La Casa de los Perros: la salud en Zacatecas, un sistema al borde del colapso

CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ

México está destinado a tener un sistema de salud como el de Dinamarca, o al menos eso es lo que prometió, y obvio no cumplió, el expresidente Andrés Manuel López Obrador.

Dinamarca, país nórdico reconocido por su eficiencia y universalidad en servicios médicos, ofrece atención de alta calidad para todos sus ciudadanos, independientemente de su situación económica.

Sus hospitales están equipados con tecnología de punta, cuentan con personal altamente capacitado y tienen garantizado un presupuesto suficiente que permite mantener sus instalaciones en óptimas condiciones.

En Dinamarca, los pacientes son atendidos en instalaciones limpias y funcionales, y no existen historias de quirófanos inundados o familiares durmiendo en el suelo por falta de sillas.

La proporción del Producto Interno Bruto (PIB) que este país destina al sector salud es ejemplar, 7.89 por ciento, lo que asegura un sistema sostenible y confiable para toda la población.

En México, sin embargo, la realidad dista mucho de esa utopía nórdica. En 2024, el gasto público en salud en México representó el 2.85 por ciento del PIB. Ojo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que el gasto público en salud sea de al menos el 6 por ciento del PIB.

La reciente crisis en el Hospital General del ISSSTE en Zacatecas lo ilustra de forma dolorosa.

Una tubería de agua reventó, inundando los quirófanos y suspendiendo todas las cirugías de manera indefinida. Este incidente no solo paralizó las operaciones médicas, sino que también convirtió el hospital en un foco de contaminación, poniendo en riesgo la salud de pacientes y trabajadores.

Aunque las autoridades atribuyeron el incidente a la antigüedad de las tuberías y no a las obras del Segundo Piso, esto no exime a las instituciones responsables de su negligencia en el mantenimiento de la infraestructura.

El problema del ISSSTE no es un caso aislado. En el Hospital General de Zona 1 del IMSS en Zacatecas, la inauguración de un nuevo elevador fue motivo de celebración tras meses de inoperatividad.

Sin embargo, esta mejora queda opacada por una situación vergonzosa: los sanitarios para damas llevan más de cuatro meses sin funcionar. Es inconcebible que un hospital donde se celebran pequeños avances ignore algo tan básico como la reparación de los baños, un servicio esencial para pacientes, familiares y trabajadores.

La situación es aún más alarmante en el Hospital General de Fresnillo (HGF) —como lo evidenció Carlos León en el diario NTR–, en donde el desabasto de medicamentos esenciales e insumos básicos como jabón, papel de baño y desinfectantes ha alcanzado niveles críticos.

Según denuncias del personal de salud, los estantes de materiales están vacíos, y los trabajadores se ven obligados a comprar estos insumos de su propio bolsillo.

Las condiciones para los familiares de los pacientes también son indignas: sin sillas ni espacios adecuados, muchos se ven obligados a dormir en el suelo mientras cuidan a sus seres queridos.

La falta de ropa hospitalaria es otro problema urgente. A pesar de tener personal de base en el área de lavandería, el servicio fue subcontratado a una empresa externa que no cumple con los estándares necesarios. Esto ha generado faltantes críticos de indumentaria en áreas vitales como urgencias, comprometiendo la calidad de la atención médica y aumentando el estrés entre los trabajadores.

Es evidente que las declaraciones triunfalistas no solucionarán la profunda crisis del sistema de salud mexicano. Se necesitan acciones concretas y sostenidas para transformar esta realidad.

La modernización de la infraestructura hospitalaria, el aseguramiento del suministro constante de medicamentos e insumos, y la implementación de mecanismos de supervisión y rendición de cuentas son pasos esenciales para garantizar un servicio digno y eficiente.

Los zacatecanos merecen más que promesas vacías. La situación en el estado es un reflejo de un problema nacional que exige soluciones inmediatas.

Si México realmente aspira a alcanzar el nivel de Dinamarca en materia de salud, debe comenzar por atender las necesidades básicas de su población. De lo contrario, la comparación no seguirá siendo más que otra fantasía inalcanzable del que, dicen, está escondido en La Chingada.

Hasta entonces, la salud en Zacatecas seguirá siendo un sistema al borde del colapso.

Y a las pruebas…

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