la alerta en la cabeza de Alejandro Tello quien, con fastidio, mucho fastidio, se levantó de su asiento y abandonó la reunión. Está harto.
Los zacatecanos, y los que no lo son también pero que aquí han encontrado trabajo, felicidad y vida, están deseosos que esos Pepes Grillos sean desenmascarados por fin y que el gobernador, el inquilino temporal de La Casa de los Perros reaccione y entienda que Zacatecas lo necesita firme, dispuesto a vencer obstáculos, enérgico.
Que no abandone las sesiones del gabinete, más bien que los ponga en su lugar y a trabajar, que para eso se les paga.
Los cambios
Por cierto, en esa sesión de gabinete se anunció que Estefania Castruita Cataño, quien se desempeñaba como secretaria privada del gobernador, ahora tendrá a su cargo la Dirección de Atención Ciudadana y Audiencias.
De igual manera, ex policía estatal Marco Cepeda, asume la Dirección de Giras y Logística.
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