La Casa de los Perros: impunidad rampante en las fuerzas de seguridad de Zacatecas
CLAUDIA G. VALDÉS DÍAZ
Los muy lamentables hechos ocurridos en el municipio de Tabasco, en donde un joven, Omar, falleció, y Abel, su amigo, fue maltratado y detenido, deja ver lo frágil que son los ciudadanos frente a las fuerzas del orden.
Porque esta vez los hechos sucedieron en Tabasco, pero según los datos que ofreció la presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Zacatecas (CDHEZ), Maricela Dimas Reveles, hechos similares acontecen en todo el estado.
Y la tendencia no parece disminuir, Ni tantito. Ni porque estamos en el Año de la Paz.
En lo que va de este 2024, dijo la titular de la CDHEZ, se han presentado 270 quejas en contra de corporaciones de seguridad. La misma cifra que se presentó en el 2023, que no fue Año de la Paz.
Y eso que, según alardeó la ombudsperson, el énfasis se ha puesto en las capacitaciones a los elementos quienes, al parecer, las han pasado de noche.
Pero aún hay más, porque “en futuros días” habrá más capacitaciones. Vaya, vaya…
Sin embargo, si cuando hay violaciones graves, como lo sucedido el 8 de marzo pasado, en donde mujeres fueron humilladas, vejadas y sobajadas, y las acciones quedaron en la impunidad, no habrá nunca una capacitación que aminore los abusos.
Porque si a pesar de las evidencias, funcionarios como el secretario de gobierno, Rodrigo Reyes Mugüerza, se pasea campante sin castigo, y hasta con aspiraciones de ser gobernador; al igual que el secretario de Seguridad Pública, Arturo Medina Mayoral, que pasea escoltado y blindado feliz, feliz, aplicamos eso de predicar con el ejemplo.
A últimas fechas, el brazo armado de la nueva gobernanza, conocido como la Fuerza de Reacción Inmediata de Zacatecas (FRIZ) ha sido señalado por su actuar prepotente, abusivo, injusto y desmedido, pero nadie se ha enterado que alguien haya recibido, por lo menos, un regaño en privado.
La familia y las propias autoridades municipales, encabezadas por el valiente alcalde de Tabasco, de extracción panista, Carlos Vera Loera, que acusan a la FRIZ de presuntamente haber asesinado a Omar, y privado de la libertad a Abel no han recibido el eco que los ciudadanos esperarían.
Ninguna autoridad de primer nivel de la nueva gobernanza se ha pronunciado al respecto. Han optado por el silencio cómplice. Punto. Como si de una broma de mal gusto se tratara.
Hablamos de la vida de un joven zacatecano cuyo futuro fue truncado. Tenemos el caso de un chico que padeció las de Caín entre policías.
¿Acaso eso no importa?
Por lo pronto, Maricela Dimas, para alivio de todos, anunció que la CDHEZ ya inició una queja de oficio, y que buscará a los familiares de las víctimas para tener un acercamiento en esta investigación.
Algo es algo.
Por lo pronto, en un estado en el que ser joven es lo más peligroso del mundo mundial que uno puede imaginarse, siete muchachos fueron baleados en el municipio de Guadalupe.
Hasta el momento, ni la Vocería de la Mesa Estatal de Construcción de Paz (la misma que calificó de agresores de policías a los jóvenes de Tabasco), ni el secretario de Gobierno, Rodrigo Reyes Mugüerza, feliz espectador del accidentado desfile del 20 de noviembre, habían otorgado información alguna.
Pero la información extraoficial apuntaba que al menos cinco jóvenes habían muerto y dos más estaban graves en el hospital.
Pero que no panda el cúnico. Estamos en el Año de la Paz disfrutando lo votado. ¿O no?
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